Por: Gustavo Morales
Durante muchos años, el PRI y el PAN se pelearon la silla del poder presidencial, mientras el PRD se adueñó de la Ciudad de México. Durante este tiempo, es evidente que todos los acuerdos que hacían las élites políticas siempre eran en beneficio propio y de unos cuantos más
Se confiaron y no se daban cuenta de que iba creciendo un político populista que se pasaba señalando y juzgando a esa élite denominada “La mafia del poder”
Ese populista salió primero del PRI, luego del PRD, y terminó fundando su propio partido político: MORENA, el Movimiento de Regeneración Nacional. Este partido rebasó por la izquierda sin que lo vieran venir y les ganó la presidencia en 2018. Desde entonces, ha venido ganando gubernaturas y cámaras locales al PRI y al PAN. Por cierto, en su salida del PRD, lo dejó casi extinto.
MORENA ha actuado como un gran conciliador entre estos tres partidos. Actualmente, se unen para enfrentar a la nueva coordinadora del movimiento populista, Claudia Sheinbaum. Compiten con una candidata que creció por la publicidad que le dio el mismo populista en sus mañaneras. Esta candidata, percibida como respondona, creció en su percepción y la compraron los dueños de estos partidos, pues su caballada no estaba flaca, sino muerta, todos sus posibles aspirantes tienen cola que les pisen, que raro.
Se consumieron los partidos de la mafia del poder y lo que queda, discúlpenme la expresión, pero es la basura política que nadie quiere y no se recicla. Hasta entre ellos mismos se están peleando por las pocas candidaturas importantes, y peor aún, saben que no ganarán.
Podremos ver en el tiempo que resta para la elección, cómo se van a destruir entre ellos mismos de manera interna, pues siempre han visto por sus propios intereses y esta elección, no será la excepción.
Usted al final, siempre tiene la última palabra.
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