Por ineficacia de las autoridades judiciales.
Todo parece indicar que la trágica y misteriosa muerte de la joven Debanhi Susana Escobar se convertirá en un símbolo más de la ineficiencia y la falta de capacitación de las autoridades judiciales de México.
Lo que pudo haber sido un caso de muerte accidental de una persona en estado inconveniente, ha dado pie para las más diversas sospechas e interpretaciones de la causa del deceso de la joven de 18 años, residente de Monterrey, Nuevo León.
Las autoridades conocieron en las primeras horas los detalles de la desaparición de Debanhi ocurrida en la madrugada del 9 de abril, desde cómo se transportó con sus amigas a una fiesta en las afueras de la población de Escobedo, hasta la identidad del chofer de un taxi de aplicación que la recogió y la dejó en un paraje solitario, unos metros después.
Un día después de su desaparición, el gobernador neolonés Samuel García informó que tanto la policía de Escobedo como la Fiscalía General de Justicia iniciaron la búsqueda de Debanhi y para ello se destinaron 200 elementos de la Fuerza Civil.
Pero a pesar de los supuestos esfuerzos transcurrieron 12 días desde que se perdió la pista de la joven hasta el hallazgo de su cadáver en una cisterna del motel Nueva Castilla, junto a sus pertenencias como su bolso y celular.
La tardanza de 12 días en la localización de la chica provocó que el caso trascendiera a nivel nacional y se tejieran sobre el mismo las más diversas teorías y especulaciones sobre la causa de la muerte y su posible asesinato.
Ahora resulta que Debanhi, quien estudiaba la carrera de Derecho, aparece en el interior de la cisterna con una “contusión profunda de cráneo en la región frontal”, presuntamente por su accidental caída.
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