Por: José Galicot / Empresario, educador y filántropo
Era costumbre de los tijuanenses, como si fueran habitantes de un rancho, el ir a San Diego (al pueblo) a comprar cosas y deslumbrarse por los mil artículos a los que teníamos acceso, provocando que Tijuana apoyara al comercio de la vecina ciudad con 5 mil millones de dólares al año que los tijuanenses alegremente gastaban en aquella ciudad.
Vino la pandemia, la gente no podía cruzar la frontera, se dificultaba y tuvieron que optar con lo que Tijuana vendía; esto estimuló el comercio de la ciudad a grado tal que empezaron a surgir centros comerciales de calidad como Península y Alameda, complementando la oferta de Plaza Río, Macroplaza y varios otros que empezaron a captar al consumidor con productos y establecimientos de nivel internacional.
En los años de la pandemia las tiendas de alimentos y muchas otras más se fortalecieron, crecieron y empezaron a dar la calidad solicitada por un público conocedor.
Estamos en el año 2023 y en Tijuana aparecen centros comerciales nuevos con éxito. El consumidor se queda aquí y recibe un trato y un precio mejor que en Estados Unidos.
Antes Walmart de EU tenía productos más baratos que Walmart de Tijuana, pero hoy día las amas de casa sandieguinas cruzan, a pesar de las largas colas, para comprar artículos que son más económicos que en California.
Por ejemplo, los huevos, la gasolina y ¡oh, sorpresa!, departamentos.
Un departamento en San Diego que cuesta 1 millón de dólares encuentra su equivalente en Tijuana en 300 mil y con mejores amenidades.
¿Sabías, querido lector, que la segunda ciudad en la región en que vivimos que cuenta con más americanos, no es National City, no es San Ysidro, no es Coronado, sino que es Tijuana?
Y estos americanos todos los días cruzan de Tijuana a San Diego para laborar, aprovechan que los costos de vida de este lado de la frontera son menores de la mitad. Lo que les permite con sus sueldos en dólares gozar de un mejor nivel de vida.
Los negocios de San Diego tomaban por hecho (taken for granted) sin requerir mayores esfuerzos en publicidad que el consumidor de Tijuana acudiría inevitablemente y vemos que muchos centros comerciales de la zona americana actualmente languidecen sea por causa de las ventas por Amazon o de la falta de los tijuanenses.
Hay tres millones de habitantes en el área de San Diego y casi tres millones de habitantes en el área de la costa de Baja California, supongamos que los tres millones de mexicanos tienen la mitad del poder adquisitivo de los americanos, pues bien, San Diego ha perdido un millón y medio de consumidores, la tercera parte de sus clientes y no han reaccionado porque les era obvio que los mexicanos comprarían en sus tiendas y nunca pensaron que podían hacer negocios pujantes y competitivos de este lado de la frontera.
Como cosa curiosa, debido a la dinámica económica de México podemos encontrar que los precios de Zara y otras muchas tiendas son más baratos en Tijuana.
Mi pregunta, ¿reaccionarán los americanos?, ¿intentarán recuperar el cliente perdido?, ¿o seguirán ignorando a un mercado que se les escapa y que no comprenden del todo bien?
La energía de una frontera que se transforma día a día, que nos hace pensar en el futuro, terminarán los shopping centers de Tijuana captando totalmente al consumidor americano y podremos tomar por hecho que acudirán masivamente a gastar 5 mil millones de dólares al año?
Qué será, será.
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