By Después de 4 años en el cargo y una trayectoria a la institución, el propósito de la directora del Centro Cultural Tijuana continúa siendo acercar la cultura a toda la sociedad.
Por: Andrés Barba Gómez
“El Centro Cultural Tijuana está ligado a mi vida desde que estaba en tercero de secundaria, mi primera participación aquí en un escenario fue para declamar la Oda a la Mordaza de Mario Benedetti,” afirma la directora del Centro Cultural Tijuana, Vianka Robles Santana, quien cumplió 4 años al mando de la institución cultural más importante del Noroeste del país.
La Dra. Galia Bianka Robles Santana es directora del CECUT desde 2019 y su propósito en el cargo ha sido poner la cultura y sus espacios en manos de los artistas y gestores de la ciudad. Cuenta con una licenciatura en Ciencias de la Educación, una maestría en Desarrollo Educacional y un doctorado en Ciencias de la Educación por parte de la Facultad Internacional de Ciencias de la Educación de Tijuana, Baja California.
A pesar de haber pasado un periodo de pandemia, bajo la dirección de Robles Santana, ocurrieron al menos 10 mil actividades durante la cuarentena, facilitando cada vez más espacios para actividades culturales de escuelas, institutos de investigación, producciones teatrales y población en general.
• ¿CÓMO TE FORMASTE? •
Me dedicaba mucho a la oratoria, estuve en certámenes nacionales y regionales en la secundaria. Yo me formé en dos talleres de teatro de UABC, trabaje como asistente de dirección de Juan José Gurrola, lo acompañe en tres montajes, en el teatro de la UNAM; trabajé en medios de comunicación, en el periódico Baja California como narradora, con crónicas urbana en el Excelsior.
Mi formación profesional es simétrica a la artística, en mis tres grados, todos mis proyectos de tesis se vincularon con el arte. El último fue sobre cómo evaluar el arte en la educación superior. Estoy por terminar un diplomado en Seguridad Nacional Transfronteriza como parte de una beca por los 200 años de la relación bilateral entre México y Estados Unidos y actualmente estudio diplomacia cultural en la UNAM en línea.
¿CUÁLES SON TUS MÁS GRANDES LOGROS COMO ARTISTA? •
Tengo publicada una novela para niños, también dos libros de teatro escolar, uno sobre la revolución y el otro sobre la independencia. Hay un cuarto libro titulado La educación emocionante, sobre la educación artística. En 1992, llevamos un espectáculo en torno a los 500 años de conquista hasta España, llamada Tenochtitlan 3038, que justo me lo acaban de pedir para montarla de nuevo en Estados Unidos. En lo personal me he dedicado más a la literatura y a la música. He cantado en muchos grupos. Mi género es el rock, aunque he cantado tango, trova, fado y lo que más me gusta dirigir es teatro para niños porque creo que ahí podemos sembrar muchísimas cosas.
• ¿PLANEAS VOLVER A TUS ACTIVIDAD ARTÍSTICA AL TERMINAR TU GESTIÓN? •
Claro que sí. Me hice una promesa en su momento que para mí era importante. La dirección del CECUT es un gran encargo y honor, por lo que no me puedo distraer. No quiero arrepentirme de no haber hecho algo por escribir o cantar. Me parece que cuando un artista llega a un cargo público no debe de hacer labor creativa, al menos no públicamente. Puedes escribir o pintar en casa porque eso siempre requerirá silencio y soledad. Pero no puedes aprovechar las circunstancias y las puertas que abre el ser un funcionario público para promover tu propio trabajo Eso no es ético desde mi muy personal punto de vista. Por eso yo no he vuelto a contar un cuento ni a cantar en ningún lugar. No he hecho más que publicaciones en redes y muy pocas. Yo no vine a ser protagonista. Este es un escenario de servicio en dónde me corresponde permitir, junto a mi equipo, que el hecho cultural suceda. Espero cuándo entregue este espacio a finales del año próximo, retomar mis proyectos musicales, literarios y por supuesto, contar cuentos para niños, que lo he hecho por más de 25 años.
• ¿CUÁLES CONSIDERAS QUE SON TUS LOGROS MÁS IMPORTANTES COMO DIRECTORA DE CECUT? •
Nosotros entramos con una premisa de trabajo para hacer espacios más accesibles a la comunidad escénica, por ejemplo. Antes, la agenda de la Sala de Espectáculos estaba más supeditada a producciones externas, arrendamientos, escuelas, etc. había pocos espacios para la comunidad escénica de Tijuana y Baja California para mostrar en gran formato sus actividades. Hoy en día nuestras actividades fundamentales son los artistas de la región mostrando su trabajo.
Además, tenemos el premio Tetseebo de cuento en lenguas originarias, en el cuál hacemos un inventario de los participantes y en colaboración con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas nos apoyamos para encontrar los jurados más idóneos. Ya tenemos una primera publicación en lengua indígena.
Nos hemos abierto muchísimo a lo internacional. Así creamos el proyecto de la Trienal de Tijuana: Internacional Pictórica, con el crédito correspondiente al maestro Álvaro Blancarte, en paz descanse, quien tuvo a bien pensar un proyecto para que los artistas regionales mostrarse con sus pares en el radar internacional. Su antecedente es la bienal de Estandartes que se detuvo unos años atrás.
• ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL CECUT EN TU VIDA? •
Todos mis proyectos como artista y académica los he hecho para CECUT, es la institución más importante de mi vida. Aunque he estado en otras como el CEART, trabajé para derechos humanos, fui asesora de un diputado de la Comisión de Cultura, el cual actualmente es el Secretario de Gobierno de Baja California; sin embargo, ésta siempre ha sido mi casa. Desde un escritorio o en la explanada contando cuentos para niños, que es lo que más me gusta hacer, todo lo que trato de aprender se lo aportó a este espacio. Cuando empecé, no teníamos sitios como este y sé lo que significa para los ciudadanos tener un lugar para acercarse a las expresiones culturales.
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