La visita imprudente, provocadora e innecesaria a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, podría desatar consecuencias desastrosas en las relaciones China-EU con posibles repercusiones en el entorno político de México y América Latina.
Por fortuna la estancia de Pelosi a la nación asiática fue breve y al parecer no resultó tan incendiaria como al principio parecía, pero fue suficiente para provocar un profundo malestar en el gobierno comunista chino.
Altos funcionarios de China advirtieron antes del viaje de Pelosi que esta acción complicaría las relaciones con Estados Unidos al tiempo que iniciaron movimientos militares en la región como una amenaza abierta contra Taiwán.
China reclama el país de Taiwán como parte de su territorio y durante su actual gobierno, el presidente Xi Jinping ha insistido en que lo recuperará tarde que temprano. El líder chino habló el pasado jueves con el presidente Joe Biden para advertirle que Estados Unidos no debe intervenir en esta añeja disputa.
Durante los últimos meses, aviones militares chinos han incursionado de manera frecuente en el espacio aéreo cercano al territorio taiwanés al tiempo que la cancillería de China declaró que su país tenía jurisdicción sobre el Estrecho de Taiwán y por lo mismo no sería considerado “una vía fluvial internacional”.
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