Por: Paco Palani Rouvroy / Escritor y empresario
Fuente de la investigación: Marco Antonio Amador
“¡Viva Roma!” gritaba Marco Aurelio, o la imagen de Poncio Pilato cuando se lavaba las manos y deja la crucifixión a elección de la vox populi. O cuando, en la Edad Media, un Lancaster entre copas afirmaba que ellos siempre pagaban sus deudas. O la dificultad para pensar en el Renacimiento sin que se nos atraviese una copa de vino. De esa dimensión milenaria es la historia del vino.
Le confieso, lectores, que cuando inicié este peregrinaje en nuestra Ruta del Vino, mi paladar maduraba y cada que visitaba una casa vinícola llegaba pensando que lo había visto todo y siempre me sorprendían, desde la historia de cómo nace la tradición de la bota (en el estómago del animal al transportar el vino), hasta la uva menos mexicana que al final nos enamora.
Durante los últimos tres años, nuestro Valle de Guadalupe ha crecido lo que en una década anterior no había crecido, y a pesar de que “seguimos en pañales”, en los últimos concursos nuestro talento ha hecho que muchos mexicanos levanten la frente y otros tantos europeos la agachen.
“Analizamos tres factores en contra”, comenta Marco Antonio Amador. El primero de ellos es que en Europa el vino es considerado un alimento, situación que lo convierte en un producto muy competitivo con relación costo beneficio en el mercado internacional.
El segundo factor es la cantidad de hectáreas que se tenga trabajando. Vale la pena hacer énfasis en que la producción del vino descansa en gran medida en los años de perfeccionamiento del ciclo que termina en una asombrosa botella de vino.
Y el tercer elemento en contra es la dificultad e incertidumbre para el sector empresarial al momento de invertir en tecnología o desarrollo vitivinícola.
Según los organismos locales en pro del vino, existe una malinterpretación y explotación errónea de la verdadera alma que le dio vida al Valle de Guadalupe.
Entre conciertos, centros nocturnos y una violencia desatendida, muchos se han perdido en el camino, ¿ustedes que opinan?
Ha sido un gran debate que hoy por hoy divide los esfuerzos e intenciones positivas en nuestro H. Valle de Guadalupe. Si pudiéramos encontrar la varita mágica para resolver esto seguramente la encontraremos en el corazón de nuestro vino.
Bajacalifornianos, éste debe ser el hilo conductor y el principal motivo para el inspirado y correcto desarrollo de nuestra ruta del vino.
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