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Pedro Hoyos, el arte de reinventarse con Destilería Agua Caliente

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Destilería Agua Caliente es el resultado del sueño compartido de dos amigos apasionados por la destilación artesanal, quienes, tras iniciarse en este arte, lanzaron su exclusiva línea de bebidas: Enmienda 18.

En Tijuana, el crecimiento empresarial es impulsado por individuos visionarios que transforman sus ideas en realidades prósperas. 

Para destacar estas contribuciones, el Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana y FIDEM han lanzado la campaña “Somos Empresarios / Orgullosamente Tijuanenses”, resaltando el papel crucial de los líderes locales en el desarrollo económico y social de la ciudad, demostrando que el verdadero éxito se mide en el impacto positivo que generan en su entorno y en su capacidad de transformar ideas en realidades que benefician a todos.

En CAMPESTRE abrimos espacio a estas valiosas historias, comenzando con la de Pedro Hoyos, socio fundador de Destilería Agua Caliente, cuyo esfuerzo refleja el compromiso con la formalidad y el desarrollo integral, demostrando cómo la pasión y la reinvención pueden dar lugar a nuevas oportunidades en el mundo de los negocios.

Un bajacaliforniano más 

En el encuentro con Pedro Hoyos, quien arriba a CAMPESTRE con el entusiasmo y la buena plática de un hombre cargado de diversas experiencias, nos cuenta cómo su vida tomó un giro cuando sus padres decidieron mudarse de la Ciudad de México. «Mi mamá había crecido entre Tijuana, Chula Vista y Tecate, porque mis abuelos vivían en Tecate, y mi papá decidió venir a buscar dónde establecernos. Terminamos en Ensenada, y ahí fue donde continué mis estudios de secundaria». 

Al paso del tiempo, y tras encontrarse de frente con los desafíos que vivió a inicios de los 80, recuerda aquellas épocas donde todo parecía encaminarse a un destino muy compacto y lineal. 

«En Ensenada no había muchas opciones de estudio, y estábamos en pleno embargo atunero, lo que complicaba mucho la situación económica. Había pocos trabajos disponibles. Si no estudiábamos enología, contabilidad o ciencias marinas, teníamos que salir a buscar oportunidades fuera de la ciudad. Y eso fue lo que hice». 

Entonces, su vida tomaría un nuevo rumbo cuando decidió mudarse a Tijuana para continuar su educación: «En 1987 me vine a Tijuana a estudiar la Licenciatura en Diseño en la Ibero, y desde entonces he vivido entre Tijuana y otros lugares, pero principalmente en esta ciudad». 

El diseño en su vida
Durante la plática, Pedro evoca con detalle su inmersión en el mundo del diseño, pasión que lo llevó a explorar nuevas áreas. «Apenas se empezaban a utilizar las computadoras. Me metí de lleno en aprender a usarlas y terminé dando soporte técnico. Trabajé en un lugar en San Diego llamado SD Express, donde le daba soporte principalmente a usuarios de Mac. Ahí fue donde me di cuenta de que había una gran oportunidad en la venta de piezas y en el soporte técnico, lo que eventualmente me llevó a las telecomunicaciones». 

Entonces, su transición al mundo de las telecomunicaciones marcó una nueva fase en su vida profesional: «Trabajé muchos años en Avantel. Después me uní a Global Sat. Le vendíamos a grandes corporaciones como Cemex, Televisa, Walmart, y también a entidades gubernamentales como la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Economía». 

Dicha experiencia lo llevó a viajar extensamente, lo que influyó de manera importante en su vida personal y profesional. 

«Visitábamos convenciones en Europa, y asistíamos a eventos en Las Vegas y Washington varias veces al año. También viajamos a China y a la India. Eso me dio una visión global del negocio, pero también me hizo darme cuenta de que pasaba muy poco tiempo en casa, y eso era algo que quería cambiar». 

Descubriendo una nueva pasión  

Tras el bagaje de recorrer el mundo, el deseo de estar más cerca de su familia y la oportunidad de crear algo nuevo, el explorar lo llevó al escenario de los destilados artesanales, de los cuales Destilería Agua Caliente produce a través de sus etiquetas de Enmienda 18. 

 «En uno de esos viajes, mi socio Alberto Paz sugirió que hiciéramos nuestros propios destilados artesanales. En México predominaban los productos de agave, pero en otros países notamos un auge de gin, vodka y whisky artesanales. Decidimos probar, compramos un alambique pequeño, y aunque al principio fue difícil manejarlo, los resultados fueron tan buenos que amigos y familiares nos pedían más», menciona.

 

«La inquietud que nos define nos llevó a buscar nuestra propia receta de ginebra y vodka, con un perfil único y artesanal que pudiera convertirse en orgullo local. Tras varios experimentos y experiencias con distintas especias, frutas y otros ingredientes para su elaboración, lo logramos»

Así comenzó lo que eventualmente se convertiría en una destilería formal. «Al principio, todo lo hacíamos en el garage de la casa de Alberto, pero al comprar un alambique más grande, ya no cabía. Rentamos un espacio y seguimos experimentando. Las primeras tandas producían 250 botellas, y ahí nos dimos cuenta de que ya era un negocio. Fue en 2014 ó 2015 cuando comenzamos a operar formalmente. Hoy, somos una destilería independiente, con total control sobre nuestros procesos de producción, lo que nos permite innovar y experimentar. Quienes prueban nuestras bebidas saben quién está detrás y que cuidamos cada detalle».

 

El origen Enmienda 18 y el valor que representa 

Sobre su línea Enmienda 18, Pedro explica que tiene su origen en la llamada ley seca implementada en Estados Unidos en la década de los años 20 y principios de los 30.  

 

“La elaboración de Enmienda 18 involucra, arte, técnicas, procesos, y mucha pasión en todo lo que hacemos. Todos nuestros productos están hechos de maíz. Somos posiblemente la ginebra más vendida de la Baja. Producimos vodka, ginebra cítrica, ginebra de jamaica y ginebra añeja, además de 3 sabores de nuestros ready 2 drink, que son bebidas listas para tomar” 

 

La importancia de la familia y el crecimiento del negocio 

Como en todo negocio noble, el apoyo de la familia es fundamental. En ese caso, Pedro describe el proceso del involucramiento de los suyos. 

 «Para mí ha sido muy importante que mi familia participe. Al principio, mis hijos me ayudaban a etiquetar las botellas. Mi esposa también se involucraba enumerándolas, y poco a poco, el negocio se convirtió en algo que todos compartimos. Hoy mis hijos me ayudan a revisar en las tiendas y me dan ideas de cómo mejorar los productos». 

Todo ese proceso ha desembocado en una proyección constante para Destilados Agua Caliente, el que Pedro cataloga como constante, lo que lo hace reflexionar sobre cómo han superado obstáculos importantes: «Nos tomó casi dos años encontrar un modelo de negocio que encajara con las regulaciones. A la gente no le parecía posible hacer algo más allá del tequila o la cerveza, pero nosotros perseveramos». 

Posicionados  

«Nos dimos cuenta de que debíamos enfocarnos en el mercado local y regional. Intentamos expandirnos a otras partes de México, pero fue complicado. Entonces decidimos centrar nuestros esfuerzos en California, donde el mercado es enorme y más accesible. Ahora exportamos y trabajamos con distribuidores locales importantes, además de producir destilados para una empresa coreana-estadounidense.»

Al preguntarle sobre el futuro, Pedro expresa su visión con optimismo y afirma no únicamente con sus palabras, sino con una mirada sólida. 

«Queremos seguir creciendo en California. El tamaño del mercado es impresionante, y cuando tienes éxito en Estados Unidos, es más fácil que en México también te acepten. Aunque nuestro producto ya tiene una excelente aceptación en nuestro Estado, el potencial en Estados Unidos es mucho mayor». 

Finalmente, Pedro ofrece un consejo para los jóvenes, aplicable a diferentes aspectos de la vida: «Lo más importante es no copiar lo que ya existe. Hay que buscar ideas originales y tener paciencia. En el camino, he hecho muchas cosas que no funcionaron, pero es ahí donde más aprendes. Si un proyecto no sale bien, no es el fin, es sólo una oportunidad para aprender y mejorar».

Y así, con una vida dedicada a la creatividad, Pedro Hoyos nos deja claro que el éxito no sólo se mide en resultados, sino en la capacidad de reinventarse constantemente y en la satisfacción de crear algo propio, en familia. 

No importa el tamaño de la empresa, ya sea micro, mediana o grande, porque el verdadero valor de éstas radica en los resultados positivos que generan para nuestra sociedad. 

Por lo pronto, su caso es un reflejo exitoso de “Somos Empresarios / Orgullosamente Tijuanenses”, inspirándonos para apostar a la formalidad e innovación.

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