P0r: Tomas Sibaja
Las dinámicas globales en sí mismas, son interrelaciones entre actores públicos y privados que buscan maximizar su impacto a través de comparativos económicos de mayor rentabilidad política y económica. El sector aeroespacial no es ajeno a esto. México es un actor importante en este sector con su aportación en la manufactura de partes y componentes en la cadena de valor internacional.
Ahora bien. Es importante evaluar nuestra participación como país, partiendo de nuestra posición ante el perfil de industria que tenemos sin apasionamientos ni histeria colectiva. Aquí presento siete (7) datos duros que nos deben dar inferencias en la radiografía que tenemos.
Dato 1. El mayor inversor del sector aeroespacial en México es Estados Unidos, con más del 80% de empresas provenientes de ese país.
Dato 2. Los productos que se manufacturan en México de estas empresas, cuentan con poco contenido nacional mexicano.
Dato 3. Los aviones – ergo pájaros de metal – utilizan aleaciones y metales exóticos que cuentan con un registro único de origen – principalmente estadounidense, desde la fundición hasta las barras metálicas que eventualmente se maquinan en México con la autorización expresa del integrador y sus respectivos ‘tiers’ en nuestro vecino del norte.
Dato 4. Siendo un sector atípico que no depende de las preferencias del consumidor en Walmart o Best Buy, el impacto se define privilegiando la seguridad, en planes de producción con una visión mínima de 20 años, y una vida útil de producto estimada en 50 años. Lo que, en el caso de México, como en otros países, los contratos de manufactura tienen una duración promedio de 15 años. Esto significa que lo que se produce en estos momentos en 2025 ya fue costeado, aprobado y presupuestado tiempo atrás.
Dato 5. Este sector vinculado directamente a la Seguridad Nacional de Estados Unidos es altamente conservador y en cierta manera, altamente protegido contra competidores de otros países. México en ese tenor es un aliado confiable, refrendado en el Acuerdo Bilateral de Seguridad Aérea (Bilateral Aviation Safety Agreement – BASA) firmado en 2005 por ambos congresos.
Dato 6. Sobra decir que los riesgos en la industria aeroespacial son parte de su esencia. Los vaivenes políticos, económicos y sociales históricamente le han sido favorables. Todos los efectos buenos o malos asociados a esta industria, han sido beneficiosos para México en el largo plazo.
Dato 7. Siendo una industria con raíces profundas y visión de largo plazo, una vez establecidas las empresas aeroespaciales en México, existirán posibles desfases en sus expansiones en el país, pero no claudicación (salvo honrosas y limitadas excepciones).
Por todo lo anterior, México en este sector no está en el radar de las sanciones, cuotas o tarifas arancelarias de un país que claramente no ve barreras ni muros a sus propios intereses geopolíticos. Para un sector que privilegia el largo plazo, cuatro años son un suspiro…
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