La reconocida profesionista nos dibuja de cuerpo completo su sólida personalidad humana y profesional.
María Estela De Orduna es una destacada mujer tijuanense que brilla con luz propia en el campo del derecho internacional en California a donde emigró por cuestiones académicas, laborales y de superación personal. Es abogada litigante con dos maestrías y con una estupenda trayectoria de éxito humano y profesional.
Tanto su preparación académica como su práctica legal hablan de una mujer notable y de una profesionista que ilumina el camino de otras mujeres que buscan irrumpir en el difícil territorio del ejercicio del Derecho y que inspira confianza a quien recurre por sus servicios especializados.
En una interesante y motivadora entrevista con Campestre, la Revista de Baja California, la profesionista que cursó la Licenciatura de Derecho y la Maestría de Derecho Corporativo Internacional en la Universidad Iberoamericana en Tijuana y la Maestría en Derecho Internacional Familiar en la USD de San Diego, nos dibuja de cuerpo completo su sólida personalidad humana y profesional.
Con respuestas ágiles, inteligentes y cargadas de experiencia personal y profesional, la Maestra De Orduna, propietaria en California de la firma Derecho de Familia De Orduna, APC, y que a lo largo de su carrera ha obtenido múltiples reconocimientos y premios entre las organizaciones de abogados del vecino estado, dialoga con Campestre para beneplácito de nuestros lectores. He aquí la entrevista.
Platícanos cómo y cuándo le nació la vocación por el Derecho, y porqué se quiso especializar en Derecho Familiar Internacional.
Honestamente cuando me registré en Derecho no sabía lo mucho que me iba a gustar. Fue una gran suerte que escogí la carrera ideal para mí. Y cuando muchos años más tarde, después de graduarme en una maestría en USD, busqué trabajo en San Diego. No conseguí nada en ningún despacho corporativo y el único que me ofreció trabajo fue un despacho de litigio civil y nuevamente fue una gran suerte porque descubrí que el litigio era mi verdadera vocación y el mejor trabajo para mí. En ese entonces mi ex jefa me dijo que lo mío era el derecho familiar y me forzó un poco porque yo no estaba buscando esa especialidad; sin embargo, ahora me alegro mucho porque tenía toda la razón. El tener licencia de abogado en México y en California poco a poco hizo que me especializó en derecho internacional familiar, pero fue algo que se fue dando solo; yo no lo planeé, pero si he aprendido a aprovecharlo cada vez más.
Hizo su Licenciatura en Derecho y la Maestría en Derecho Corporativo Internacional en la Universidad Iberoamericana en Tijuana. ¿Cuándo y por qué decide emigrar y fijar su residencia en California para seguir preparándose académicamente y para ejercer su profesión allá, de manera definitiva?
En 1999 yo estaba trabajando en Tijuana como gerente de la división legal en uno de los despachos más grandes del mundo y, después de tener a mi hijo, regresé al trabajo y me di cuenta con toda claridad que nunca iba a ser socia. En Tijuana no había socias mujeres y en toda América Latina sólo pude encontrar dos socias mujeres. En un vistazo me di cuenta que en todas las firmas similares en México tenía la misma ínfima posibilidad. Yo no estaba dispuesta a dejarle mi juventud y mi cerebro a ninguna firma por menos de la sociedad por lo que me vine a Estados Unidos donde pensé que las mujeres tenían igualdad de oportunidades como yo veía en las películas y la televisión. ¿La realidad?… Not exactly… pero por lo menos tienes chance, si estas dispuesta a sacrificarte y pelear duro es posible. Y ahora que tengo mi propia firma tengo la evidencia para probar que el éxito es para todos, seas quien seas y vengas de donde vengas.
Durante su educación en Tijuana, México, ¿hay algún pasaje de su vida de estudiante que le interesaría platicarnos? ¿Todo fue fácil, todo lo tenía claro en su futuro profesional?
En Tijuana era buena estudiante, pero ahora que tengo perspectiva, comparando ser estudiante en mi propio país y ser estudiante extranjero en California, la diferencia es enorme. En Tijuana, a los 18 años, se me dio todo relativamente fácil. En cambio, ser estudiante extranjero a los 30 y con un bebé de año y medio fue muy difícil. Muy difícil también fue pasar el examen de la barra el que tuve que presentar más de una vez.
Sabemos por su curriculum que ha sido reconocida y distinguida por organizaciones de abogados de California, ¿cómo consiguió la abogada tijuanense esos reconocimientos en un país distinto al suyo y siendo mujer? Platícanos un poco de esta interesante experiencia.
El primer reconocimiento importante me lo dio la Barra de Abogados de California. Recuerdo que recibí la invitación al evento del San Diego Volunteer Lawyers donde dieron los premios, pero yo no tenía idea que yo estaba entre los premiados y no fui. Un día abro el correo y casi me caigo de la silla porque la Barra casi nunca da premios de nada y en el sobre venía el premio Wiley W Manuel con el certificado por “Trabajo Comunitario Excepcional”.
Los otros premios importantes los he recibido del San Diego Súper Lawyers. En 2016 recibió el premio como Rising Star y en 2021 y 2022 como San Diego Top Lawyers. Este premio es prestigioso porque esta organización tiene una selección muy rígida y donde pasas por tres comités independientes. Los abogados que obtienen este premio están entre el 2.5 y el 5 por ciento del total de los abogados de cada condado.
Con base a su experiencia personal y profesional, ¿qué le diría a la mujer de nuestros días respecto a la necesidad de estar presentes, como mujeres, en los ámbitos laboral, económico y social, para dejar atrás el rol de ama de casa o dependiente del hombre?
Yo crecí en una familia muy unida y feliz, pero con ideas antiguas, donde se pensaba que el hombre tenía que destacar y la mujer quedarse en su casa. En los 90s, cuando Bill Clinton inició su campaña presidencial y su esposa Hillary se dio a conocer, las mujeres latinas vimos a una mujer tan brillante o más que su esposo, la cual no tenía miedo de expresarse donde fuera y con quien fuera. No era la típica esposa del presidente de Estados Unidos. Tenía un poder de inspirar a otras mujeres a tener más confianza, valorarse a sí mismas y no por el éxito de su esposo. El ejemplo de esta mujer cambió mi mentalidad 180 grados y empecé a tener una visión independiente de lo que podía hacer y lograr. Las mujeres tenemos la capacidad de apoyarnos, aunque no lo hacemos tan bien como los hombres, pero podemos inspirarnos unas a otras a superarnos y lograr nuestros sueños y metas.
¿Ha sido duro o difícil para usted destacar en su profesión, en California, en una actividad muchas veces liderada por hombres?
Sí ha sido muy difícil y me ha tomado mucho tiempo tener mi propia firma. Creo que apenas empiezo a destacar y estoy empezando a ver algo de éxito, pero me falta mucho por lograr. Es una realidad que la profesión sigue siendo dominada por hombres, aunque cada década se ven más y más mujeres tomando el mando. En lo personal fue una experiencia difícil no sólo por ser mujer sino también extranjera, sin conocer a nadie y empezando desde abajo como asistente legal hasta que pude obtener mi licencia. Tuve que hacer oídos sordos a los comentarios misóginos, o actitudes condescendientes cuando yo empezaba a practicar en litigio y constantemente me sentía nerviosa ante la experiencia y actitud machista de alguno que otro colega.
¿Por qué hace trabajo voluntario?
Yo tuve el privilegio de ir a la universidad y estudiar derecho en México, graduarme de una maestría en México y graduarme de una segunda maestría en San Diego y obtener una segunda licencia de abogado en Estados Unidos por lo que siento una obligación moral de ayudar a otros.
También lo hago por la satisfacción de poder ayudar a otros. Los casos más memorables y que me han dado más satisfacción casi siempre han sido trabajos voluntarios.
¿Se considera una profesionista eminentemente binacional?
En gran parte sí, pero más bien me considero especialista en derecho familiar internacional. Lo que sucede es que la gran mayoría de los asuntos que conllevan cuestiones internacionales casi siempre tienen que ver con México y California por la zona donde estoy, que está en frontera.
¿Podría platicarnos de su familia, sus padres, hijos, esposo, de su entorno social cuando residió en Tijuana?
Mi familia es mexicana y la mayoría venimos de Ciudad de México, pero las nuevas generaciones como mi sobrino y mi hijo son ciudadanos de Estados Unidos. La familia de mi papá viene de España y mi mamá tuvo una relación muy cercana con la mamá de mi papá por lo que conocí muchos aspectos de la cultura, comida y música española toda mi infancia.
Cuando mi papá nos mudó de Ciudad de México yo tenía apenas unos 15 o 16 años; me gradué de preparatoria y Derecho lo hice en una universidad en Tijuana por lo que me siento un poco más tijuanense que chilanga.
Tengo un hermano mayor que vive y trabaja en la industria maquiladora en Tijuana y una hermana menor que vive y trabaja en Chula Vista. Mi sobrina estudia en college en Escondido. Tengo un hijo hermoso y brillante que se llama Sebastián, el cual acaba de cumplir 22 y está estudiando en college.
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