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Gog Murguía: Escribiendo el legado

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Empresario que desafía límites, entrelaza estrategia, creatividad y una filosofía de vida que combina raíces firmes con la esencia del equilibrio entre lo tangible y lo emocional.

Por: Alonso Valenzuela

Luego de protagonizar un torneo memorable en la Liga MX con los Xolos de Tijuana, devolviéndolos a los primeros planos del éxito deportivo, Gog Murguía, empresario, vicepresidente del equipo y escritor, llega a las instalaciones de CAMPESTRE con una tranquilidad que contrasta con la magnitud de su trayectoria.

Como un personaje salido de una novela de Borges, su serenidad fluctúa únicamente en la superficie; bajo ella se intuye una intensidad que no necesita palabras de más para hacerse presente.

Su voz, medida y tranquila, tiene el peso de quien construye mundos, ya sea en el campo de fútbol, en los negocios o entre las líneas de un poema.

Tras el inicio de la conversación, y de forma inesperada, como esas genialidades que nacen de la espontaneidad y terminan convirtiéndose en grandes aciertos, surge una idea durante la plática: que su próximo libro lleve un aroma. 

Que sea una esencia que trascienda las palabras, una conexión sensorial que permita al lector sentir cada página como una experiencia única. Una que evoque la piel, la profundidad, y que, como un buen verso, deje una marca imposible de ignorar. 

“Imagínalo”, dice, mientras ajusta su chamarra de cuero negro. “Un libro que huela a cardamomo, ámbar, musgo”.

La idea suena excéntrica, incluso absurda para algunos, pero en su voz tiene todo el real sentido. Es el tipo de apuesta que haría alguien acostumbrado a soñar en grande, a construir realidades que otros ni siquiera se atreven a imaginar. 

Y así, en medio de esta extraña sinergia de emociones y fragancias, surgen nombres. Alguien en la sala de juntas evoca el  Ombré Leather de Tom Ford, una fragancia animálica como humana, justamente tan intensa como los sentimientos que Gog intenta plasmar en su obra.

Por eso no es casualidad que su poesía toque temas como el amor, la pasión y la existencia. Gog Murguía no escribe para la mente; escribe para el corazón. Escribe, como él mismo dice, «para dejar una marca que no se borra».

¿Quién es Gog Murguía?
«Soy papá, empresario y, ante todo, un ser humano. Siempre busco inspirarme día a día en las cosas que me rodean: en la gente, en sus proyectos. Mi intención es crecer como amigo, hijo, ciudadano, y, claro, como papá. Soy una persona de sentimiento y de pasión. Me encanta la cultura y compartir experiencias con la gente. También soy alguien que disfruta sentir profundamente, por eso me gusta leer, vivir la poesía y conectar con lo que me rodea”.

¿Qué es lo mejor de ser Gog?
«Últimamente, lo mejor ha sido ser papá. Además, he redescubierto mi humanidad al encontrar una nueva pasión: la escritura. Escribir me ha conectado con cosas que me inspiran, con ideas que me ayudan a crecer y, al mismo tiempo, a aportar algo a los demás: a mis hijos, a mi entorno y a mí. 

¿Y qué es lo más complicado?
«Enfrentar los retos del proceso. A veces te encuentras con tropiezos que generan frustración, momentos en los que sientes que no avanzas o que no logras lo que deseas. Pero esos mismos desafíos son los que te hacen crecer. Cada obstáculo resuelto te lleva a evolucionar. Claro, hay días en los que te preguntas: ‘¿Cómo puedo mejorar esto? ¿Cómo puedo resolver aquello?’ Y, al final, te das cuenta de que todo ese esfuerzo vale la pena, porque te transforma en una mejor versión de ti mismo.»

Mientras conversamos, sus respuestas parecen cuidadosas, y resalta un equilibrio en Gog, siendo contraste entre el hombre sereno que cita desde Borges, citar la línea de una canción de Julio Iglesias y ser el visionario que, con un golpe de decisión, puede encender la esperanza de fanáticos del deporte. 

¿Cómo logras mantener esa calma en el mundo tan vertiginoso del fútbol y los negocios?
«No siempre fue así, la tranquilidad llegó con el tiempo. A lo largo de los años me fui encontrando a mí mismo, reconociendo mis pasiones y logrando cierta paz interior. Es un proceso de autoconocimiento, en el que poco a poco aprendes a estar en contacto contigo mismo.

“Claro, hay momentos de estrés y compromisos que me ponen a mil por hora, pero he encontrado maneras de manejarlo. Hacer ejercicio me ayuda a equilibrarme. Esa rutina física y mental se ha vuelto clave para mantenerme tranquilo, incluso en épocas complicadas como ahora, con muchos compromisos y responsabilidades.»

EL RESURGIMIENTO

El resurgimiento este 2024 de Xolos no fue casualidad, sino el resultado de decisiones estratégicas encabezadas por la directiva, con Jorgealberto Hank en la Presidencia y Gog Murguía como vicepresidente. 

Ambos apostaron por una inversión visionaria al contratar al experimentado exentrenador de la selección mexicana, Juan Carlos Osorio, movimiento que cambió por completo el rumbo del equipo, apuntalando al club con jugadores claves.

Con ello se devolvió la esperanza a miles de aficionados, vislumbrando en Xolos un cuadro aguerrido, capaz de enfrentar cualquier desafío con el coraje y la pasión que los caracteriza. 

En estos procesos, la visión de Gog Murguía fue clave, derivado de su capacidad para identificar los momentos de inflexión del equipo y tomar decisiones acertadas.

¿Qué significa el fútbol para ti?
«Es una forma de vida. Es algo que también he podido transmitir a mis hijos, enseñándoles valores como la interacción, el trabajo en equipo y el aprendizaje de habilidades que van más allá del campo.

“Es un arte colectivo, donde aprendes a ganar y a perder, a vivir la pasión y las emociones que despierta. Es maravilloso ver cómo un equipo logra funcionar como una unidad. Para mí, el fútbol es eso: pasión, emociones, y una lección constante de vida.

«E Ir a un estadio de fútbol es un espacio de libertad. Durante esos 90 minutos puedes ser tú mismo, gritar, emocionarte y, sí, hasta llorar. Es un momento único en el que las emociones fluyen sin restricciones”.

¿Cuánto tiempo llevas involucrado en el fútbol organizacionalmente?
«Desde el inicio de Xolos. Soy cofundador del proyecto, y ya van casi 20 años. Lo más memorable ha sido el proceso de construir algo desde cero: lograr los primeros grandes éxitos, como ascender y ser campeones. Pero, sobre todo, ha sido gratificante ver cómo el deporte puede convertirse en un motor de cambio y unión para la comunidad.

“Decían que era imposible tener un equipo aquí, pero de repente, ya estaba todo estructurado, funcionando. Ese proceso, el convertir un sueño en realidad, es lo que más me marcó. Fue algo muy especial.»

¿Cómo vislumbras tu futuro en en este rubro?
«Siempre me sentiré ligado al fútbol, pero conforme pasa el tiempo, me he ido concentrando más en otros proyectos personales. Es algo que disfruto mucho porque ahora puedo dedicar más tiempo a esas ideas que me apasionan.

“Tengo en mente escribir un libro sobre el fútbol. Podría ser sobre lo que este deporte significa en la vida de las personas o, quizá, una crónica de nuestra historia aquí en Tijuana, desde cómo empezó todo hasta los logros que alcanzamos. Sería una forma de dejar un testimonio de lo que vivimos.»

¿Qué libros o lecturas consideras indispensables en tu vida?
«Creo que los libros tienen esa capacidad de marcarte dependiendo del momento en el que los leas. Por ejemplo, me inspira mucho Ralph Waldo Emerson; aunque no se considera poeta, su prosa tiene una profundidad casi lírica. También me fascina Jorge Luis Borges, quien mezcla la imaginación con la reflexión de una manera única. 

“No puedo dejar de mencionar a autores como William Shakespeare, que captura la complejidad humana de forma atemporal, o Gabriel García Márquez, cuyas historias están llenas de vida y emociones. Para mí, esos autores son indispensables porque te conectan con lo esencial, te obligan a reflexionar y te inspiran de formas que nunca imaginas.»

¿Qué significa para ti la publicación de tu libro de poemas?
«Escribir poesía nunca empezó con la intención de publicar. Era algo muy personal, una válvula de escape, una forma de canalizar mis emociones y pasiones. Con el tiempo, fui guardando esos poemas en una carpeta, sin imaginar que algún día los compartiría.

“Todo cambió cuando alguien cercano los leyó y me dijo: ‘Esto merece ser publicado.’ Ahí comenzó el proceso de trabajarlos más en serio, de editarlos una y otra vez. Incluso ahora, sigo revisándolos porque siempre encuentro algo que podría mejorar”.

Entonces, cuenta Gog, el proyecto tomó vida propia. Pasó de ser algo íntimo a convertirse en una forma de inspirar a otros. 

“Es emocionante pensar que mis palabras, que nacieron como algo tan personal, podrían tocar a otras personas, inspirarlas, que lleguen más lejos de lo que imagino. Para mí, ese es el verdadero significado de este libro, una conexión entre emociones compartidas.»

Para este momento, la entrevista con Gog Murguía trasciende la simple conversación y se transforma en un ejercicio de percepción y nos lleva hacia un tema que le apasiona por igual, y que es el del legado. 

Un ciclo realizado
Tras el paso de los minutos de la fría mañana, y entre sorbos del café que nos acompaña en la mesa, su voz toma fuerza al hablar de sus hijos. 

«Todo lo que hago al escribir es para ellos. Para que cuando estén grandes, pueda compartirles el mundo como yo lo veo”.

¿Has plantado un árbol?
«Sí, lo he hecho.»

Entonces, podríamos decir que ya cumpliste con esa máxima que se nos atribuye: tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol.
«Es curioso porque esa idea de ‘cumplir’ siempre me pareció más simbólica que literal, pero al darme cuenta de que lo he hecho, siento que es un recordatorio de lo que realmente importa en la vida.

“Tener un hijo me ha enseñado el amor incondicional. Escribir un libro me permitió expresar mi esencia y dejar algo tangible para el futuro. Y plantar un árbol es un acto de conexión con la naturaleza, algo que trasciende, que sigue creciendo más allá de uno mismo… todos requieren cuidado, atención y nutren algo más grande que uno mismo. Se siente bien, como si cada cosa que he hecho estuviera destinada a crecer, a dar frutos con el tiempo. Es una sensación muy especial.»

Mientras lo escucho, me doy cuenta de que Gog no habla sólo de actos, sino de decisiones. Cada árbol, cada libro, cada hijo representa un desafío, un reflejo de lo que creemos y de lo que queremos dejar en el mundo. En sus palabras hay una conexión con la idea de Borges: 

«Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.» Gog no quiere solo construir, quiere recordar y, al mismo tiempo, ser recordado.

¿Tus poemas son todos de amor?
«También exploran temas existenciales. Es como sucede con muchos poetas: aunque aparentemente hablan de amor, en realidad están reflexionando sobre la existencia, sobre las personas, sobre lo que significa ser humano. 

Cuando escribes, además de inspirar o dejar algo a quien te lee, ¿qué es lo que buscas transmitir?
«Algo que me motivó mucho fue pensar en dejarle a mis hijos una perspectiva de cómo veía el mundo y el amor. Eso fue lo que interesó tanto a Paco Palani y a GQ: la idea de que mis hijos, al leer el libro, puedan entender cómo su papá interpretaba la vida, el amor y todo lo que nos rodea. Y, como consecuencia, también cualquier lector podría conectar con esa visión, reflexionando sobre sus propias emociones y experiencias.»

¿Qué esperas que tus lectores encuentren en tu libro?

«Espero que lo vean como algo grande, porque hay muchas partes que son muy exóticas, casi, casi eróticas. Hay una intensidad en esos poemas que busca conectar con emociones profundas, con sensaciones que a veces evitamos explorar. Es una forma de hablar del amor y de la pasión desde diferentes ángulos, sin filtros, dejando que las palabras sean tan crudas o sinceras como lo exige el sentimiento.»

¿Qué tipo de música escuchas?
«Música clásica. Hay algo en cómo fluye, en cómo se mueve, que realmente inspira. Me encanta el rock clásico, el jazz. Depende mucho del momento y el estado de ánimo, pero casi siempre me encuentro regresando a las melodías de antes. Creo que tienen una profundidad y un alma que conectan conmigo de una forma especial.»

Si pudieras ejemplificar tu vida con una canción, ¿cuál sería?

«Definitivamente Me va, me va de Julio Iglesias. Esa canción me acompaña porque siento que refleja mi vida de una manera especial, con sus altibajos, sus momentos intensos y su ritmo único. Es como si cada estrofa contara una parte de mi historia.»

¿Y si tu vida fuera una película?
«Creo que iría con Shakespeare in Love. Tiene esa conexión con la escritura, el arte y la pasión que me identifican. 

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado en la vida?

«Es difícil elegir uno, pero si pienso en algo que realmente me ha marcado, sería: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. También me han dicho: Disfruta y valora lo que tienes en este momento. Creo que ambos consejos resumen una filosofía de vida que me ha ayudado a enfocarme, a actuar cuando es necesario y, al mismo tiempo, a ser agradecido con lo que tengo en el presente.»

¿Qué representa para ti ser un bajacaliforniano exitoso?
«Implica conocer tus raíces, valorarlas y, sobre todo, trabajar para mejorarlas. Se trata de disfrutar lo que tenemos aquí y contribuir a su crecimiento. Claro, está bien viajar y conocer otros lugares, pero también es importante aprender a apreciar lo que Baja California ofrece y enfocarte en desarrollarlo.

Por ejemplo, lo que hicimos con el fútbol fue un esfuerzo por construir algo aquí, por demostrar que se puede crecer localmente. Es lo mismo que veo en proyectos como los de Paco, que buscan descubrir y potenciar lo que tenemos en la región.

Otro consejo importante, que me dio mi papá y que siempre llevo conmigo es: No puedes ayudar a todo el mundo, pero sí puedes impactar a los que están a tu alrededor. Creo que eso define mucho lo que significa ser exitoso aquí: hacer la diferencia en tu entorno y dejar algo positivo para quienes te rodean.»

¿Quién es tu mayor ídolo en la vida?
«Definitivamente, mi papá (don Alberto Murguía Orozco). Ha sido una inspiración constante para mí.»

Si te encontraras con tu yo de 15 años, ¿qué le dirías?
«Le diría: ‘No te quieras comer el mundo de golpe. Tómalo con calma, pero con determinación. Recuerda: vísteme despacio, que llevo prisa, como decía Napoleón.’ Creo que a esa edad queremos hacer todo al mismo tiempo, pero la vida es un equilibrio entre paciencia y acción.»

La conversación llega a su fin, y Gog nos deja una reflexión poderosa sobre el equilibrio, enfatizando que es una meta esencial para disfrutar libertades absolutas, como perderse en un partido de fútbol o frente a un teclado, dejando que las palabras fluyan sin contención.

“Ambos te conectan contigo mismo», dice con firmeza. «Te permiten reencontrarte de una manera que la rutina diaria muchas veces te arrebata. Eso es algo invaluable.”

Hablamos brevemente de los hijos, de las pequeñas lecciones que la vida deja en el camino, y finalmente nos despedimos. 

Sin embargo, me quedo atrapado en una idea: ¿cuál sería el aroma que debería impregnar su libro?

Y es que si algún Dios oliera a Dior y los ángeles a Allure, los poemas de Gog tendrían que llevar la esencia de Terre d’Hermès, un perfume que destila misterio y esperanza, que nos habla de raíces profundas, pero también de cielos abiertos. 

Exactamente como él lo busca con su personalidad y sus escritos, de los cuales, reproducimos uno de ellos a continuación:

Soles de Serotonina
El espíritu de mi amor
Brilla a tu favor
Creando chispas de emoción
Fuego de pasión
Sembrando células de nuestra atracción
Eres maravilla de existir
Milagro de vivir
Encanto de sentir
Te enamoro en la esencia de tu ser
En el infinito brilla mi luz en tu placer
Como encanto de las estrellas
Nace nuestro futuro de vivir
Éxtasis de sentir
Como explosiones de dopamina
Como soles de serotonina
Como mi oro en tu mina
Tu deseo te ilumina
Brilla tu euforia al hacer el amor
Como sentimientos extravagantes de existir
Purificas mis células de vivir
Regeneras la existencia
Revives mi esencia
Eres chispa de emoción
Fuego de mi pasión
Eres sol de mi amor
que conspira a mi favor.

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