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Dr. Víctor Mendoza, historia de pasión, familia, NFL y Medicina

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Desde su infancia llena de aventuras hasta su formación rigurosa en la Urología y su nueva vida en Tijuana, cada capítulo de la vida del Dr. Víctor Mendoza refleja su compromiso con el bienestar y la felicidad. 

 Por: Alonso Valenzuela

La vida del doctor Víctor Osvaldo Mendoza está marcada por momentos y decisiones que han moldeado su camino hacia el campo de la Medicina, el cual abraza con profesionalismo y pasión.  

De 35 años, y originario de la CDMX, ahora encuentra su hogar en Tijuana, donde la felicidad trasciende lo profesional para arribar al plano personal. 

“Busco la felicidad a través de diferentes elementos. Creo que son las personas y el esfuerzo que uno pone en las cosas lo que realmente importa, tratando de disfrutar más el proceso que conlleva hacer mi día a día”, nos platica en un encuentro con CAMPESTRE el reconocido urólogo, quien atiende en el piso 6, consultorio 601 del Hospital Ángeles Tijuana. 

Siendo un joven doctor e integrante de una generación de médicos altamente capacitados en Baja California, Víctor deja huellas de su personalidad a través de actividades como viajar y explorar los rincones de México. Ser fiel seguidor de la NFL y los Empacadores de Green Bay. Disfrutar de una buena cerveza artesanal, ver películas como Heat, con el duelo actoral entre Al Pacino y Robert De Niro, o El Señor de los Anillos. También pasa ratos amenos viendo series como Naruto o Shingeki no Kyojin, o simplemente escuchando la música de Muse, Metallica, AC/DC, Daft Punk y Pharrell Williams, cuya canción «Happy», cuenta, es una de las que más lo definen. 

AQUELLOS RECUERDOS DE VERANO
Los veranos en uno de los pueblos del municipio de Huitzuco, Guerrero, de donde es originaria su mamá, confiesa que son tesoros en su memoria que guarda con cariño.  

Ahí, los largos días de libertad, rodeado de primos de la misma edad, explorando el campo y disfrutando de aventuras sin fin, forjaron en él un amor profundo por el aire libre y la naturaleza.  

“Siempre he disfrutado del aire libre. El campo, explorar, todo eso. Estos recuerdos, que ahora atesoro como oro molido, son sumamente gratos”.  

GREEN BAY Y EL DEPORTE
Los juegos con su padre, especialmente viendo los partidos de los Empacadores de Green Bay, se destacan como momentos especiales.  

“Creo que, después de los 10 o 12 años, empecé a ser más consciente de los momentos que compartía con mi papá viendo los juegos de Green Bay, y de ahí nació mi afición por la NFL y el equipo”. 

A través del fútbol americano, nos señala que encontró una conexión especial con su padre, pasión compartida que perdura en su memoria. 

Al igual, y como buen deportista, la natación también jugó un papel importante en su juventud. Competía con fervor, destacando en estilos como pecho y libre.  

En esa etapa, rememora, la disciplina y la competencia no sólo fortalecieron su cuerpo sino también su espíritu, enseñándole a enfocarse y a perseverar para lograr sus objetivos. 

EL LLAMADO DE LA MEDICINA
Desde niño, Víctor cuenta que mostró interés inusitado por la biología. Pasaba horas leyendo enciclopedias, fascinado por el sistema solar y el ciclo de vida de las mariposas.  

Este amor por la ciencia se combinó con la preocupación por la salud familiar, especialmente debido a la hipercolesterolemia que afectaba a varios miembros de su familia. Al tiempo, la enfermedad y su impacto lo impulsaron a profundizar en el conocimiento médico, buscando respuestas y soluciones. 

Sin embargo, la decisión de comenzar la carrera en Medicina no fue impulsiva; la elección fue basada en la profunda curiosidad y necesidad de entender el cuerpo humano.  

En ella, Víctor narra que encontró la forma de combinar su amor por la biología con su deseo de ayudar a otros. La competencia, la disciplina y el narcisismo, que según él son rasgos comunes en los médicos, lo guiaron hacia esta profesión exigente pero gratificante. 

FORMACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN EN UROLOGÍA

Ya durante su formación académica como futuro profesional de la salud, Víctor tuvo la oportunidad de rotar en prestigiosos hospitales de la Ciudad de México, como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.  

Ahí, descubriría su interés por la Urología, especialidad versátil que le permitía involucrarse en consultas, procedimientos menores y cirugías complejas.  

Fue entonces que bajo la tutela de destacados médicos como el Dr. Mariano Sotomayor, se empapó de conocimientos y desarrolló habilidades que lo definirían como un galeno altamente capacitado. 

LA GRATIFICACIÓN DE SER CIRUJANO
La primera vez que Víctor salvó una vida como cirujano fue un momento trascendental. Sentir la responsabilidad y el impacto de sus manos curando a un paciente le dio una sensación indescriptible de logro.  

Cada cirugía exitosa, especialmente aquellas que involucran tumores complejos, reafirma su vocación y su compromiso con la salud. La adrenalina y la satisfacción de ver a un paciente recuperarse son experiencias que el Dr. Víctor atesora, impulsándolo a seguir mejorando y aprendiendo. 

 

¿CÓMO TE GUSTARÍA SER RECORDADO?
“Entre mis pacientes, quiero ser recordado como alguien que les aportó salud y bienestar a sus vidas. Entre amistades, personas cercanas y familiares, me gustaría ser recordado como una buena persona. Esa es una batalla personal que a veces parece resuelta, pero no siempre es así. Cuando pasas los 20 años, piensas que ya sabes cómo hacer las cosas, pero te das cuenta de que a veces te desvías y empiezas a cometer errores. 

“Es necesario recalibrar constantemente, y eso es un ejercicio continuo. Creo que ser una buena persona es algo que me propuse desde la adolescencia y que he sido más consciente de practicar. Me gustaría ser recordado no tanto por haberlo logrado completamente, sino por el esfuerzo constante en ese camino”. 

 

¿CUÁL HA SIDO EL MEJOR CONSEJO QUE TE HAN DADO EN LA VIDA? 

“Un maestro de la preparatoria me dio un consejo muy importante. Durante unas charlas de orientación vocacional, nos dijo: « Las dos decisiones más importantes de tu vida son qué carrera vas a elegir y con quién te vas a casar». En ese momento, no le di mucha importancia, pero ahora que estoy a punto de casarme, lo recuerdo con claridad. Hablaba poco con mi papá sobre mi carrera y casi nada sobre mujeres, algo que ahora lamento porque él fue una figura muy importante en mi vida. Las palabras de mi profesor resuenan profundamente en mi mente, y considero que fue uno de los mejores consejos que he recibido. Recientemente, también recibí un valioso consejo de un socio y amigo muy estimado, Christian Villera, de Urólogos de México. Es un líder en el campo de la urología y cirugía robótica. Me dijo: « Siempre busca los mejores resultados, no importa si tienes que pedir ayuda. No tienes que hacerlo todo solo. Busca los mejores resultados para tus pacientes y las cosas saldrán bien.» Este consejo ha influido mucho en mi práctica médica y en mi vida”.

 NUEVO COMIENZO EN TIJUANA Y SU MAYOR PROYECTO DE VIDA 

Transcurridos los años, fue el amor el que trajo a Víctor a Tijuana, ciudad que describió como una urbe muy feliz. Atraído por su futura esposa, Sarahí, también doctora, Víctor se estableció en esta frontera, adaptándose a un nuevo ritmo de vida y descubriendo la calidez de su gente.  

En su relación con Sarahí, confiesa, ha encontrado el equilibrio perfecto, compartiendo viajes y experiencias que enriquecen su vida juntos.  

Ambos tienen como sueño el conocer todo México, reflejando su deseo de explorar y apreciar cada rincón del país que ama, y no únicamente hacerlo a a través de libros e ilustraciones. 

“Ese es el tipo de viaje que me gusta y lo que me gustaría completar con ella en particular. Creo que uno de mis objetivos de vida es tratar de conocer todo México a su lado. Ella ha hecho mi vida mucho mejor, y con mucho amor y cariño, espero siempre hacer su vida mejor también”, nos afirma con una sonrisa y brillo en sus ojos, al hablar de la que en pocos meses será su futura esposa. 

El tiempo de la entrevista está por concluir, y entre anécdotas, y diversos temas, confirmamos que la vida de Víctor está guiada por el principio de ser una buena persona.  

“A lo largo de los años, he comprendido que ser una buena persona es un objetivo constante, un esfuerzo diario por mejorar y aportar positivamente a quienes me rodean. Sin olvidar la humildad y disposición para pedir aconsejar o pedir ayuda cuando sea necesario”. 

 Ahora sí, el llamado de un nuevo paciente que atender da fin a la plática, no sin antes aconsejar a los lectores que no tengan miedo de acudir al doctor, especialmente al urólogo. “No hay mejor persona para tratar esos temas. A menudo preguntamos a muchas personas cuyas opiniones están influenciadas por temas religiosos, sus propios miedos, etcétera. La realidad es que lo mejor es acercarse al experto y platicar abiertamente sobre el tema. Es importante tratar de superar los prejuicios o temores que podamos tener”, concluye.

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