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Daylín García Ruvalcaba: El ímpetu de una nueva generación

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Por: Alonso Valenzuela

La historia de liderazgo y compromiso de Daylín García Ruvalcaba comienza con un sueño: transformar la realidad de su comunidad con valentía y determinación. 

Desde muy joven, comprendió que el cambio no ocurre por sí solo, sino que es resultado del esfuerzo constante y de una visión clara. 

Así, y a lo largo de los años, su camino ha sido una demostración de cómo la pasión por servir puede abrir puertas y desafiar estructuras establecidas. 

Hoy, como diputada en Baja California por Movimiento Ciudadano y líder de dicho instituto político en el Estado, se ha convertido en una voz firme, un referente de acción y una inspiración para las nuevas generaciones.

Encuentro con CAMPESTRE

Es jueves y el frío del clima contrasta con la calidez del ambiente. El eco de los pasos resuena en las oficinas de CAMPESTRE mientras Daylín García Ruvalcaba y su equipo llegan con energía y entusiasmo, listos para comenzar la conversación, con una sonrisa que refleja su carácter decidido y cercano.

Construyendo desde el servicio

Desde sus primeros años de su andar en Mexicali, Daylín recuerda que ha estado impulsada por una energía inagotable para mejorar su entorno. Su camino ha abarcado desde el activismo social hasta la representación política, consolidándose como una voz inconfundible en la toma de decisiones.

«Siempre he creído que la clave para mejorar nuestro futuro es atreverse a hacer las cosas de forma distinta. No sólo en políticas públicas, sino en cómo trabajamos juntos para generar un verdadero cambio», afirma con convicción.

Baja California es un Estado en constante evolución y Daylín ha sido pieza clave en la apertura de espacios para mujeres en el liderazgo. 

Su paso por el sector empresarial, desde su participación en Coparmex hasta su dirección en el Consejo Coordinador Empresarial, le brindó herramientas para comprender la dinámica económica de la región. Pero fue en la política donde encontró su verdadera vocación: defender los derechos de la ciudadanía.

La política como herramienta de cambio

Para Daylín, la política no es un juego de intereses, sino un mecanismo para transformar la realidad. «No podemos dejar la política en manos de unos pocos; debemos involucrarnos y exigir lo que nos corresponde».

Su labor legislativa se ha centrado en atender necesidades urgentes como la transparencia gubernamental, el fortalecimiento del sistema de salud y la seguridad pública. «Recorrer las colonias y escuchar a la gente me ha enseñado que las preocupaciones son reales y urgentes. No podemos ignorarlas», expresa.

En el Congreso, enfrenta a una mayoría política que, según dice, suele resistirse al cambio.

Aun así, su posición ha sido firme: «Si el gobierno no escucha, la ciudadanía debe alzar la voz con más fuerza».

En cuanto al que considera como uno de los temas que más la han conmovido, éste es el de la lucha por garantizar tratamientos para niños con cáncer. 

El caso de Abril, una pequeña que enfrentaba obstáculos burocráticos para recibir quimioterapia, marcó un antes y un después en su gestión. 

«No podemos aceptar que la vida de un niño dependa de la indiferencia de las autoridades. Hicimos lo necesario para que recibiera atención, pero queda mucho por hacer. La salud no debe ser un privilegio, sino un derecho garantizado».

Acciones con impacto

Para Daylín, se trata de actuar, y no nada más de señalar problemas. «Las soluciones no se logran con discursos, sino con acciones concretas. Cada iniciativa busca resultados reales que la gente sienta en su día a día».

En temas ambientales, enfatiza la urgencia de iniciativas sustentables: «No podemos postergar la crisis climática. Necesitamos políticas públicas que protejan nuestros recursos naturales y fomenten energías limpias».

Sobre la economía, destaca la necesidad de optimizar la administración de recursos, fomentar la rendición de cuentas y recuperar la confianza ciudadana. «Enfrentamos retos como la crisis de vivienda y el alza en costos de vida. Urgen acciones concretas».

Además, considera que el fortalecimiento de la educación es un pilar fundamental para el desarrollo del estado. «Es necesario invertir en la formación de los jóvenes, mejorar la infraestructura escolar y garantizar acceso a educación de calidad. No podemos construir un mejor destino sin priorizar la enseñanza».

Por otro lado, recalca la importancia de la equidad de género en la toma de decisiones. «Las mujeres hemos demostrado nuestra capacidad de liderazgo y compromiso. Es momento de que se nos reconozca con espacios reales en la política y la sociedad. La paridad no es sólo una meta, es una necesidad».

Más allá de la política

Daylín, como toda joven que proyecta diversas facetas, también encuentra inspiración en la música y el deporte. 

Canciones como Caminando por la vida de Melendi y Back in Black de AC/DC la llenan de energía antes de sesiones clave en el Congreso. 

Expresa que desde niña disfruta patinar y nadar, actividades que le brindan equilibrio y disciplina; no por nada encuentra en el multicampeón olímpico Michael Phelps un referente de perseverancia.

Ve en Instagram una herramienta fundamental para la comunicación con la ciudadanía. «Hoy las redes nos permiten conectar con la gente, compartir información relevante y promover la participación política».

Y en cuanto a su interés por la lectura, mencionando que comenzó desde pequeña, por lo que un libro que siempre recomienda es Absurda, especialmente a madres con hijas adolescentes, pues considera que ofrece valiosas reflexiones.

Un futuro construido con acción

“Si pudiera enviar un mensaje a su yo de 15 años, le diría que siga luchando por sus sueños y aprenda a tomarse las cosas con calma. La adolescencia es una etapa de crecimiento. Ahora comprendo la importancia de disfrutar el camino sin prisas», sentencia.

Bajo esa premisa, su legado es claro, al querer ser recordada como una mujer que logró que las mejores personas participaran en política, que abrió espacios para los jóvenes y transformó la toma de decisiones en Baja California. 

«No basta con criticar, hay que actuar con responsabilidad», exclama. Sin embargo, y muy a pesar de los obstáculos, ve con optimismo el camino por recorrer. 

«No se trata de ganar espacios sólo por ganarlos, sino de consolidar un proyecto a largo plazo. Cada decisión de hoy servirá de base para el futuro».

Al final no hay duda, cada palabra de Daylín es una invitación a dejar la indiferencia de lado, porque Baja California se construye día a día con quienes creen en el cambio y deciden ser parte de él. “No basta con observar; hay que alzar la voz, hay que participar”.

Su historia aún se está escribiendo, pero ya es claro que el capítulo que sigue es el de una mujer que lucha, transforma y construye. 

Por lo pronto, su liderazgo ilumina nuevas rutas, demostrando que el verdadero poder radica en la gente, y que el provenir de Baja California está en manos de quienes no temen desafiar lo establecido.

“Las cosas van a cambiar, pero sólo si seguimos luchando y exigiendo gobiernos eficientes, transparentes y comprometidos con la calidad de vida de todas las personas, especialmente de nuestras niñas y niños”, concluye.

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