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Forjando puentes en la frontera: Adriana Eguía y su misión en DEITAC

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Con una visión audaz y una estrategia clara, Adriana toma el liderazgo de DEITAC para proyectar a Tijuana como un modelo global de desarrollo industrial y sostenibilidad.

Por: Alonso Valenzuela

Adriana Eguía Alaniz, recién nombrada presidenta de Desarrollo Económico e Industrial de Tijuana (DEITAC) para el periodo 2025-26, es una mujer que encarna la fuerza de Tijuana misma.

A su encuentro con CAMPESTRE,  llega a nuestras oficinas con esa sonrisa que la caracteriza y una seguridad en su forma de desenvolverse que sólo los años de experiencia pueden otorgar. 

Desde el primer instante, su carisma y claridad reflejan los valores de un liderazgo excepcional, cualidades que la han llevado a ser reconocida por la revista Expansión como una de las 30 personas más sobresalientes con el potencial de cambiar el mundo.

Como presidenta de DEITAC, Adriana asume la misión de promover a Tijuana como un destino estratégico para atraer inversiones industriales extranjeras. Y su objetivo es claro: impulsar el desarrollo económico de la región generando empleos que beneficien a la comunidad de esta frontera. 

«La empatía no está peleada con el poder« podría ser el título de la biografía de Adriana, quien es egresada de Negocios Internacionales por la Universidad Inholland, con un MBA por CETYS Universidad. 

Precisamente esta frase es la que le confiere una visión de liderazgo que se centra en transformar barreras en oportunidades de conexión

Reconoce que su sensibilidad es una fuerza que la impulsa a escuchar y comprender a quienes la rodean, tanto en su vida personal como profesional. “Es una dinámica muy especial que me permite conectar y entender mejor tanto a mi familia como a las personas con las que colaboro”, comparte.

El reto de liderar DEITAC
Tras la plática, comprobamos que su carrera se ha tejido como una trayectoria singular, cimentada en la empatía, pilar que, como ella misma afirma, «es la esencia de todo buen liderazgo».

Con un andar de más de una década en el desarrollo económico y 21 años en el mundo del emprendimiento, Adriana ha transitado por un camino de aprendizaje constante. 

Fue directora ejecutiva en la Calibaja Binational Megaregion, lideró la vicepresidencia de Vesta Group en la región Noroeste y ha trabajado en incubadoras y aceleradoras de negocios, con una visión enfocada en el desarrollo binacional de la mega región Tijuana-San Diego.

“Para mí, ser presidenta de DEITAC representa una gran responsabilidad. Es estar en la otra cara de la moneda, porque hace seis años me tocó ser directora general del organismo y ejecutar las estrategias. Ahora, me corresponde sentar las bases del pensamiento estratégico para proyectar lo mejor de Tijuana”, reflexiona Adriana.

La humildad como consejo clave en momentos decisivos

Con esta filosofía en mente, Adriana asume uno de los retos más significativos de su carrera para proyectar lo mejor de Tijuana, acompañándose de una serie de conceptos fundamentales.

“Siempre recordar por qué haces lo que haces”, es el consejo que Adriana lleva como mantra. “La humildad es clave. A pesar de ocupar una posición de poder, no podemos perder de vista que estamos aquí para servir, no para imponernos”, sostiene. 

Todo esto resalta aún más, porque aunque parezca sencillo, este principio parece estar lejos de ser común en un mundo donde las ambiciones personales suelen opacar los intereses colectivos.

Cree que el liderazgo requiere más que buenas ideas: “Un líder debe ser claro en su comunicación, motivar a los demás y tener la capacidad de ejecutar ideas. Las mujeres, en particular, tenemos esta cualidad de no quedarnos sólo con la idea, sino llevarla a cabo”, afirma con convicción.

Y al compartirnos sobre algunos de sus momentos que marcaron  su carrera, no duda en señalar que fue el de liderar proyectos binacionales entre Tijuana y California.

“Lograr que mi conocimiento influyera en líderes de ambos lados de la frontera fue muy gratificante. Es un reto enorme porque compites con personas sumamente preparadas, pero ver que tus aportaciones generan cambios positivos es único”.

También recuerda con especial cariño su etapa como parte del equipo productor del primer TEDx en la frontera San Diego-Tijuana. Para ella, este tipo de iniciativas son una ventana al mundo que permite mostrar el talento y la creatividad que caracterizan a la región.

Una visión para Tijuana
Adriana busca posicionar a Tijuana como líder en la industria 4.0, promoviendo la digitalización en la manufactura y creando clusters tecnológicos que conecten a la región con mercados globales.

“Veo a Tijuana en 10 años como una ciudad mucho más avanzada, con tecnología aplicada a diversas industrias, mejor infraestructura y una conexión más fuerte entre sectores clave como el transporte, la electrónica y la manufactura. Si seguimos en esta dirección, será un ejemplo de ciudad fronteriza dinámica, innovadora y sostenible”, afirma con optimismo.

Su amor por Baja California también se refleja en su admiración por la diversidad de la región. “Es un lugar donde puedes disfrutar de la playa, la montaña, el desierto y el valle en un sólo día. Eso me llena de orgullo y me inspira a seguir trabajando por nuestra tierra”.

Más allá de la profesional
Cuando se le pregunta sobre su vida personal, Adriana dibuja una sonrisa genuina en su rostro, al mencionarnos a su familia, compuesta por esposo e hijos.

“Estoy construyendo una nueva etapa de mi vida junto a mi esposo. Es una experiencia que me está enseñando mucho sobre el significado de ser pareja y familia”.

Adriana también encuentra tiempo para sus pasiones, como el ballet y la música. 

“Bailé durante 20 años y fui maestra de salsa por un tiempo. Aunque no me dediqué profesionalmente al canto, siempre me quedé con ganas de participar en un concurso donde pudiera mostrar mis habilidades”, confiesa.

“Cuando estoy con mi familia o bailo, siento que todo encaja. Es un momento de conexión conmigo misma y con lo que realmente importa”..

Si tuviera un superpoder, confiesa que elegiría leer la mente de las personas. “Sería una herramienta increíble para entender mejor a los demás y tomar decisiones más informadas, aunque también representaría una gran responsabilidad”, reflexiona.

Su pasión por lo estratégico también se refleja en su gusto por la serie Breaking Bad. Para ella, la narrativa de Walter White encarna la importancia de la estrategia y cómo las decisiones bien calculadas pueden marcar la diferencia, aunque admite que el trasfondo moral es un recordatorio de los riesgos del poder desmedido.

Al surgir la duda sobre cómo le gustaría ser recordada en un futuro, su respuesta es contundente: “Como alguien que hizo una diferencia positiva. No importa si es un pequeño o gran cambio, lo importante es haber contribuido al bienestar de mi comunidad y haber inspirado a otros a hacer lo mismo”.

“Nunca pierdan el piso”, es lo que comparte para quienes ocupan puestos de liderazgo, porque en un mundo donde las posiciones de poder son temporales, lo que trasciende son las acciones que dejamos y el impacto que generamos en nuestra comunidad.

El encuentro culmina, y termina siendo con una grata sorpresa. Mientras posa en el estudio para las fotos, la voz de Adriana  comienza a tararear una melodía, y de repente todo encaja: ella es de esas personas que disfrutan plenamente cada instante y acción de su vida. La tesitura de su voz es la prueba de ello.

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