La especialista en relaciones públicas y actual directora comercial de UL Baja, Carmen Laborín reúne más de 20 años cómo experiencia en relaciones públicas, comunicación y ventas; este agosto sostuvo su primera exposición colectiva con artistas de la región.
Por: Andrés Barba Gómez
Para Camen Laborín, la trayectoria de cualquier mujer está marcada por la valentía. Ese valor lo demuestra en saber reconocer y expresar lo mejor de cada proyecto y lugar en el que ha tenido la oportunidad de habitar en sus 44 años de vida.
Ahora, cómo directora de estrategias comerciales de la desarrolladora inmobiliaria UL Baja, tiene la oportunidad de ayudar a otras personas a encontrar ese espacio ideal en dónde vivir.
Sin embargo, esto es posible gracias a que ella misma se reconoce a sí como su propio hogar.
En entrevista para CAMPESTRE, la experta en relaciones públicas recuerda que desde los 20 años tuvo la oportunidad de realizar un intercambio estudiantil en Francia, desde su natal Hermosillo. Posteriormente se formó como publicista en Grupo Reforma de la Ciudad de México, dónde tuvo la oportunidad de vivir la transición de la empresa a ser un medio digital.
Asimismo, se forjó en hotelería y organización de eventos en el hotel Grand Velas de Rivera Maya así como en el hotel Las Palomas, para después colaborar con diferentes proyectos relacionados con turismo de reuniones en Nueva York y Playa del Carmen, cada uno con su propio ciclo.
“Una de mis cualidades es llevar del caos al orden, estructurar, preparar todo el proceso de incubación de proyectos. Encontrar esa alineación en lo que no funciona o aún tiene oportunidad (…) A mí lo que me encanta es la gente, los amigos, el borlote. Aunque también amo el otro extremo, estar en silencio, escuchar audiolibros, meditar, estar con mis perros”, comenta Laborín, quien desde hace casi un año se estableció de forma indefinida en Tijuana.
Actualmente, Carmen afirma estar en paz y feliz con todas las mudanzas que le ha traído su andar profesional. “Las mudanzas son más dramáticas para unos que para otros. Uno viene con expectativas que no siempre se cumplen. A veces porque nos cuesta reclamar el lugar en el que nos queremos acomodar,” comenta, para a su vez revelarnos que su secreto para habitar cada lugar en el que ha estado son la entrega, tener claridad en sus emociones y aterrizar a través de una meditación activa.
“Cuando hago esto o lo otro, no dejo de ser todas las Carmen Lorena que fui. La hotelera, por ejemplo, nunca lo voy a dejar de ser. Probablemente, lo voy a dejar de hacer, pero todas las actividades que yo disfrutaba hacer, las personas que conocí, siempre se quedan conmigo. Yo hacía hasta 25 trade shows al año y eso requiere pasión.” explica Laborín.
Esa misma pasión se ha visto recompensada en su trayectoria profesional. Después de su experiencia cómo hotelera, decidió emprender como wedding planner, en donde incluso pudo conocer a sus colegas publicistas de la revista Bridal Guide.
“Esa revista yo la compraba desde que era chiquita. Yo vivía en frontera y de repente íbamos al otro lado a comprar libros para pintar y revistas. Entonces yo recordaba faldas y vestidos y les hacía una historia, ¿quién iba a decir que esas revistas Bridal Guide ahora yo iba a platicar con uno de los publisher?”
Actualmente la también artista plástica destina la mayor parte de sus energías al Real Estate.
Asimismo, nos comparte que le parece interesante que a las vendedoras del sexo femenino les interese más los proyectos residenciales que los comerciales. “Nos sale lo maternal. Por eso, aunque a un proyecto lo tengas que apapachar, corretear y comprender, lo continúas. Aunque a veces ni lo quieras ver hasta que lo logres terminar,” explica.
Además, celebra que este agosto tuvo la oportunidad de participar en su primera exposición colectiva cómo artista abstracta en el evento de La Noche Blanca, como parte de su proyecto Magabunda.
“No hay nada que perder. Siempre que nos tengamos a nosotras mismas, tenemos todas las de ganar. Creo que el reto está en ser lo más genuinas posible en nuestra esencia y retomar la valentía que tenemos como mujeres y con todo lo que hemos vivido. En eso está nuestro gran tesoro y riqueza,” afirma Carmen Laborín, como recordatorio para las mujeres de que tienen dentro de sí, la valentía de reinventarse todos los días.
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