Por: Gustavo Morales / Director editorial de BCTneus
La polémica reforma contra el nepotismo que lanzó la presidenta Claudia Sheinbaum, ha exhibido las intenciones de varios militantes de Morena. Con dicha reforma se pretende impedir que familiares de políticos con cargos electos, hereden dichos cargos al competir en elecciones apoyados por el poder, y así terminar con el caciquismo político que se vive en diferentes partes del país y en casi todos los niveles de gobierno.
Esto debería ser aplaudido y apoyado por cualquier político que se identifique con la izquierda y que esté en su puesto por ayudar al pueblo. Sin embargo, aunque en la Cámara de Diputados se aprobó rápidamente, en la Cámara de Senadores se aprobó con sus respectivas restricciones. La presidenta pretendía que dicha reforma entrara en vigor desde las elecciones del 2027 y los senadores, principalmente los del Partido Verde, dijeron que no. Sí se aprobó la reforma, pero entrará en vigor hasta el 2030.
La aprobación de la reforma, con todo y sus restricciones, es un avance y nos beneficia como ciudadanos. Pero nos muestra cierto lado de algunos políticos, incluidos militantes de Morena, que al parecer llegaron a dónde están buscando el poder en vez del bien social, se han beneficiado de dicho nepotismo y es posible que pretendan hacerlo una última vez. Como es el caso de Félix Salgado Macedonio, quien busca ser el próximo gobernador de Guerrero y así suceder a su hija Evelin Salgado, quien, por cierto, compitió por dicho cargo prácticamente en nombre de su papá, ya que éste no pudo ser candidato por las acusaciones de abuso sexual que había en su contra.
En su momento el expresidente Andrés Manuel López Obrador tenía un compromiso político con Salgado Macedonio, y, a pesar de las acusaciones en su contra, aceptó que Evelin Salgado subiera a la candidatura, aunque ella no figuraba para nada en ésta, pagando así su compromiso. Pero al parecer esto no satisface las ambiciones de Salgado Macedonio, quien no solamente quiere que el poder quede en su familia, si no que quiere que esté en sus manos.
Un caso similar ocurre con la familia de Ricardo Monreal, quien fue gobernador de Zacatecas, Estado del que actualmente su hermano David es gobernador y otro hermano pretende serlo después de él. Por otro lado, su hija Catalina fue candidata a alcaldesa por el municipio de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, alcaldía que previamente había sido gobernada por Monreal. Catalina perdió las elecciones, pero Monreal luchó con uñas y dientes en el Tribunal Electoral, para recuperar lo que, en su delirio político, le pertenece. Y esto sólo por mencionar los cargos heredados, ya que, si de Nepotismo en general hablamos, media familia de Monreal ocupa algún cargo político o de gobierno.
Estos son los casos que más han salido a relucir por parte de Morena, al igual que el de los Yunes que se han pasado el poder en Veracruz durante años y que recientemente fueron cobijados por Morena. Pero casos como estos se cuecen en todos los partidos y en todos los estados. El caciqueo político es una práctica que no permite el progreso al impedir el cambio de ideas o de estrategias que puedan ayudar a la ciudadanía y que deja en dichos puestos de gobierno a personas que muchas veces ni siquiera comparten un interés político y que aceptan los cargos como prestanombres de aquellos que quieren continuar en el poder.
Y es aquí donde debemos preguntarnos, ¿qué clase de político buscaría esto? Aquel que está buscando el bien del pueblo permitiría que otra persona con ideales afines le sucediera, ¿no? Entonces, ¿por qué no dejan pasar el cargo?, ¿qué beneficios extras les da tener el poder? ¿Pretender quedarse en un puesto de gobierno evidencía las intenciones corruptas de un político? Me gustaría decir que no, pero la historia nos dice lo contrario, y basta con investigar un poco a cualquiera de los políticos antes mencionados, para darnos cuenta de que tienen más de lo que sus puestos les han dado.
Esta reforma contra el nepotismo será un arma para evitar el caciquismo, pero los partidos políticos necesitan empezar a hacer limpias en sus filas y quitarse del camino a aquellos que sólo busquen un bienestar personal. Quizá esto no vaya con los partidos de derecha, pero considero que es buen momento para que Morena se empiece a cuestionar y confronte a aquellos que caigan y defiendan prácticas que van en contra del bienestar de las y los mexicanos, como bien lo hizo Luisa Alcalde, al solidarizarse con la presidenta, y hacer válida su petición de prohibir el nepotismo desde las elecciones del 2027 en el interior del partido, quitándoles su última oportunidad de perpetuarse en el poder a todos los militantes de Morena. Ya veremos en las elecciones cuántos de estos se quedan y cuántos se van.
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