Por: David Figueroa Zurita / Presidente de Grupo Bolt
Hace algunos días, tuve la oportunidad de realizar un viaje a Países Bajos y Suecia como parte de una delegación de empresarios nacionales, encabezada por el secretario de Turismo de México, Miguel Torruco Marqués, en el marco de la gira “Tocando Puertas”.
El objetivo fue impulsar el intercambio de ideas y propuestas sobre cómo fortalecer la relación binacional en términos de inversión turística y conectividad aérea. Y en lo personal, de conocer más la esencia de países que son netamente innovadores.
En estos encuentros, resultó evidente cómo Suecia se ha posicionado como modelo a seguir, no solo por su enfoque en el desarrollo económico, sino también por la sólida estructura educativa que respalda su crecimiento.
No hay ninguna duda de que la prosperidad de la nación escandinava está íntimamente ligada a su sistema educativo que fomenta la innovación y prepara a los ciudadanos para enfrentar desafíos globales. Esto, a su vez, tiene impacto directo en sectores como el turismo, donde el poder adquisitivo y el deseo de descubrir nuevas culturas impulsan a los suecos a explorar destinos exóticos.
Y como se dice coloquialmente “para muestra un botón”: En los últimos años, Suecia ha visto incrementar los viajes de larga distancia. Los inviernos fríos y oscuros, sumados a un alto poder adquisitivo, han creado una cultura donde las experiencias y el descubrimiento de nuevas culturas son altamente valorados.
México, con su oferta de sol, playa y, sobre todo, la rica herencia cultural que nos caracteriza, como la maya y azteca, se ha convertido en uno de los destinos preferidos para los turistas suecos que buscan escapar de los climas gélidos.
En 2023, arribaron 30,191 turistas suecos a nuestro país vía aérea, generando una derrama económica de 33.9 millones de dólares. En el primer semestre de 2024, ya se registraban 14,732 visitantes, con un gasto de 17.9 millones de dólares, lo que evidencia el creciente interés por nuestro país.
Esto se refleja en nuestra capacidad para preservar costumbres, festivales y la herencia arquitectónica, lo que nos convierte en un destino que va más allá de lo superficial, ofreciendo una experiencia auténtica y rica en historia para quienes lo visitan.
Al destacar en la preservación de su legado, México está llamado a convertirse en uno de los líderes del turismo cultural, captando la atención de aquellos que valoran raíces e historias que perduran a lo largo del tiempo.
Por ello, ante autoridades y empresarios acordamos establecer puentes entre los principales tour operadores de ambos países para incrementar el flujo de turistas y crear nuevas oportunidades de colaboración.
Estos diálogos terminaron reflejando el nexo directo entre educación, desarrollo económico y turismo en Suecia, al que bien podríamos denominar el «efecto escandinavo».
Y lo podemos nombrar así, porque comprendemos que su éxito se debe en gran medida a la educación, al ser pieza clave en su competitividad internacional y bienestar social, enfocada en empoderar a los ciudadanos para innovar, crear y liderar en sectores clave.
En Suecia, la educación es vista como inversión estratégica y no como un gasto, lo que ha permitido al país alcanzar altos niveles de desarrollo económico y social. La educación es obligatoria para los niños entre 7 y 16 años, y el sistema está diseñado para adaptarse a las condiciones climáticas, organizando los cursos en dos semestres.
Las cifras no mienten: Suecia invierte alrededor de 18,000 dólares por estudiante al año y mantiene una ratio de un profesor por cada nueve alumnos, lo que garantiza atención personalizada y de alta calidad.
No es de extrañar que tengan uno de los puntajes más altos en el informe PISA, con una media de 496 sobre 600 en lectura, matemáticas y ciencias. A su vez, el 76.5% de la población se muestra satisfecha con la educación que recibe, lo que refuerza la confianza en su sistema.
Además, Suecia se sitúa entre las naciones más innovadoras del mundo, según estudios de la Universidad Cornell y otras instituciones. Las universidades suecas son un ejemplo de sostenibilidad y están comprometidas con formar profesionales que lideren cambios significativos a nivel global.
Concluyo esta entrega destacando que la relación entre México y Suecia ofrece valiosas enseñanzas. Primeramente, la percepción de la educación como una inversión estratégica es fundamental para potenciar sectores vitales, como el de la tecnología, innovación, y el turismo, lo que no sólo atrae a más visitantes, sino que también eleva la calidad de vida de la sociedad en su conjunto y, en una especie de paradoja de retribución, permite que sus ciudadanos sean asiduos visitantes de todo el mundo.
En México, y especialmente en Baja California, los esperamos con gusto para mostrarles las bondades de nuestras tierras y gente.
Y en lo que a nosotros los empresarios respecta, apostarle todo al camino de la educación para lograr asemejar ese tan deseado “efecto escandinavo”.
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