Montserrat Caballero Ramírez es una mujer de carácter y soluciones. En distintos momentos de su carrera política ha sido víctima de racismo, clasismo y misoginia; ella, en cambio, ha sabido capitalizar todos esos sentimientos adversos en trabajo, para una ciudad que gobierna desde 2021. Hoy es la alcaldesa con mayor índice de aprobación en Baja California, tras apostarle a tres ejes fundamentales en su administración, como lo son: seguridad, infraestructura y economía.
Viajar de Oaxaca a Tijuana significa atravesar más de 3,200 kilómetros por diversos Estados del país, esos mismos que un día, siendo niña, recorrió Montserrat Caballero Ramírez, buscando luchar contra las costumbres del pasado y enfrentar con solvencia su presente para construirse un futuro.
La historia de la alcaldesa de Tijuana, como la de cientos de miles de personas que arriban a esta frontera, está llena de tenacidad y sacrificio. Nadie le ha regalado nada y lo conseguido ha resultado ser producto del esfuerzo, redituado bajo las enseñanzas de su madre, a la que orgullosamente nombra la feminista que más la ha inspirado.
No es fácil estar en los zapatos de la primera presidenta municipal elegida democráticamente por elección popular, y más en una urbe como Tijuana, la de mayor población en México, constituida por un crisol de culturas, ideologías, triunfos, y fracasos, compendio que se proyecta muy bien en aquella frase de Octavio Paz que hacía referencia a que en México no hay tragedia, sino que todo se vuelve afrenta.
Y justo esas afrentas sistemáticas, son las que ha tenido que ir solventando de manera gallarda Montserrat Caballero, quien ha terminado de forjarse como una líder que rompe arquetipos. “Mi madre sembró en mí la enseñanza que con educación todo se podía”, nos cuenta, quien es además egresada de la licenciatura en Derecho por el Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS) Campus Tijuana.
De paso firme, temple sólido y con hablar franco mientras sus ojos te miran directamente, es como inicia esta plática, donde abre algunos de sus recuerdos y sin aspavientos toca uno que puede resultar aciago, pero que para ella es simplemente ver en retrospectiva y así confirmar de dónde viene para saber hacia dónde va.
• LA POBREZA ES MENTAL •
En el encuentro que sostuvo con CAMPESTRE, de manera puntual nos recibe en su oficina y rápidamente abona a la plática, dejando certeras frases que nos reflejan lo sinuosa que es la vida.
Hace años, a través de la interpretación de su obra, el maestro Juan Rulfo sostenía que la ausencia del dinero no es el único tipo de pobreza, y, al contrario, hay otros tipos, como la de espíritu, mentalidad y valores. Ahora, la alcaldesa nos refuerza esa enseñanza.
“Siendo una niña no sabía que era pobre, porque nunca me faltó un libro para la escuela, nunca me faltó un par de zapatos, o un regalo de Navidad; en casa, mi madre me educó respecto a que la pobreza es mental”, cuenta la primera edil.
“Nunca se nos educó en el sentido de que la fortaleza está en los músculos, sino que la fortaleza está en la mente”, sostiene.
“Esa fortaleza que ella imprimió en mí, me hizo pararme en una preparatoria y decir ‘Yo quiero estar en la Lázaro Cárdenas porque puedo’ y estuve en la Lázaro, entonces ‘yo quiero estar en esta universidad o en aquella’, porque en mi casa siempre me dijeron que se podía. Mi madre siempre me imprimió esa seguridad, la misma que hoy tenemos que imprimirles a nuestras niñas”, destaca, indicando que mediante esa dinámica se dio la oportunidad de ir avanzando.
“Mi mamá me vio como una mujer fuerte y decidida, después de que ella salió sin herramientas de su ciudad y logró vencer a esas cuestiones a las que no enfrentamos”.
• ¿CUÁL FUE LA INSPIRACIÓN PARA ESTAR HOY AQUÍ? •
“Mi mamá. Durante toda su vida fue agredida, pero ella sentía una llama interior que le decía ‘la vida no es y ni debería ser así’. Ella sale de Oaxaca a los 15 años y se va a la Ciudad de México, donde aprende a limpiar casas, ya que su oficio era hacer tortillas. Se casa con un hombre que la golpea, entonces ella dice ‘la vida así es, que los hombres te golpeen, que tu papá te golpee, que tus hermanos te golpeen’.
“Regresa a Oaxaca y rompe ese primer círculo de violencia, con quien fue su primer esposo. Conoce a mi papá y los círculos de violencia se van agravando”.
Sin embargo, fue ese momento donde, para la madre de Montserrat todo cambió. “Ella un día notó que esa llama interna no se había extinguido y dice ‘me voy de aquí, porque si no lo hago, este hombre me va a matar o va a matar a mis hijos’”.
“Escuchó que en Tijuana había mucho trabajo y oportunidades; viene sola con sus hijos, rompe ese círculo, aquí empieza a trabajar ya en su oficio, limpiando casas, y nos empieza a educar”.
Tras una breve pausa, la alcaldesa confiesa que, aunque su madre ya no pudo verla como diputada y presidenta municipal, sí la vio como una mujer fuerte y decidida, después de que ella salió sin herramientas de Oaxaca en la década de los años 80 y venció todas esas cuestiones.
• LOS RETOS •
Para nadie es un secreto que el camino que debe emprender una mujer en la vida profesional suele ser más espinoso que el de un hombre, derivado de fieles costumbres al machismo que imperan en nuestra sociedad y en la política no es la excepción, llegando a maximizarse.
La alcaldesa expresa que su arribo a la Presidencia Municipal se dio en un marco donde impera la misoginia y el clasismo.
“Todos mis antecesores han sido de situación económica acomodada. También me enfrento a que soy indígena y que llegué al cargo soltera. Normalmente arribas a estos cargos cuando ya tienes a un esposo que ha estado en este medio o a algún familiar.
“Siempre me ha gustado romper paradigmas. Por eso me comentan ‘Te has enfrentado a la misoginia, al racismo, al clasismo’, porque son cuestiones diferentes, y por aras de la vida me tocó enfrentarme a todo en un solo producto”, remarca.
Sin embargo, ese discurso no la confina al ostracismo de la victimización, y, por el contrario, sostiene que es la oportunidad de luchar contra ello, viendo que hay mujeres que tienen situaciones mayormente complejas.
“Generalmente tendemos a compararnos con quien más tiene. Yo trato de compararme con quien menos tiene, porque sí hay mujeres que trabajan en una fábrica y pueden salir de su casa a las 5 de la mañana cargando dos niños, llevándolos a la guardería en taxi porque no tienen carro o en camión. Así que no puedo quejarme cuando hay mujeres que se esfuerzan de esa manera. Entonces si una mujer que trabaja en una fábrica puede hacerlo, pues definitivamente yo tengo que hacerlo también y sin quejarme porque tengo las herramientas”.
• LA IMPORTANCIA DEL FEMINISMO •
“Me encanta que las mujeres levantemos la voz. Yo siempre lo he hecho en razón de mi trinchera y de mi vida. Tengo grupos feministas en esta administración que me ayudan a hacer políticas públicas en razón de las necesidades de las mujeres, como el Punto Naranja”, indica.
“Mucha gente no sabe qué es el Punto Naranja. En mi perspectiva, espero que los colectivos de mujeres feministas me ayuden a decir qué son los Puntos Naranjas y me ayuden con esas políticas públicas a ir por esas mujeres que no marchan o que no tienen cargos públicos”.
“Hay que ayudarnos entre unas y otras para poder sacar estos temas adelante y poder cumplir nuestros roles de madre, hermana, amiga, jefa, porque todos los días cumplimos diversos de ellos en el hogar y fuera de él”.
• TRABAJO EN LA CIUDAD •
Actualmente, encuestas como la realizada por Plural.mx han colocado a Montserrat Caballero Ramírez como la alcaldesa con mayor índice de aprobación en el Estado, lo cual es el reflejo de la misión que tiene en mente, en el que enarbola el trabajo con sectores vulnerables y empresariales, que en sinergia detonan el bienestar para que Tijuana marche bien, todo ello sustentado con os resultados de que su administración fue catalogada como la más transparente del Norte de México con relación al acceso a la información pública.
“Vamos a reestructurar esta ciudad y estos requisitos se van a cumplir”, fueron tan sólo parte de sus últimas declaraciones, luego de accidentes geológicos que se han presentado en Tijuana, ocasionando daños por las decisiones de antiguos funcionarios de anteriores Ayuntamientos.
Lo anterior la llevó a encabezar reuniones con expertos buscando reforzar puntos estratégicos para quienes invierten en edificaciones en nuestra ciudad, dando paso a la creación del Consejo Municipal de Fraccionamientos y Edificios Seguros y el Departamento de Riesgos de la Dirección de Administración Urbana (DAU).
Al igual, destaca la repartición de créditos entre jóvenes y emprendedores. “Los empresarios ya están hechos en sus trincheras, haciendo mucho por Tijuana, pero también considero que hay que darle oportunidad a aquella señora que quiere poner una panadería o al señor que hoy me trajeron para mostrar cómo hacen el mole, y lo venden”.
“Creo que hay que abrir la puerta a nuevos empresarios. A mí me hace sentir que vamos por buen rumbo, invertimos 60 millones de pesos en ello, y voy por 6 millones más”, precisa.
“Eso me deja un buen sabor de boca porque me hace sentir que los ciudadanos están contentos con nuestra administración. Faltan muchas cosas por hacer, por supuesto, como la seguridad. Pero la seguridad depende de ti, depende de mí, depende de todos. Entonces es un trabajo que tenemos que hacer en conjunto”
• LO QUE VIENE •
“Siempre voy en el camino con lo que la vida me va marcando. No me preocupo por la reelección porque es algo que no está en mis manos, es algo que no se sabe. Entonces, preocuparme en este momento por una reelección es como que me sirvan el plato principal en una comida y yo preocuparme por el postre. Eso no me preocupa. Me preocupa dejar un buen papel,” asevera.
Al final, Carlos Fuentes lo decía: “el pasado humano se llama memoria. El futuro humano se llama deseo”. Y el presente… es tan sólo eso, presente, el escenario para construir un futuro promisorio.
Y hoy lo único que es certero, es ese presente, y que en Tijuana el nombre de Montserrat Caballero Ramírez es el que marca la pauta como la líder que ha luchado contra los paradigmas, tras ese pasado que quedó a más de 3,200 kilómetros.
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