By Por: Eugenio Gene Carrasco
Después de las recientes elecciones, sucesivas reformas han tenido como propósito, entre otros, fortalecer el sistema de partidos. ¡Y vaya que lo han logrado! Hoy es prácticamente un consenso que vivimos en una clara, cínica y al parecer irremediable partidocracia.
Y luego de los comicios del pasado 5 de junio, nos queda claro que las promesas de que la clase política serviría a la sociedad, de que habían equivocado el rumbo pero lo retomarían, de que escucharían las demandas ciudadanas y cuestiones por el estilo, sólo eran poses para ganar votos. Una vez más, nuestros políticos nos dan un palmo de narices.
Siguen en la tónica de hacer deshacer a su antojo, pese a la inconformidad y enojo ciudadano. Pero, algo anda mal. Recuerdo de pronto -y la memoria es insistente- el título de una novela que leí hace muchos años: “Cierto olor a podrido”. Y lo traigo en la mente desde que cuatro senadores del PAN no votaron por la iniciativa 3de3 y los tres senadores del PRD tampoco convinieron en hacerlo.
Y en medio del pasmo y de la incertidumbre, los siete miembros de la bancada del PT también se hicieron los patos. El PRI/PVEM confundió los términos “responsabilidad y “culpabilidad” y deformó la iniciativa. Nos dimos cuenta de que “ocupados en sus quehaceres cotidianos”, legisladores irresponsables blindaron la declaración patrimonial, la declaración de impuestos y la declaración de conflicto de interés de cualquier candidato o funcionario.
¡Ahh! pero como entre dos no pesa el muerto, otro par de legisladores del PAN con la ayuda del PRI; agregaron un artículo con el cual todo ciudadano que preste ser-vicios o tenga contratos con el Gobierno, éste sí está obligado a presentar su 3de3.
En vez de custodiar y castigar a políticos vigilarán a ciudadanos. Entre sastres no se cobran los remiendos. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Quién? ¿Por qué la clase política prácticamente se burla de los reclamos y preguntas ciudadanas? En fin, el espacio es insuficiente para la sustentación de nuestro decir: Algo anda mal, pero, al cabo que no tarda en empezar la temporada de Los Cholos. Y… ¿usted cómo la ve? Ahí, se la dejamos
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