Su lucha por sembrar una cultura de integración a la vida social a niños con capacidades especiales y motrices ha hecho de su labor como director del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil de Baja California (CRIT Teletón), un trabajo de humanismo a la hora de crear conciencia en pro de la niñez y personas con discapacidad.
Por: Víctor A. Delgado
El rol de interceder por el bien común de los demás, y a la vez, hacer reflexionar a otros en favor de un camino sin discriminación y limitaciones, son los estándares por los que navega el licenciado Julio Paz Romero, actual director del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil de Baja California; un promotor de la labor altruista para la incorporación de personas con discapacidad, especialmente niños.
Estrechando lazos con instituciones de valor a favor del desarrollo e inclusión de infantes, el titular del CRIT Teletón B.C., ha esparcido el mensaje para la fomentación de una vida plena y sin restricciones para los niños y niñas del Estado.
“Me llena de orgullo que a través de la generosidad y el amor de los mexicanos se hayan podido construir centros de rehabilitación, sobre todo el de Tijuana. Un edificio e instalaciones que están al servicio de las niñas y niños con discapacidad de nuestra ciudad”, menciona Paz Romero en plática con CAMPESTRE.
Cerca de 8 años al frente de la institución avalan el humanitarismo por el cual se ha ejercido Julio Paz Romero, manifestando que el tema de inclusión es una asunto que compete a todos como sociedad, apostando a la construcción de espacios que otorguen el significado de entender la relación entre la manera en que las personas con capacidades motrices funcionan y cómo participan en la sociedad; asimismo, garantizando que todos tengan las mismas oportunidades de participar en la mayoría de aspectos de la cotidianidad humana al máximo de sus capacidades y deseos.
“Somos testigos que la generosidad no tiene fronteras, hay que ser emisarios de los buenos mensajes. Definitivamente se ha mejorado con los años el regar la semilla para que más personas se sumen, conozcan y reflexionen sobre esta labor tan importante que es el ayudar a los más pequeños a tener una vida digna. Que entiendan qué hacemos y para quién lo hacemos”, enfatiza.
Mil 500 niños al año (de los cuales 900 tienen una discapacidad motriz y 500 con autismo), son atendidos en la Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil de Baja California (CRIT), el cual, de la mano de su director, especialistas, y un equipo de 90 personas, representan un faro de esperanza para familias del Estado.
“Es nuestro compromiso lograr incluir a los niños de las distintas ciudades de Baja California para convivir todos juntos. Como representante del CRIT B.C. rechazo el permitir que se vean vulnerados los derechos de las personas discapacitadas. Llegará el momento en que dejemos de hablar de inclusión para empezar a hablar de convivencia”, resalta Julio Paz Romero.
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