Brené Brown, consultora de organizaciones alrededor del mundo y autora de libros relacionados con liderazgo y comunicación, define el tamaño de una organización en función de “la capacidad para tocar temas incómodos”. Según Brown, uno podría medir la madurez y sabiduría de una organización, evaluando el tiempo que pasa entre el surgimiento de un tema incómodo y la aparición de la conversación que lo resuelve.
Los líderes deben gestionar ambientes en donde la gente ex-ponga formas de pensar diferentes a las de ellos con libertad y argumentos, ya que de otra forma, las decisiones que tomen pue-den ser equivocadas o contraproducentes.
Un líder que no escucha, es peligroso, ya que sus malas ideas pueden ser ejecutadas por los subordinados, aún sabiendo que están equivocadas, por temor a contradecir a un jefe que no acep-ta opiniones diferentes a las suyas.
Dos ejemplos preocupantes: En todo el mundo se ha demos-trado que el uso de cubrebocas es uno de los factores más deter-minantes para detener el crecimiento de los contagios de COVID-19. El 18 de julio pasado, Arturo Herrera, secretario de Ha-cienda, manifestó esto e invitó a los mexicanos al uso del mismo. “Esto (el cubrebocas), es la clave para lograr la recuperación eco-nómica”, dijo. Unas horas después, el Presidente de la República, López Obrador, lo cuestionó en la mañanera y le preguntó: ¿” No dijiste eso verdad” ?. La respuesta fue una risa nerviosa y la intervención de Herrera para desdecirse públicamente.
Hace unos días, nuestro presidente fue invitado a dar un mensaje en el 75 aniversario de la ONU, el mensaje se caracterizó por repetir la narrativa de AMLO; muchas citas históricas “de estampita” y muchos asuntos internos, dudo mucho que en otros países se interesen por tener una lección de historia de México tan maniquea como la expuesta por nuestro mandatario pero lo que llamó más la atención fue ver que la producción del men-saje tuvo dos errores muy evidentes que no fueron ni editados ni corregidos.
Por una parte, durante todo el video se escuchó el rechinar de la silla del Presidente de México y por otra, se le ve con el nudo de la corbata chueco y una de las pun-tas del cuello de la camisa levantado. La pregunta que sur-ge es: ¿No tendrá el presidente alguien de su equipo con el valor o la confianza suficiente para decirle: “jefe, déjame arreglarte la camisa y la corbata, la traes chuecas” se lo dijeron y no le dio importancia? Como sea, es lamentable que en la cúpula del poder tengamos un equipo de trabajo en donde las ideas del jefe son incuestionables o donde las ideas del equipo no son escuchadas. Los dos escena-rios son igual de malos.
Si queremos aprender de estos errores ajenos, que-démonos con esta reflexión del libro Fearless Organi-zation de la gran Amy C. Edmondson: “Para que una or-ganización pueda tener éxito en un mundo en donde la innovación puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso, no es suficiente contratar a personas inteligentes y preparadas.
Personas preparadas, hábiles y bien intencionadas comúnmente son incapaces de contribuir en un equipo de trabajo, a veces porque no se dan cuenta del valor de sus contribuciones y se quedan calladas. Pero con más frecuencia esto se debe a que no están dispuestas a es-tar en desacuerdo con los demás o a contradecir a un jefe. Para que la luz del conocimiento florezca, es necesario que los líderes crean organizaciones en donde las personas se sientan con la libertad de equivocarse, pensar en voz alta y opinar, sobre todo, en contra”. Valore-mos las opiniones de quienes piensan diferente, sólo así creceremos.
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