By Sólo el sector de la edificación sería responsable de un aumento de 2°C a nivel mundial para el año 2050 si no se cambia la forma de diseñar, construir y habitar los edificios.
El crecimiento de la población en Tijuana, así como el fenómeno de la gentrificación, ha desembocado en un detonamiento exponencial de edificaciones verticales en la ciudad.
Sin embargo, con ello han arribado múltiples problemáticas que van desde las vialidades, la escasez de servicios de agua y, sobre todo, mayor contaminación.
Desde hace varios años, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático ha advertido la necesidad de hacer cambios en la manera en cómo se desarrolla la sociedad en varios sectores, incluido el de la construcción (Cuchí, Arcas-Abella, Casals-Tres, & Fombella, 2014).
De acuerdo con el último reporte de la Agencia Internacional de Energía y el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (Global ABC/IEA/UNEP – Global Alliance for Buildings and Construction, 2020), actualmente el sector de la edificación es responsable del 36% del consumo de energía y del 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel mundial, lo que lo coloca como el más importante en estos rubros, incluso por encima del transporte y otras industrias.
Sólo entre 2010 y 2018, el consumo de energía eléctrica en los edificios aumentó un 19%, lo que conlleva un aumento en las emisiones de carbono que se le atribuyen a este sector. La falta de un diseño adaptado a las condiciones climáticas del entorno, el uso de materiales constructivos inadecuados y la falta de conciencia energética al hacer uso de los espacios, son algunas de las causas que llevan a este aumento del consumo energético.
Actualmente, 194 países han suscrito ante la ONU sus compromisos de reducción de emisiones de GEI, y cada vez son más los países que incorporan a los edificios como un sector clave en este sentido, incluido México, que se ha comprometido con una reducción del 36% (Gobierno de México. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2020; United Nations Climate Change, 2022). Si bien, desde el sector público se han generado una serie de normas y lineamientos que buscan orientar al sector de la edificación hacia uno más sustentable, ha sido el sector privado el que ha mostrado una mayor iniciativa en este sentido.
De acuerdo con el informe de la empresa Dodge Data & Analytics (2021), México es el país latinoamericano donde más empresas de edificación cuentan con al menos el 60% de sus proyectos orientados hacia la sustentabilidad, y se espera que para el año 2025 el 45% de las empresas de este ramo sigan bajo esta línea, superando incluso el promedio mundial que es del 42%.
La transformación que se está dando en el sector de la edificación y la implementación de nuevas regulaciones ambientales, son las principales razones que están impulsando a las empresas de este sector en México hacia la creación de proyectos más sustentables, con el objetivo también, de no perder competitividad.
La creación de edificios de cero emisiones de GEI (o impacto positivo) y controlar la huella de carbono, son los principales objetivos que las empresas mexicanas de edificación buscan cumplir en los próximos cinco años para mejorar la sustentabilidad de sus proyectos. El diseño bioclimático es el punto de partida para alcanzar estos objetivos.
Este enfoque busca precisamente maximizar la eficiencia energética de los espacios mediante el aprovechamiento de las condiciones del entorno para propiciar el confort térmico, lumínico y acústico al interior de los espacios. Una adecuada orientación y configuración geométrica de los espacios, la selección adecuada de materiales para la envolvente arquitectónica, y un manejo estratégico de aberturas para propiciar la ventilación natural y la calidad del aire, son algunas de las estrategias de este enfoque de diseño. La implementación de sistemas de generación de energía limpia es un recurso complementario para maximizar la eficiencia energética de los espacios, al tiempo de lograr su rentabilidad económica a lo largo de su ciclo de vida.
De hecho, la eficiencia energética es la categoría que se ha mantenido como la más importante y con mayor peso en la ponderación que realizan los principales sistemas de certificación, al evaluar el grado de sustentabilidad de los edificios a nivel internacional, como LEED (de Norteamérica), BREEAM (de Reino Unido), HQE (de Francia), CASBEE (de Japón), DGNB (de Alemania), entre otros (Wen et al., 2020).
Con información del Dr. Víctor Arvizu Piña
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