By Aprovechemos el Nearshoring.
POR J. JOAQUÍN PUENTE NOVELL | TWITTER: @JP_NOVELL
El pasado 1 de marzo Elon Musk anunció la inauguración de su “Gigafactory México” en el municipio de Santa Catarina, Nuevo Léon. La noticia ocupó los titulares y encabezados noticiosos.
Ciertamente, a raíz de la pandemia, las cadenas globales de producción y suministro fueron comprometidas, lo que mostró a todo el mundo la gran vulnerabilidad sistémica de una economía interdependiente que concentra su producción en los países asiáticos, particularmente China.
En este contexto, además de que los costos de transporte desde el gigante asiático hacia E.U. se quintuplicaron desde 2019, la incertidumbre añadida por la guerra entre Ucrania y Rusia ha llevado a las grandes empresas a replantearse la lógica mediante la cual habrían funcionado durante décadas.
Así, a la luz de mayores costos y nuevos riesgos, relocalizar y producir lo más cerca del mercado final resulta una convincente estrategia, misma que se ha denominado como nearshoring.
Si bien el proyecto anunciado en Nuevo León es símbolo de este fenómeno, también es un hecho que habla claro sobre sobre las ventajas por cercanía geográfica que bien conocemos tiene el norte de nuestro país, coyuntura que ha logrado afianzar una región industrial que produce principalmente para la economía más grande del mundo.
Al paso de los años, la especialización ha logrado ventajas adicionales como concentrar empresas complementarias, suponiendo importantes beneficios por concepto de economías de aglomeración.
En este sentido, Baja California se ha configurado como uno de los más importantes polos industriales de nuestra frontera.
Sin embargo, este hecho no impidió que del total de las inversiones captadas en 2022 por este concepto, solo 2% se asentara aquí, frente al 50% asentado en Monterrey, según datos del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, Index.
Entre los factores que se han determinado como necesarios de resolver en nuestro estado, se menciona ampliar la disponibilidad de redes de energía. Este tipo de infraestructura, más que otros incentivos como beneficios fiscales, es lo que generalmente garantiza la inversión.
Por otro lado, mucho se ha hecho hincapié en la necesidad de reforzar la seguridad para los complejos industriales, pues aún queda pendiente atender el cobro de derechos de piso que las organizaciones criminales imponen a muchas empresas.
En la entidad ya se demandan más espacios a raíz de la relocalización, así que reunir una mayor cantidad de condiciones positivas permitirá recibir a más inversionistas que estén interesados en perpetuar y mejorar este nuevo y transformador proceso que acontece para la economía mexicana, el motivo perfecto para que aprovechemos el nearshoring.
Comments