By El informe Estado de la IA de 2023 de Stanford sugiere que todavía desconfiamos un poco de la inteligencia artificial, pero las empresas (y China) la están adoptando.
Si desglosas la inteligencia artificial en números y gráficos, no da tanto miedo. Esta semana, el Instituto Stanford para la Inteligencia Artificial centrada en el ser humano (HAI, por sus siglas en inglés) publicó su Índice de IA 2023, que ofrece una «instantánea de lo que sucedió el año pasado en I+D, educación, políticas, contratación y más de IA» de un conjunto de académicos, organizaciones privadas y sin fines de lucro.
Algunos de los resultados no son sorprendentes: los modelos de lenguaje actuales están superando el conjunto actual de puntos de referencia de rendimiento técnico, los modelos más grandes emiten grandes emisiones de carbono, China apuesta por los robots industriales, etc. Sin embargo, aparecieron algunos números sorprendentes.
Las grandes conclusiones:
- Cada vez es más caro entrenar modelos de lenguajes grandes: GPT-2 costó $50,000 para entrenar hace tres años, pero el año pasado PaLM costó $8 millones.
- Ha habido un repunte en las controversias relacionadas con la IA . Los ejemplos que Stanford señaló incluyen un deepfake de la rendición del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, tecnología de reconocimiento facial utilizada para tratar de rastrear a los pandilleros (y evaluar su riesgo) y tecnología de vigilancia que intenta determinar los estados emocionales de los estudiantes en un salón de clases.
- Ha habido un gran aumento en las ofertas de trabajo que buscan habilidades de IA en varios sectores, con «Información» como la categoría más alta (5,3% de todas las ofertas de trabajo en esa categoría).
- Sorprendentemente, la inversión corporativa (fusiones/adquisiciones, participaciones minoritarias, inversión privada y ofertas públicas) en IA cayó en 2022 desde los máximos de 2021, aunque las inversiones aumentaron 13 veces en la última década.
- Estados Unidos aprobó la mayor cantidad de leyes (nueve) con respecto a la IA en el último año, aunque realmente no lo parece.
La mejor noticia es que la IA ha mostrado algunos efectos decididamente positivos en el campo de la salud y la ciencia. “Los modelos de IA están comenzando a acelerar rápidamente el progreso científico y en 2022 se utilizaron para ayudar a la fusión de hidrógeno, mejorar la eficiencia de la manipulación de la matriz y generar nuevos anticuerpos”, como señala el documento.
Sin embargo, la estadística más interesante es una posible preocupación interna y prueba de que nuestras preocupaciones sobre la IA persisten. Los estadounidenses simplemente no confían en la inteligencia artificial (y al menos no todavía): solo el 35% de los muestreados en este país estuvo de acuerdo en que «los productos y servicios que usan IA tenían más beneficios que inconvenientes». El apoyo fue más del doble en China, Arabia Saudita e India.
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