Por: Marco Eric Cuén R.
Si tomamos la Carretera Transpeninsular, “La Escénica”, -en mi opinión una de las carreteras más bonitas de México-, desde Playas de Tijuana hasta las afueras de Ensenada, pasando por Rosarito y Popotla, nos encontraremos con una multitud de terrenos, departamentos y casas en venta con vistas al mar de propietarios locales o de grandes desarrolladores de Baja California.
La creciente población de las zonas costeras, principalmente de trabajadores mexicanos que laboran en Estados Unidos y que buscan una casa frente al mar o invertir en un terreno a través de un crédito directo, o de ciudadanos americanos que buscan retirarse en una propiedad con vista al mar, ha ocasionado una tendencia en las últimas dos décadas de aumento de oferta y demanda de tierra en estas zonas.
Esta tendencia ha representado un aumento en la plusvalía y un excelente retorno de inversión para quienes invierten en la zona. Por lo tanto, es uno de los principales destinos de inversión americana en México, pues la cercanía a la frontera con Estados Unidos permite a los estadounidenses o trabajadores mexicanos tener un segundo hogar cerca de su lugar de trabajo o su casa principal del otro lado de la frontera.
Hay tres factores que convierten a la zona costa, en especial a Rosarito, en un lugar irresistible para la inversión americana. El primero, es la cercanía con la frontera México-EUA, por lo que el acceso para visitar su “casa de verano” o propiedad de inversión representa el mayor beneficio en cuanto al tiempo de desplazamiento; tan sólo 25 minutos de la frontera con E.U.A. Este beneficio sería imposible al invertir en cualquier otra parte de México.
El segundo es el precio. Una propiedad en un fraccionamiento privado, con amenidades, con acceso directo a la playa o vista al mar en Estados Unidos costaría hasta el triple de lo que costaría aquí en México, por lo que el estadounidense promedio puede acceder en México a un estilo de vida al que no podría acceder con sus ingresos en Estados Unidos.
Y el tercero, no menos importante, es el crédito directo que otorgan los desarrolladores y fraccionadores en la Zona Costa a los trabajadores mexicanos en Estados Unidos que por su condición migratoria no pueden acceder a un crédito hipotecario tradicional, por lo que una propiedad de ensueño como las que se encuentran aquí puede ser una realidad al alcance de su mano.
Estos factores y otros grandes atractivos, como el clima ameno de la zona, la cercanía entre ciudades del estado y el acceso a la ruta del vino seguirán manteniendo a la zona costa de Baja California por muchos años como el destino de inversión y “second home” predilecto de los estadounidenses y trabajadores mexicanos, y como un gran beneficio exclusivo de nuestro maravilloso Estado.
El autor es licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas y Gerente General de CITY Inmobiliaria.
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