La pandemia, con su incertidumbre esta aquí, el verano también ya está aquí, los turistas tanto de aquí como de Estados unidos se-dientos de visitarnos, los atractivos del Valle esperándonos, ¡guau! todo un cóctel para que nuestras autoridades lo manejen.
Y para muestra basta un botón: En lo que va de la cuarentena y agu-dizado este 4 de julio vimos como el Municipio de Ensenada y recientemente el de Rosarito estuvieron en total descoordinación con el estado; se instalaron unos filtros sanitarios, que además de que no han servido de nada, provocan un ahorcamiento asfixiante en la principales accesos de entrada a Ensenada y también en la entrada al Valle de Guadalupe por la carretera libre.
En lo personal fui testigo el pasado 4 de julio del congestionamiento que se hizo en el entronque de acceso al valle de Guadalupe viniendo de Tijuana, por la “libre”. Ahí se hizo una fila en espera de más de tres horas para solo pasar al valle o regresarse o seguir a Ensenada ¡y ni siquiera era filtro sanitario! era solo para devolver al automovilista, dejar pasar al Valle o a Ensenada, literalmente los tres policías municipales a cargo del retén con el objetivo de entrevistar carro por carro, -debido a que hay curvas antes del entronque tanto hacia Tijuana, como a Ensenada, ni había coordinación alguna por radio o equipos dedicados a agilizar tráfico que les avisaran.
Estos agentes no tenían ni idea del tamaño de la fila de vehículos que estaban esperando. Me tocó presenciar una falta total de planeación, de coordinación de autoridades municipales como de autoridades estatales para evitar esa infamia que hicieron en ese entronque, ese día.
Y ni hablar de lo que causan los inútiles filtros sanitarios en los accesos de entrada a Ensenada. Paradójicamente Ensenada, a diferencia de Tijuana, es junto con Mexicali el municipio con más contagios, y véase co-mo Tijuana acertadamente no ha optado por instalar esos filtros sanitarios inútiles y además paradójicamente contaminantes, ya que al reducir a cero la velocidad y el número de vehículos que se apilan durante más de tres horas, provocan lo contrario, ¡crean focos de infección! además de que estrés provocado a los automovilistas, entre ellos muchos vehículos de carga, con prisa de entregar, pues por el contrario les bajan las defensas de su sistemas inmunes.
Tijuana, que ha tomado una actitud muy sensata, es la ciudad que al día que escribo este artículo, está ya en semáforo naranja, ¡ya vamos de salida! Esto prueba que todo el sufrimiento que se ha causado a la población, a los turistas y a la economía, en Ensenada, en Rosarito, ha sido totalmente inútil y perjudicial y ha exhibido una total falta de coordinación y planeación entre las autoridades correspondientes estatales y municipales para crear un balance armónico entre cuidar la salud, pero también proteger la economía, incentivando el turismo y agilizando el tráfico.
En resumen, ante esta situación inédita de la Pan-demia y de esta temporada de verano, urge que el Gobierno, en sus dos niveles, afilen sus lápices para crear una efectiva coordinación y apliquen técnicas modernas de manejo de trafico y medidas sensatas para aminorar en lo posible, los daños económicos, dejar que fluya en lo posible el turismo y la actividad económica y minimizar al máximo afectaciones y molestias al ciudadano tanto de aquí como extranjero. Aún están a tiempo.
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