By Por: JOSÉ SANTIAGO HEALY
LA NOTICIA DEL MES SE la llevó el presidente Enrique Peña Nieto al anunciar una serie de reformas a la Constitución y al Código Civil Federal para combatir la discriminación en contra del llamado tercer sexo y al mismo tiempo legalizar el matrimonio entre dos personas sin importar su raza, condición física o social, salud, religión, género ni preferencia sexual.
Peña Nieto enviará en breve sendas iniciativas al Congreso para ser discutidas, analizadas, revisadas y en su momento aprobadas.
Sin duda se trata de una decisión muy controvertida, que a final de cuentas busca congraciarse con acciones dela Suprema Corte de Justicia de la Nación tomadas a favor de la comunidad gay y de la Organización de las Naciones Unidas.
Desde el punto de vista de los derechos humanos pareciera inútil, a estas alturas, oponerse a tales medidas de repercusión internacional porque evidentemente no serán frenadas en el corto plazo.
La cruzada liberal a favor de los derechos y privilegios de los miembros de la comunidad LGTB (lésbico, gay, transgénero y bisexual), no se inició ayer, lleva muchos años trabajando en su defensa pero también en conquistar espacios que no todos le corresponden como es la adopción de niños por parte de las parejas homosexuales. En materia de discriminación no hay vuelta de hoja, los homosexuales han vivido a lo largo de la historia rechazo y exclusión constante.
La Iglesia Católica, a través de la Conferencia del Epis-copado Mexicano, criticó el anuncio de Peña Nieto al recordar que “las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo” no pueden “equipararse sin más al matrimonio”.
En su reciente exhortación apostólica “Amoris laetitia”, el Papa Francisco sostuvo que las personas homo-sexuales deben ser acogidas y respetadas pero “no existe ningún fundamento para establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Su Santidad considera inaceptable que los organismos mundiales “condicionen la ayuda financiera a los paí-ses pobres a la introducción de leyes que instituyan el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Ante lo sorpresivo del anuncio, surgen dos versiones sobre esta iniciativa presidencial.
O bien el mandatario mexicano sucumbió a las presiones de la ONU y demás organismos internacionales, o se trata de una campa-ña desesperada por elevar su nivel de aprobación popular que actual-mente se encuentra al 30 por ciento, el más bajo para un presidente desde 1995.
Granjearse las simpatías de los grupos liberales y de izquierda con la aprobación del matrimonio gay, supondría además para el gobierno contener la derrota del PRI en varios de los doce estados que elegirán gobernador, alcaldes y congresos el próximo 5 de junio.
La iniciativa de Peña Nieto la dio a conocer en un acto público durante el Día Nacional contra la Homofobia y minutos después transmitió un mensaje por su cuenta de Twitter utilizando una foto suya con los colores de la bandera gay. ¿Campaña publicitaria o convicciones?
Apuntes finales
Ya no encuentra la puerta la Secretaría de Hacienda y el Banco de México para explicar la debacle del peso en contra del dólar cuando los precios del petróleo siguen en franca recuperación. El dólar inter-bancario cerró el miércoles a 18.50 pesos a la venta cuando el barril del petróleo andaba cerca de los 50 dólares. En las últimas semanas hablan de cantidades muy importantes de capitales que se han fuga-do al extranjero ante la inestabilidad de la moneda mexicana. Última pregunta: ¿Entonces se aprobará el matrimonio gay primero que el paquete de leyes anticorrupción?.
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