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¿Por qué pocos votaron?

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Ni la gran cantidad de partidos que participaron en esta elección ni las diversas iniciativas que llamaron a votar fueron suficientes. El abstencionismo no solo se hizo presente sino que aumento respecto a elecciones  anteriores. Si bien nuestra región cuenta con población flotante esto no justifica del todo los grandes niveles de abstencionismo.

Mucho se le ha culpado al ciudadano por ello, pero también el actuar de las instituciones electorales y organizaciones políticas abonaron a la apatía. Ojo, no se trata de disculpar el abstencionismo sino de señalar lo que lo motiva.

 

Poca credibilidad en la política.

Emitir un voto representa una posibilidad de elegir a quien nos gobernara, pero si el elector no cree en este sistema de poco servirá invitarlo a votar.

Hay quienes no ven diferencias claras entre las opciones, y no es para menos, desde militantes hasta candidatos cambiaron de partido respecto a las elecciones del 2015 priorizando los beneficios personales a los ideales políticos que representaban. En política se debe participar por ideales, para transformar la realidad, no para obtener provecho. Si quienes participan muestran estas características no hay que esperar que quienes votan se motiven a votar por ellos.

Los candidatos (sobre todo de los partidos más conocidos) fueron elegidos por dedazo, sus planillas son formadas por grupos que apoyaban al candidato y no los más aptos. Los partidos de siempre llamaban “candidaturas ciudadanas” al colocaban como candidatos solo por su popularidad. Con estos actos solo mostraban el interés de los partidos por poder más allá de generar un bienestar social.

A todo lo anterior sumémosle que se vieron figuras recicladas, chapulineo, acuerdos políticos con grupos poco confiables, acarreo, campañas negras, propuestas huecas, campañas que parecen ideadas en los 80s, compra de voto, uso de jóvenes solo para tareas campo, generación de tráfico con caravanas entre otras acciones.

Incluso instituto electoral loca antes, durante y aun después se ha visto envuelto en irregularidades que solo les ha restado credibilidad y por lo tanto desvalorizan el voto. Con equipos y árbitros poco confiables es complicado tener afición.

 

Independientes: Esperanza fallida.

Las candidaturas independientes fueron tema desde bastante tiempo antes de ser emitida una convocatoria formal del IEEBC. Las expectativas eran altas, no solo como muy probables vencedores en la contienda sino como factor para aumentar la participación en las urnas.

En el caso de alcaldes, de una gran cantidad de ciudadanos que deseaban competir solo se registraron 16 (4 de Tijuana, 2 en Mexicali, 5 en Ensenada, 3 en Rosarito y 2 en Tecate) quienes se dieron a la tarea de recolectar firmas de apoyo para que al final solo 8 (2 en Tijuana, 2 en Ensenada, 3 en Rosarito y 1 en Tecate) lograran el registro formal al cumplir con los requisitos.

De esos ocho solo Omar García (Ensenada) tuvo una participación excepcional en las urnas, el resto solo tuvo una participación simbólica. Tijuana es un ejemplo claro, quienes aspiraban a la alcaldía obtuvieron una cantidad de votos mucho menor a la de firmas presentadas obteniendo el 5to y 9no lugar respecto a sus otros 10 competidores, ni sumando sus votos lograban pasar al 4to puesto.

La gran mayoría ha decidido culpar al abstencionismo de su fracaso sin asumir su responsabilidad. El Bronco gano las elecciones con el 48.82% (más del doble que su competidor más cercano), aun y con su gran popularidad solo el número de votantes respecto a la elección de gobernador anterior incremento un 4.1% que no representa ni una quinta parte del margen con el que obtuvo la victoria. A ello hay que sumarle que algunos replicaban la imagen del Bronco, usaron el discurso anti-partidos como bandera y dieron prioridad a redes sociales para darse a conocer como lo hiciera el regiomontano… pero ni así lograron lo que él. Además que aun y teniendo una participación de poco más del 30% candidatos como Julian Leyzaola y Omar García tuvieron una cantidad de votos hasta mayor que el PRI y PAN respectivamente, esto sin tener un voto duro tan arraigado como estos partidos. Por más doloroso que pueda resultar admitirlo el problema no es el abstencionismo, simplemente no lograron convencer.

Aunque lo sucedido con los candidatos independientes al congreso local es muy similar el caso de Daylin Garcia (Mexicali) se cuece aparte. Mujer joven sin relación con algún político que con una campaña austera y creativa basada en redes logro un resultado importante, vale la pena seguirle la pista.

En base a la experiencia obtenida en este ejercicio electoral los grupos independientes tienen la tarea de realizar una participación más a fin a lo que los bajacalifornianos esperan de una candidatura independiente.

 

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Los actores políticos no deben culpar al ciudadano por el abstencionismo, ni este hacer lo mismo con los primeros. El baile es cosa de dos, en un acto de madurez habrá que asumir responsabilidades  para así buscar soluciones a este tan desagradable mal.

 

Por Gerardo Salas.

// El autor es coordinador de Juventudes Progresistas Baja California, activista y ex presidente de la comisión estudiantil del Colegio nacional de licenciados en administración Tijuana.

 

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