Recordatorio. Esta semana se llevó a cabo la Semana mundial de la lactancia materna para concientizar sobre los beneficios de esta práctica.
Susana se estrena como mamá y durante su recuperación en el IMSS le sorprendió ver que era una de las pocas interesadas por amamantar a su pequeño. No había mucha promoción de la lactancia de los mismos trabajadores de la salud, incluso a las mamás se les otorga una fórmula láctea para alimentar a los bebés.
Fuera del hospital y ya en su círculo de amistades y familia, la joven madre se sorprendió de nuevo: la lactancia no era una práctica regular. Se sentía un poco rara, algunas de sus amigas atribuían el uso de la fórmula porque no les salía leche, quizá todas formaran parte del 2 por ciento de madres en el mundo que falla o no es susceptible de amamantar a su hijo. Quizá el problema sea otro.
Pero Susana siguió amamantando a su bebé hasta poco después de los seis meses, cuando el pequeño dejó de pedir pecho. No así Miriam, quien aunque hizo diversos esfuerzos por tener una lactancia normal —la única de casi una docena (después de un boom de embarazos en su trabajo) que se preocupó por ello—, pero su ritmo de trabajo se lo impidió. Aunque no podía darle pecho a su bebé, a lo largo del día se extraía la leche en el baño de su oficina para proporcionársela después. El intentó duró solo un par de meses.
La Organización Mundial de la Salud (OMC) señala que la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y continuada hasta los dos años —o más si ambos lo desean—, es la forma de alimentación óptima para los lactantes. Además de su calidad nutricional, la leche materna disminuye riesgo de muerte en los menores y previene diversas enfermedades crónicas, además tiene otros beneficios para la madre.
No obstante, de acuerdo con los últimos datos disponibles, en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 el porcentaje de la leche materna en menores de seis meses bajó entre el 2006 y 2012, de 22.3% a 14.5% y fue dramático en medio rural, donde descendió a la mitad (36.9% a 18.5%). Este primer porcentaje es retomado por El estado mundial de la infancia 2014 de la Unicef, donde México está en penúltimo lugar por arriba de Serbia, empatado con Corea del Norte y quizá sólo por arriba de algunos países que no proporcionan datos.
En el estudio Prácticas de alimentación infantil y deterioro de la lactancia materna en México, realizado en 2013 por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y empleando datos de la ENSANUT, detectaron que el deterioro de la lactancia materna en México es mayor en los grupos más vulnerables. “El descenso en la leche materna en los primeros seis meses se explicó por 4 puntos porcentuales más de niños que consumieron fórmula y otras leches y de 4 puntos porcentuales más de niños que además de leche materna consumieron agua”, señala. He aquí el foco rojo, la alerta.
FORO. Otros estudios del INSP, encabezados por la doctora Teresita González de Cosío, señalan que de seguir las recomendaciones hechas por la OMS para las prácticas de lactancia en menores de un año, en México podrían evitarse más de siete mil casos otitis media, más de 1 millón de infecciones respiratorias agudas, más de 13 mil 800 casos de infecciones de vías respiratorias bajas y más de 144 mil 300 casos de gastroenteritis. Además, la suma de los ahorros en fórmulas lácteas y en la atención de los casos evitados, sólo por estas cuatro infecciones en menores de 1 año, ascendería a cerca de cinco mil 500 millones de pesos.
En el marco de la Semana mundial de la lactancia materna y dentro del foro “Alimentación y nutrición en el inicio de la vida”, realizado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la investigadora refirió que las familias mexicanas, muchas de ellas las de más bajos recursos, destinan hasta tres mil 500 millones de pesos en la compra de fórmulas lácteas
“Lamentablemente, 10 por ciento de las ventas son del seguro social, que le hace el favor a la industria de comprar leche en lata para dársela a las madres trabajadoras como apoyo”.
De acuerdo con especialistas en el foro, las fórmulas lácteas solo deben de ser empleadas por ese dos por ciento de mamás que fallan a la hora de amamantar y son un último recurso al que se debe acudir bajo estricta prescripción médica.
Por su parte, Marina Ferreira Rea, especialista en lactancia de la OMS, mencionó que la propaganda de fórmulas ha tenido cada vez más influencia en las mujeres, incluso en las indígenas y de zonas rurales, no obstante que existe un código elaborado por la Asamblea Mundial de la Salud. Pero hoy en día, la propaganda es más sutil y pueden verse en tvnovelas o dentro de internet, donde no hay una regulación.
La especialista enfatizó que aún con este tipo de códigos, es insuficiente lograr un control sin una ley nacional debidamente reglamentada para hacer efectiva su aplicación. “Tampoco será suficiente si no se realizan monitoreos periódicos, para que comercializadores se den cuenta de la seriedad del trabajo”.
Pero el mercado es millonario, si bien más allá de ajustar este tipo de códigos, a la industria poco puede emocionarle la promoción de la lactancia. Heladio Verver y Vargas, ex-Secretario de Salud del gobierno del estado de Zacatecas y diputado de la LXI legislatura, buscó promover cambios a la Ley de Salud para promover la lactancia, no obstante estuvo frenada cuatro años, entre 2011 y 2014, por los cabildeadores de la industria lechera en el Congreso, relata. Pero finalmente pasó, aunque no como los expertos en salud hubieran querido. Se prevé su promulgación para abril de 2015.
PROPUESTA CIUDADANA. Durante el foro, Marina Ferreira acotó que existen evidencias internacionales de que ampliar permisos de maternidad mejora la incidencia en el amamantamiento. No obstante, en México la Ley Federal del Trabajo sólo otorga a las madres mexicanas mes y medio de permiso de ausencia después del parto, el más bajo de los países miembros de la OCDE.
Países escandinavos u otros desarrollados permiten una ausencia de hasta seis meses, incluso países como Chile han obtenido este tipo de avances y en Cuba oscila en los cuatro meses. Este es un problema para la madre trabajadora que intenta amamantar a su bebé.
Por ello, miembros de la sociedad civil han propuesto a través del portal www.change.org un proyecto para que, mediante la acumulación de firmas electrónicas, se busque extender la maternidad en México a seis meses. Quizá, este tipo de medidas permitan a mamás como Miriam amamantar a su bebé. Para aquellas otras madres y sector de la sociedad que estigmatizan el acto habrá que buscar otro tipo de acciones.
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