Hay poetas que escriben de manera espontánea y no regresan a sus versos para borrar, agregar o corregir. “Éste no es mi caso, después de escribir de forma espontánea reflexiono mucho sobre ello, y no quedo satisfecho hasta encontrar las formas rítmicas que me convencen; entonces la expresión no es fallida”, explica Jaime Labastida.
En entrevista con Crónica, a propósito del homenaje que recibirá mañana en el Palacio de Bellas Artes, el filósofo y ensayista describió su trabajo en verso como poemas de carácter conceptual, que exigen rigor en la lectura, compuesta por versos de arte mayor, alejandrinos o heptasílabos, pero siempre con eufonía, tras un proceso de corrección.
Esta corrección no sólo es para que los lectores se queden con el poema, sino para llevar esta expresión de la forma escrita a la oral.
“Si el lector capta adecuadamente el ritmo del poema, entonces no habrá problemas para leerlo en voz alta. Puedo equivocarme al escribir, pero siempre tengo presentes las formas rítmicas; que los versos impares son hermanos entre sí, y los pares también y que no se pueden mezclar”, explicó el autor de Estética del peligro.
La pulcritud del poeta será revelada en voz alta mañana en la sala Manuel M. Ponce, a las 12:00 horas, cuando los actores Rubén Moya, Eduardo Liñán y Juan Ignacio López Aranda, bajo la dirección del dramaturgo Miguel Sabido, declamen 20 poemas de Labastida en el recital “Rostro solar”.
Sobre esta selección, Jaime Labastida dice que no tiene idea de cuáles poemas serán interpretados en voz alta y lo que verá será novedoso. Tiene la esperanza de que el método funcione, pues podría ser el inicio de un programa nacional de poesía en voz alta.
“Me parece que si esto funciona bien debería haber un programa nacional para exponer las obras de otros poetas. Si la gente no quiere leer, por lo menos escucharía, ya que la poesía tiene que decirse con canto y ritmo”, detalla el autor de Estética del peligro.
Añade que a pesar de recibir los 20 poemas que seleccionó Miguel Sabido para conocer la opinión del poeta, él no quiso ver el contenido del programa porque confía y respeta el trabajo del director de escena, sólo dice que se siente agradecido.
El homenaje que se llevará acabo dentro del ciclo ¡Leo… luego existo!, originalmente estaba previsto para el 29 de junio, mismo día en que se enfrentaron en Brasil la Selección Mexicana y Holanda, por lo que éste se canceló.
Ante esta situación Jaime Labastida dice que le parece algo inevitable, porque “desgraciadamente el deporte está por encima de la cultura”; sin embargo, en este caso lo entiende, ya que había esperanza de que México pasara al quinto partido.
“Entre otras muchas cosas el hombre es también un animal lúdico, al que le gusta enfrentarse a la muerte y retar a través de los juegos. Lo dice Hegel al señalar que el ciervo lo es porque no está dispuesto a dar una lucha a muerte para recuperar su libertad”, comenta.
Agrega que la lucha y el combate acerca al hombre con la muerte, y éste siempre está combatiendo; con el futbol pasa lo mismo, aunque es una forma de combate menos fuerte. “Además sirve para liberar energías, por eso me parece útil que se haga cada cuatro años”.
Pero en lo que el autor de La palabra enemiga no está de acuerdo, es en convertir este deporte en espectáculo que genera recursos en la industria del entretenimiento.
“Aquí no es el deporte del futbol como tal, sino el entretenimiento al rededor del deporte; en algunos casos los jugadores generan recursos tan altos porque sirven como imagen para los anuncios en televisión”, apunta Labastida.
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