Granada, España, 2016.- El hombre más obeso de España, un joven gaditano de 29 años que este año ha llegado a pesar más de 300 kilos, se ha sometido a un bypass gástrico por laparoscopia en el hospital La Inmaculada de Granada, con instrumental e infraestructura especiales, para adelgazar 200 kilos y mejorar su calidad de vida.
El doctor Ballesta ha detallado que, a pesar de la dilatada trayectoria, las especiales características de Heredia conllevan un esfuerzo mayor y el despliegue de una infraestructura especial para adaptarse a las condiciones físicas del paciente.
El joven tiene una comorbilidad extrema, padece apnea del sueño, diabetes, hipertensión incipiente, hepatitis grasa severa, dificultad respiratoria, el sobrepeso ha deformado sus articulaciones y limita su calidad de vida, ya que ha mermado sus movimientos y ha forzado una dependencia para gestos cotidianos como levantarse o asearse.
Todo un reto
“Se ha sometido ya a tratamientos y ha rebajado su peso, y será el paciente con más kilos que se someta a este tipo de intervención, que tiene como novedad que utiliza una técnica reversible porque se trata de un paciente muy joven”, ha apuntado el cirujano.
Para abordar la intervención, el equipo médico ha utilizado un bypass de asa larga en un procedimiento ideado por Ballesta y permitirá al paciente adelgazar 200 kilos en un plazo aproximado de entre 18 y 24 meses.
La operación mixta reducirá la capacidad de comida que absorberá el paciente y además modificará el circuito de su aparato digestivo, aunque sin cortes en el intestino para que se pueda revertir.
“Se ha hecho un traje a medida de las características del paciente”, ha resumido el doctor que lidera el equipo de la operación, que dividirá el estómago de este joven para hacerlo más pequeño, tras lo que pasará de albergar unos dos litros a cincuenta mililitros.
“Tendrá saciedad inmediata, no tendrá hambre, y tiene ahora que esforzarse y comer muchas veces”, ha apuntado el doctor.
Juan Manuel Heredia empezará a ingerir alimentos 24 horas después de salir de quirófano y podrá abandonar el hospital en tres días para afrontar una nueva vida en la que, durante los primeros meses, perderá una media de quince kilos mensuales para reducir el ritmo hasta los cuatro o cinco, con un control de ingestas y ejercicio.
Antes de someterse a la intervención, el paciente ha reconocido no hacer “caso” de los médicos y haber descuidado su alimentación, aunque ha confiado en una nueva vida en la que controlará su nutrición y su ejercicio para poder llevar “una vida normal”.
“Por las mañanas me levantaba ya asfixiado, no puedo bajar al garaje y coger el coche, ni ir al cine, con mis colegas a jugar al fútbol, no puedo hacer nada”, ha resumido el paciente.
Información de La Vanguardia
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