Un poema reza que «todo es según el color del cristal con que se mira», pero en el caso de las copas para vino la transparencia es vital, al igual que la forma y el borde de la copa para poder apreciar así las cualidades de la bebida.
Las copas son el recipiente donde se aprecia el trabajo que hay detrás de una botella de vino y su correcta manufactura ayuda a la degustación.
«Primero se inventó el vidro para las copas, pero cuando se le añadió óxido de plomo se convirtió en lo que conocemos como cristal, que es más estable, delgado, rígido y que permite ver claramente el color del vino, revelándonos muchas de sus características», comenta Oscar Nicanor, sommelier del Hotel St. Regis.
Una copa se divide en cuatro partes: el pedestal donde se sostiene, el tallo por donde se toma, el globo donde se vierte el vino y la boca de donde se bebe.
«La copa siempre debe tomarse por el tallo o el pedestal para no calentar la bebida y alterar sus cualidades organolépticas», señala el sommelier.
Para conservar las copas, se deben lavar inmediatamente después de usarse con agua caliente y sin jabón, para evitar dejar en ellas residuos que alteren el sabor del vino, y se deben guardar en un mueble donde estén protegidas del polvo.
«El material ideal para secar una copa de cristal es la microfibra, que absorbe rápido el agua y no la raya, pero una tela que contenga 80 por ciento algodón también es buena», menciona Nicanor.
En el momento del servicio, una copa o vaso de agua debe colocarse frente al comensal, seguida a la derecha de la copa de vino tinto, que se usará en el segundo tiempo y enseguida la copa de vino blanco que se servirá en el primer tiempo.
«No recomiendo tener más de tres copas en la mesa ya que resulta incómodo y el servicio se ve demasiado ostentoso», aconseja.
Formas y alturas
Elige la copa adecuada de acuerdo al vino que deseas beber entre esta selección.
Copa flauta
De forma larga y delgada, permite apreciar y conservar mejor el rosario de burbujas, principal atributo de la champaña y otros vinos espumosos. Su boca pequeña y cerrada concentra mejor los aromas de la bebida
Copa Chardonnay
Especial para servir vinos blancos con estructura, acidez baja y amplia gama aromática. Para que el vino pueda expresarse adecuadamente su globo es amplio, permitiendo una mejor oxigenación
Copa Riesling
Con un globo menos amplio que la copa Chardonnay es ideal para vinos blancos de menor complejidad y mayor acidez. Su boca más cerrada permite una mayor apreciación de los aromas del vino
Copa Burdeos
Es la más usada para vinos tintos y posee un globo amplio que permite la expresión del vino a través de una buena oxigenación y una boca amplia para liberar mejor los aromas. Es ideal para vinos bien estructurados con amplia gama aromática
Copa Borgoña
El globo es más amplio que el de la copa Burdeos permitiendo una mayor oxigenación de la bebida, pero la boca termina abierta como una flor y es más cerrada para que se concentren mejor los aromas. Es ideal para vinos más frutales y delicados
Copa para vino dulce
Es de tamaño pequeño porque este tipo de vinos se sirven en porciones más limitadas para no saturar al paladar con su sabor dulce
¿Sabías que?
La copa Antoinette, también llamada pecho de dama o antigua, se dice que fue elaborada con la forma del pecho de la reina Maria Antonieta de Francia. Es la primera copa especializada para servir champaña u otros espumosos, pero su boca abierta permite que escapen rápidamente las burbujas del vino y cayó en desuso.
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