EL Ejercito mexicano y sus altos mandos lo vio y lo reconoció; la PGR lo confirmó: en Tlatlaya se violaron los derechos humanos y al menos tres militares dispararon inexplicablemente en contra de presuntos delincuentes y se sospecha que existieron ejecuciones.
A esta conclusión preliminar llegaron las autoridades en poco más de una semana de investigaciones.
En contraste, el ómbudsman nacional, el de Baja california Raúl Plascencia Villanueva, no da una – dijo que su indagatoria tardaría varias semanas, pero adelantó que contaba con testimonios, peritajes y otras evidencias y que todas ellas indicaban que el hecho en el que murieron 22 personas se trató de un enfrentamiento.
Hoy los papeles históricos están invertidos: las instituciones aceptan que los derechos humanos fueron violados y el ómbudsman dice que no hay elementos para presumir abusos.
Parece que necesita una ayudada de los delincuentes que sobrevivieron, de los familiares y de propio ejercito y de la PGR.
Bajo Reserva / El Universal.
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