Tijuana, BC 15 de mayo de 2016.- La Estrategia Integral para la Recuperación de la Vaquita Marina implementada hace un año por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto ha tenido magros resultados, pues las autoridades ambientales no han estado a la altura del reto y su descoordinación condenó y acaba con la vaquita marina.
Así lo alertó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), lamentando que las autoridades no han podido sumar a la comunidad local para proteger a esta especie, pues según el censo realizado en el Alto Golfo de California en el último trimestre de 2015, quedan 30 o cuando mucho 60 vaquitas marinas.
Sin atinar a cumplir la orden presidencial, destacó Zavala Álvarez, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, sin coordinación ni liderazgo, no pudo coordinar los esfuerzos y hay más avistamiento de vaquitas muertas que vivas; es una derrota anunciada, aun con los recursos oficialmente destinados a proteger la vaquita marina.
“Una lista cuestionada -hecha por la Secretaría de Desarrollo Social- de beneficiarios con la compensación de la veda pesquera en el alto golfo; descontento por la lentitud administrada de las remesas, con denuncias de manipulación por funcionarios locales menores de Semarnat; además, la insensibilidad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que tiene en agonía y sin viáticos a personal de Semarnat en Baja California”, dijo.
La pesca de totoaba, agregó, rebasó todos los esfuerzos, el alto valor incentivó el tráfico, terreno fértil para los no beneficiados con la compensación y área de oportunidad para la delincuencia, que está más organizada y coordinada que las autoridades ambientales, con lo que el extraordinario esfuerzo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente no fue suficiente y resultó aislado, sin acompañamiento de sus pares institucionales.
“Hoy parece algo ingenuo, una broma, la versión de que el titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano, hace unos meses, a los pocos minutos de observación, exclamó entusiasmado haber visto una vaquita; el éxito que se auguraba, de que en dos años se haría crecer la población en 10 vaquitas, no es el caso”, sostuvo.
Un comunicado oficial en el portal de internet de la Semarnat, revela que, en el marco de la séptima reunión del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva), este fin de semana la Semarnat, la Secretaría de Marina y la Secretaría Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, informaron los resultados a un año de que se implementó la Estrategia Integral para la Recuperación de la Vaquita Marina.
Según el comunicado, la Semarnat y el Cirva coordinaron un estudio de población de vaquita de septiembre a diciembre de 2015 a bordo del buque Ocean Starr, con la participación de científicos e investigadores de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA), en colaboración con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático y la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad.
Los resultados estiman el tamaño de la población en alrededor de 60 vaquitas en el Alto Golfo de California, enfatiza el comunicado, en el que también se afirma que el titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano, lamentó el hallazgo de tres vaquitas muertas; las vaquitas están amenazadas por la pesca con red de la totoaba, codiciada por su vejiga natatoria, considerada un manjar, por lo que se cotiza en miles de dólares en Estados Unidos y Asia.
“La estrategia consistió en ampliar el polígono de protección en el Alto Golfo de California, que pasó de 126 mil a 1 millón 300 mil hectáreas para garantizar la cobertura del área de distribución de la especie; suspender por dos años la pesca comercial mediante el uso de redes de enmalle, cimbras y palangres operadas con embarcaciones menores en el norte del Golfo de California; medidas de compensación económica a los pescadores de la región y fortalecimiento en materia de inspección y vigilancia”, detalla el comunicado.
Se vuelve a demostrar, enfatizó José Carmelo Zavala, que profesionalizar al personal de las dependencias ambientales debe ser un criterio que prevalezca y no designar a funcionarios por las tristes cuotas político-partidistas, porque el primer acto de corrupción es aceptar un cargo para el que no se está calificado.
“Hoy está pagando el precio la vaquita marina, condenada a muerte, como hace tiempo los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable (CCDS) lo manifestaron y funcionarios menores de Semarnat no escucharon; en la biodiversidad toda pérdida es global, todos perdemos y nunca sabremos cuál es la pieza que detona el efecto dominó último”, finalizó.
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