Comercia dudan que quede lista la Escénica

Residentes y comerciantes de La Misión desconfían que el próximo 15 de septiembre sea abierta la carretera Escénica Ensenada-Tijuana, pues trabajadores les comentan constantemente que «la obra se sigue cayendo».
El Vigía visitó ayer la delegación para conocer el punto de vista de los pobladores, quiénes desde el 28 de diciembre del 2013 soportan el intenso flujo vehicular debido al hundimiento de un tramo de 300 metros de la autopista citada.
Conforme a los testimoniales, mismos que fueron realizados al azar y en distintas locaciones, el sentir general es que no estará listo el conocido tramo y que quizás se retrase hasta fines del mes, por lo que continuaría el paso de 12 a mil 14 mil vehículos por día, según estimaciones. 
«No porque uno de los empleados dijo que les falta mucho. En cinco días no se va a abrir porque les falta mucho tramo que arreglar y en cinco días no lo van a hacer. Posiblemente hasta el 30», comentó Luz María Cruz, con 46 años de residir en el lugar.
«Mi hijo anda trabajando ahí y dice que hay lugares que todavía se andan medio cayendo. Dice mi hijo que él cree que la van a abrir hasta después. No creo que el quince. Ojalá y la abran porque la gente ya le puso hasta la carretera de La Muerte pero no es la carretera, es la gente», consideró María Celia Torres, gestor voluntario de la tercera edad. 
Inocente López Gutiérrez, con 13 años de vender tamales y elotes, compartió: «Según dicen que no, que se volvió a caer. Que no la iban a abrir siempre que se había caído. (Me enteré) ayer, mientras iba para Tijuana. En el taxi iban platicando eso que se había caído. Dicen que siempre no».
Ismael  Cruz y Ofelia González, vendedores de cocos con fruta, mencionaron algunos comentarios del personal que acude a la obra. 
«Hay muchos comentarios de que la carretera se sumió. Lo que pasa es que aquí hay gente que trabaja arriba de Cuatro Cuatros, donde están los viñedos, y ahí se dan cuenta de lo que pasa. 
«Son más de 10, 15 personas. Es lo que se platica aquí: de que ya está bien la carretera, que se vuelve a sumir, quitan las máquinas, se para la gente y no sigue trabajando por lo mismo», según las historias.