Una guerra de sabores, colores y texturas provocada por reconocidos chefs de ambos lados de la frontera, tuvo lugar en el tercer día de actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”.
Una de las actividades alternas más esperadas es la Batalla Culinaria, misma que se llevó a cabo en el Hipódromo Caliente, donde los chefs tijuanenses y sandieguinos se enfrentaron cara a cara, sartén a sartén.
El equipo “Los Fronterizos” lo formaron los chef locales Martín San Román (La Terrasse San Román), Antonio Santoyo (Restaurante Elementos), Rodolfo Luviano (Ta´Costeño), Iker Castillo (La Justina); contra los visitantes llamados “Lost”, con los chefs Drew Deckman (Deckman’s at Mogor), Jason McLeod (Iron Side Fish & Oyster), George Morris (Beaumont´s Eatering) y Ryan Steyn (Jardín Adobe).
Los concursantes fueron retados a preparar un menú de cuatro entradas donde se calificarían el sabor, la limpieza y la integración y organización como equipo. Y así se lanzaron las estrellas de la cocina sin saber bien a bien qué iban a preparar, pero con una vasta variedad de ingredientes frescos de la región: vegetales, pescado jurel, almeja generosa, langosta, cordero.
Los “gurús” de la gastronomía Baja Med, Miguel Ángel Guerrero (La Querencia), Javier Plascencia (Misión 19) y Chad White (La Justina), fueron los encargados de ponerle “sabor” como maestros de ceremonia a cada instante lleno de tensión de la competencia. Bromeando, presionando a los concursantes y hasta presionando a los jueces para que comieran y votarán por cada platillo preparado y servido.
El chef Javier Plascencia elogió la buena coordinación de los concursantes, pese a la presión que tenían encima: “Nada que ver con las mujeres en la mañana, que estaban todas histéricas…”, luego le compuso: “pero eso sí, fueron muy ordenadas”.
Mientras que el chef Miguel Ángel Guerrero arremetía contra el jurado: “Jueces, rápido coman, prueben, dejen de chismear, hagan su trabajo… ¡y califiquen bien!”. Y Plascencia señaló una cosa curiosa que, afirmó, nunca le había tocado ver: Algunos jueces regresaron los platillos sin haberlos probado, “¿qué significa eso?”, “pues que no les gustó”, le respondieron. “Es parte de la competencia”.
Entre las delicias que les sirvieron a los jueces, y el público solo veía y se saboreaba, estuvieron un pescado bañado en aceite de olivo, chiles de árbol tostado, o igual empanizado con polvo de tortilla; o una langosta bañada en agua, vinagre, sal, algo de mantequilla, con una salsa de pimiento rojo, acompañado de una ensalada de col y tomates cherrys cocinados a baja temperatura, con mayonesa y pepitas tostadas.
Otros platillos que resultaron son una langosta a la parrilla con salsa cítrica, con una ensalada que llevaba ostión, uva y demás ingredientes de la región, cerdo con una costra de chile de árbol y una salsa de mango verde, jengibre y vino blanco; así como cordero deshuesado con un puré de ostiones y berenjenas y tomate al vinagre; éste último preparado por Martín San Román.
Javier Plascencia también mencionó otro hecho particular que se dio en la Batalla Culinaria de hombres, y es que cada chef de los equipos realizó su propio platillo, mientras que en la competencia entre mujeres, todas las integrantes preparan juntas un solo platillo.
Aunque la competencia estuvo reñida finalmente el jurado se decidió por el equipo de “Los Fronterizos”
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