By De frente a los imputados, los beisbolistas identificaron plenamente a los ex policías municipales como los que el 10 de noviembre del año en curso los abordaron, esposaron, les cargaron droga y los obligaron a ir a un cajero automático a retirar dinero para dárselos a cambio de su libertad y regresarles los teléfonos celulares.
Durante una audiencia de desahogo de pruebas que empezó una hora después de lo anunciado, el juez de Garantías, Héctor Antonio Cortez Peña, a las 12:05 horas hizo la presentación de las partes comprendidas entre los imputados: Dos ex agentes de la Policía Municipal, dos beisbolistas victimados, la fiscalía y los abogados de la defensa, además cada parte presentó a su perito traductor, ya que una de las víctimas no habla español.
Las partes tanto de los imputados como las víctimas rechazaron que los medios de comunicación dieran a conocer su imagen y sus datos generales, a lo que el Juez de Garantías primero solicitó la identificación de los periodistas y del medio que representan durante el juicio.
La declaración
Durante su exposición, uno de los deportistas señalado como víctima hizo una amplia explicación de lo que ocurrió la noche del 10 de noviembre cuando terminaron el juego de beisbol y cuatro elementos salieron del estadio a buscar un lugar dónde comer algo y por lo tarde que era (como las 23:00 horas), sólo buscaban una taquería.
Cuando viajaban en un auto rentado por la gerencia del Club Águilas de Mexicali, un Malibú azul, cuatro puertas, de pronto advirtieron la presencia de una patrulla que se les paró a un costado. Enseguida en un semáforo, por la calzada Justo Sierra, se les colocan en la parte posterior y les encienden los códigos para obligarlos a detenerse.
Se meten al estacionamiento de Plaza Fimbres y detrás de su auto la patrulla con las luces encendidas, de la cual se bajan dos elementos policiales que se aproximan al vehículo donde viajaban los deportistas. Solo uno de ellos, dice, bajó en ese momento el vidrio de la ventanilla trasera. Era el único que entendía español y los agentes inician una serie de preguntas.
Les piden que se bajen los cuatro del auto y todos son esposados uno contra otro y colocados sobre el vehículo. Los agentes les esculcan la ropa y les extraen la billetera y enseguida a uno de ellos le indican que le encontraron residuos de marihuana y se los dan a oler.
Más adelante afirman que uno de los agentes se aproximó al auto y enseguida encontró una bolsa con más droga.
Los deportistas insisten una y otra vez que no es de ellos y al parecer uno de los agentes la colocó.
En el contrainterrogatorio provocado por la defensa de los imputados, el abogado Hermán López Frank insiste en sus preguntas buscando más respuestas por parte de la víctima.
La Fiscalía -representada por Rigoberto Zataráin Huitrón- demanda ante el juez que el interrogatorio se lleve de acuerdo a las reglas. Las partes invocan los articulados del Código Penal del Estado.
La defensa de los ex agentes policíacos insiste en su propia estrategia para interrogar y finalmente caen en debates con el juez y la Fiscalía, hasta que el propio juez le hace la advertencia para que se comporte de acuerdo al procedimiento o definitivamente lo hará desalojar de la sala.
Reconocen plenamente a los agentes que los detuvieron
Los dos deportistas (de cuatro que viajaban en el auto la noche del 10 de noviembre; los otros dos fueron dados de baja del club y regresaron a su lugar de origen) plenamente identificaron a los ex agentes como los que les exigieron el dinero para completar la cuota demandada, los siguieron hasta el cajero a donde debían sacar poco menos de los 20 mil pesos y 600 dólares inicialmente considerados.
Cuando la defensa de los imputados contrainterrogó a las víctimas el porqué no huyeron cuando los cuatro se encontraban en el auto, el deportista simplemente dijo: «Teníamos miedo de lo que nos pudiera pasar, tenían nuestros celulares, traían armas».
Uno de los deportistas, quien desde el inicio sirvió de intérprete de sus compañeros con las autoridades municipales, expresó que le sorprendió mucho cuando el agente policial después de haber obtenido el dinero exigido, le preguntó a dónde iban y le responde que iban a cenar unos tacos, pero ya no porque no tenían dinero.
En ese momento el agente policial le dice: «No nos hemos visto, no me conocen ni los conozco. Aquí tienen 900 pesos para que vayan a cenar».
La defensa exige
antidoping a deportistas
En el contrainterrogatorio a la víctima presentada por la Fiscalía, el abogado de la defensa pretendió que se le practicara un antidoping buscando con ello determinar si el deportista consume drogas o no.
Desde el inicio mismo, la víctima rechazó la petición y la Fiscalía argumentó el respeto a los derechos humanos a no aceptar la petición de los defensores invocando Tratados internacionales.
De momento la defensa dejó el tema, pero una vez concluida la identificación plena de las víctimas en contra de los imputados y terminada la participación de los deportistas, nuevamente el tema del antidoping fue propuesto, lo que generó un debate entre las partes.
Finalmente, el juez Cortez Peña autorizó la petición de la defensa para la aplicación del examen antidoping tomando folículos del cabello de los dos deportistas.
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