Por Frida Bárbara Monjarás (@frida_barbara) Moreliafilmfest
En pleno siglo XXI el debate sobre la igualdad de género en la industria cinematográfica está vigente. Por ejemplo, en México en 2015 sólo el 25% del total de las producciones fueron dirigidas por mujeres. Las cifras mundiales son alarmantes, sin embargo desde los inicios del cine ha habido figuras femeninas que han destacado.
Alice Guy-Blaché es considerada como la primer mujer que dirigió una película. Mark Cousins en su libro Historia del cine escribió: “injustamente olvidada [….] dirigió el que quizá sea el primer filme con guión La feé aux choux(Francia, 1896), una fantasía humorística sobre niños nacidos en campos de coles.” Pues, su relevancia no radica únicamente en ser la primer cineasta, que no es poca cosa, sino que fue una de las pioneras del cine narrativo y de los efectos especiales. Algunos investigadores aseguran que La feé aux choux fue la primer historia de ficción.
Nacida en 1873 en Francia, comenzó como secretaria de León Gaumont. Encantada con las recientes posibilidades del cine, convenció a su jefe para que le permitiera experimentar con las nuevas cámaras. Así, en 1896, a los 23 años, dirigió su primer cortometraje y la convirtió en una de las titulares de las producciones realizadas por Gaumont.
En 1907, Guy-Blaché se casó con Herbert Blaché, también empleado de Gaumont, que fue designado como gerente del estudio de la compañía en Nueva York. La pareja se mudó a Estados Unidos y Guy-Blaché creó su propia compañía productora: Solax. Rápidamente, Solax ganó suficiente dinero y construyó un estudio, convirtiéndose en una de las primeras productoras independientes de la naciente industria cinematográfica. Sin embargo, no pudo sostenerse por mucho tiempo. Gaumont, encargado de distribuir las películas de Solax, se retiró del mercado estadounidense debido a varios contratiempos, entre ellos la guerra, lo que repercutió en la pequeña empresa. Herbert intentó salvar esta dificultad creando su propia compañía, la cual produjo varios largometrajes, algunos dirigidos por Guy-Blaché. Sin embargo, la pareja se divorció en 1920 y Guy-Blaché regresó a Francia y nunca más dirigió otra película.
Alison McMahan describe los primeros trabajos de Guy-Blaché como “notables por su energía y por la asunción de riesgos”. Aunque no hay una cifra exacta de la cantidad de películas que Guy-Blaché realizó, ya que muchas de ellas se perdieron, se estima que fueron más de seiscientas, cuya duración oscila entre uno y treinta minutos. Además, supervisó la sincronización de sonido para más de cien películas de Gaumont.
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