El enfrentamiento en el rancho El Sol, donde el viernes 22 de mayo murieron 42 mexicanos delincuentes integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación y un policía federal, sí tuvo testigos: los habitantes de Puerta de Vargas, un pequeño poblado que colinda con el rancho.
“Yo estaba viendo todo y vi cómo, desde el helicóptero que traían los policías, los acabaron a todos”, según narra el comisario. Los del rancho “no tuvieron oportunidad de defenderse mucho”.
Puerta de Vargas es un poblado con no más de 100 habitantes, que está apenas a un kilómetro del rancho El Sol.
Para entrar en Puerta de Vargas hay que tomar una desviación muy pequeña, que apenas se alcanza a ver, desde la carretera 37 que va de Ecuandureo a Zamora, en el estado de Michoacán, que tiene un camino parcialmente pavimentado.
El rancho El Sol colinda con este pueblo y, en sus pastos, los habitantes de Puerta de Vargas acostumbraban llevar a sus animales a comer. Incluso, en algunas épocas, en este rancho contrataban a los pobladores y les daban buenos empleos.
Pero esto cambió hace dos semanas, cuando el terreno fue tomado por unos 50 desconocidos, que fueron al poblado a poner nuevas reglas: no ingresar ni merodear por el rancho.
“Nos dijeron que no nos matarían, que nosotros siguiéramos con nuestro jale, que no nos quitarían dinero, pero que teníamos que quedarnos callados y no merodear por el rancho”, señala una habitante del lugar.
El hombre que vigila Puerta de Vargas cuenta que en ese rancho siempre trabajó gente pacífica y que incluso hace unos meses, la dueña del rancho rentó el lugar “a uno de mis camaradas” que vive en el poblado de Vistahermosa, porque la dueña ahora vive en Guadalajara, Jalisco.
—¿No los molestaron aquí?
—No. Pero yo saqué las vacas de allá, todavía no los conozco pues, porque un chavalo mío ahí trabajaba.
— ¿Y sí les dejaron sacar el ganado?
—Sí, nos dejaron, yo llevaba el ganado para allá; la señora nos vendía el pasto, las llevaba a pastar y las traía a dormir aquí y ahora ya no las llevé.
— ¿Llegaron y se robaron el rancho?
Sí, y dijeron, ustedes sigan trabajando, nomás nosotros estamos aquí, pero ustedes sigan trabajando igual y no amenazaron a nadie, ni nada.
La versión de que el rancho se estaba rentando fue confirmada por el propio alcalde de Tanhuato, José Ignacio Cuevas Pérez, quién comentó que por años ese predio funcionó como productora, empaquetadora y comercializadora de alfalfa.
El operativo Sangriento. «Muerte Subita»
Apenas estaba saliendo el sol ese viernes 22 de mayo cuando llegaron al rancho un grupo de federales, que recibieron el apoyo de los pobladores de Puerta de Vargas para saber cómo meterse, sin usar la puerta principal.
Según cuentan los pobladores, los policías pronto rodearon las 112 hectáreas del rancho y empezaron el operativo cuando llegó el helicóptero.
Fue desde el helicóptero Black Hawk de la policía federal donde más dispararon. Salieron varias ráfagas ininterrumpidamente, al tiempo que elementos federales aprovechaban para terminar de rodear todo el terreno.
Eran pasadas las ocho de la mañana.
Los disparos del helicóptero que no dieron oportunidad “a los del rancho a defenderse mucho”.
Apoyados por el fuego del helicóptero, el resto de los policías pudieron sumarse al ataque desde varios puntos. “No dejaban de rafaguear, ya no sólo desde el helicóptero, sino desde varias posiciones. Ahí los veía uno dispare y dispare a los policías. Muchos tuvieron que esconderse durante casi tres horas en sus casas”.
“Yo estaba viendo todo. Desde acá se escuchaba la balacera, pero mire, desde este punto yo vi cómo el helicóptero que traían los policías los acabó a todos. Era uno solo pero estaba fuerte la balacera que aventaba, se oía bien fuerte, ese helicóptero fue el que los mató a todos”, aseguró el comisario.
—¿Por aquí vinieron los federales?
— Sí, aquí anduvo todo el gobierno. Yo soy el encargado del orden de aquí. Por aquí andaba la Policía, los militares, porque no daban pa’ allá pa’l rancho del Sol. Entraron una parte y por arriba, por la carretera entraron la mayoría, desde aquí lo estábamos viendo como avanzaban y sentaban las carabinas, como inició el balazal.
—¿Qué se escuchaba?
—Se oía la pura balacera del helicóptero, pues tronaba pues, se oía bien feo; no paraba. Un ruido que no paraba, los soldados les tiraban desde acá. Estaba fea la cosa.
—¿Por aquí entraron entonces?
—Por aquí bajaron.
—¿Cómo cuánto tiempo duró disparando el Helicóptero?
Pos tiraba y tiraba, mucho tiempo pero él (helicóptero) tiró como unas siete u ocho veces, no paraba. Luego se acomodaba y de vuelta. Pero ahí anduvo desde bien temprano. Yo ya no fui a llevar a las vacas; con el sonido las pinches vacas traían una bramadera. Zumbaban las balas para allá y para acá, estaba feo. Sólo se escuchaba tracataca, tracataca.
Toda la gente se encerró aquí. Las mujeres asustadas. Duró como tres horas.
—¿Y cuando entran los federales, les dijeron que tranquilos o algo?
—No. No nos dijeron nada ellos sabían dónde estaba todo el jalón. Pero sí recuerdo que desde aquí miraba al helicóptero. Se fue a echar más gasolina, luego volvió, ya después cayeron dos helicópteros para levantar el tiradero. Ya llegaron como a las 2:00 de la tarde a juntar la gente.
Otro testigo, que trabaja para los Ángeles Verdes, agrega que los federales llegaron al lugar porque perseguían a los presuntos delincuentes. Cuenta que vio la persecución y cómo este grupo de hombres se apertrechó en el rancho.
“Luego de que se meten al rancho llegó un helicóptero que empezó a rafaguear al interior, acá en la carretera sólo se escuchaban los balazos y las explosiones de las granadas, poco a poco fueron llegando un chingo de federales, luego ya llegaron los militares para apoyar pero ya había terminado la balacera. Yo vi que sí los venían siguiendo y pues luego estos cuates se metieron al rancho”.
Los muertitos no eran de por aquí, llegaron hace poco.
Nadie conocía en los municipios de Tanhuato o de Ecuandureo a los 42 muertos en el enfrentamiento ni al resto de hombres que salían y entraban del lugar, pero sí hubo una población que tuvo contacto con ellos, la misma de Puerta de Vargas, donde las cosas cambiaron hace 13 días cuando el grupo tomó el rancho.
“Yo me metía pues para allá, nomás que en cuanto llegaron estos nos salimos”.
El alcalde de Tanhuato, José Ignacio Cuevas Pérez, detalló que luego de varios meses de estar vacío el terreno, hace aproximadamente año y medio regresó el movimiento al interior del rancho, en el que ya se veían circular nuevamente tractores, se realizaba cultivo, corte y empaque de alfalfa.
“Incluso hubo un tiempo en el que vi que sembraban maíz, como cualquier otra tierra agrícola de la región. La malla ciclónica sí estaba, lo que no estaba era la puerta de acceso que está pintada actualmente de blanco. Lo sé porque por ahí paso muy seguido desde hace muchos años”, especificó.
Detalló, que tres años atrás, la parte frontal del inmueble tenía un letrero que anunciaba su renta y dijo desconocer la identidad del dueño o la dueña del mismo, así como si formaba parte o no, de una denuncia por despojo.
Entrevistado en su oficina, el edil michoacano, cuestionó la versión, que horas después de la muerte de las 42 personas y un policía federal, dio a conocer la autoridad, que asegura que todo se debió a la respuesta de un ataque en contra de las fuerzas policiales.
“Por la forma del acomodo de los cuerpos, que algunos no tienen ropa, parecía una matanza más que un operativo”, externó Cuevas Pérez, alcalde del municipio al cual pertenece una fracción del inmueble en el que ocurrieran los hechos.
Fuente: Animal Político.
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