El Apple Watch, el reloj conectado de Apple, llega a las tiendas de nueve países, para alegría de los incondicionales, pero sin el habitual barullo que acompaña los lanzamientos de la marca.
Apple decidió sacar su nuevo dispositivo en un número limitado de países: Japón, China y Francia, Estados Unidos, Australia, Canadá, Alemania, Hong Kong, y Reino Unido.
A media mañana, una treintena de clientes que habían reservado previamente su dispositivo aguardaban frente a la tienda SoftBank del barrio de Ginza en Tokio.
«Quiero ver lo que es posible hacer con este reloj inteligente. El precio (unos 350 euros por el modelo de base) no me molesta demasiado», explicaba desde los primeros puestos de la fila Yoshimi Kimura, de unos treinta.
Otro cliente decía sentirse atraído por el lado «práctico» del objeto (que se utiliza conjuntamente con el iPhone 5 o 6), y otro, por las funciones de seguimiento de la actividad física.
El Apple Watch tiene tres versiones, y las dos más lujosas se venden de forma exclusiva en la tienda Isetan de Japón.
En China, mercado considerado estratégico para Apple, los primeros compradores mostraban su satisfacción en las redes sociales.
En Francia, la parisina boutique de lujo Colette se había reservado la exclusiva de vender un millar de ejemplares y a primera hora de la mañana, unas 200 personas esperaban en la puerta, algunas de las cuales llevaban desde el miércoles por la tarde instaladas frente al comercio.
Pero Apple no está sola en el nicho de los relojes inteligentes. Rivaliza con la japonesa Sony y la coreana Samsung, mientras que la china Huawei lanzará dentro en breve su propio modelo.
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