Mexicali.-.- En el puerto de San Felipe, a 200 kilómetros de Mexicali, fue detenido el presunto autor de la muerte de la niña Janeth Lizbeth Bibriesca Valdez.
El imputado asesino o presunto agresor Emanuel “N”, cuya identidad permanece en secrecía por el Nuevo Sistema de Justicia Penal, fue arrestado por agentes de la Policía Ministerial del Estado durante la madrugada de este sábado en el puerto ubicado en el Mar de Cortez.
Todos sabemos que salió de su casa janeth, hace una semana, la niña fue a comprar una ficha de tiempo aire para el teléfono de su madre y en el trayecto encontró a su vecino que le pidió que adquiera también una recarga para su celular. La investigación ministerial señala que al regresar de la tienda, el imputado aprovecho para introducirla a su casa y darle muerte.
El director del Servicio Medico Forense, Francisco Acuña, determinó que la menor de 12 años de edad murió por un golpe en la cabeza al reportar traumatismo craneoencefálico, ademas de haber sido víctima de violencia sexual y tener en su cuello “maniobras de estrangulamiento”.
¿Y LA AUTORIDAD QUE HIZO?
Su injusta muerte pudo ser evitada, prevenida, y la injusta espera de sus padres pudo ser menor si el Estado perezoso e irresponsable hubiese actuado. La denuncia por desaparición de la niña de 12 años, no tuvo mayor reacción en la lenta procuraduría estatal, se trataba de una desaparición más, un expediente más de los que se abren cada día y como tantos, se guardan en un cajón ante la ineptitud gubernamental.
Janeth Lizbeth desapareció a sus 12 años de edad y tal como lo declaró el subprocurador Ramírez Amador, no activaron la alerta amber tal como muchos lo exigimos incluyendo por supuesto a su familia, ya que no cumplía los requisitos para activarla. ¿Cuáles son estos ilegales requisitos que cobran la vida de nuestra niñez bajacaliforniana?
Primero: “que la autoridad tenga algún motivo para creer que se ha sustraído a un menor de 18 años de edad”; segundo: “que la autoridad crea que el niño sustraído se encuentre en peligro inminente de sufrir algún daño corporal serio o incluso la muerte” y, tercero: “que exista suficiente información descriptiva de la víctima y del sustractor o del vehículo para que la alerta amber sea eficaz. Así, aunque usted no lo crea. Es decir, la inepta autoridad que ahora confirma el cruel asesinato de Janeth Lizbeth, nunca activó la alerta amber porque no “creyó” que la niña estaba sustraída.
Tampoco “creyó” la ineficiente procuraduría que la niña se encontraba en un peligro inminente de sufrir algún daño corporal serio o incluso la muerte y ahora se encuentra su cuerpo sin vida, vida que le fue arrebata por la perversidad criminal y por la omisión oficial, y esto también es un crimen que debe tener más culpables y responsables de quien directamente le quito la vida. La inútil y amodorrada procuraduría tampoco tuvo suficiente información descriptiva de la víctima, del sustractor o del vehículo. Es decir, necesitaban más información de toda la que les proporcionó la familia.
No hicieron lo suficiente para salvarle la vida y para encontrarla con la inmediatez que se requería.
Lindero Norte
Elvira Luna.
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