El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, afirmó que existe la certeza legal de que los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “fueron muertos”.
En una conferencia de prensa, en la que están el procurador Murillo Karam y el director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón, se expusieron las declaraciones de Felipe Rodríguez Salgado, ‘El Cepillo’, detenido el 15 de enero pasado.
Tomás Zerón afirmó que esta detención fue clave y que gracias a sus declaraciones, que coinciden con las del resto de los cómplices detenidos, se concluyó que el grupo Guerreros Unidos detuvo a los estudiantes, los llevó al basurero de Cocula, ejecutó e incineró, porque creyeron que pertenecían al grupo antagónico de Los Rojos.
De acuerdo con Zerón, el 26 de septiembre del 2014, Felipe Rodríguez Salgado, quien fungía como jefe de sicarios de Guerreros Unidos en la región, recibió una llamada en la que le fue informado que un grupo antagónico estaba en Iguala y le serían entregados paquetes, “sustantivo utilizado para los enemigos cuando eran capturados”.
“(Rodríguez Salgado) confiesa su participación, corroborando hechos narrados por sus cómplices”, dijo Zerón.
El director de la Agencia de Investigación Criminal mostró una gráfica de la distancia entre Cocula e Iguala, la cual es de 8.1 kilómetros por tierra y en la que, según la imagen, “no hay ninguna casa, lo que imposibilitó que algún habitante pudiera ver el incendio”.
Dijo que el grupo de Guerreros Unidos tenía una cadena de mando establecida, en la que quien daba órdenes a un subordinado solo se le conocía por el apodo, para garantizar la supervivencia de la organización.
En la rama delictiva participaban, dijo, delincuentes y servidores públicos, especialmente policías encabezados por el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda.
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