El mes próximo, los conductores que se dirijan al norte en el cruce fronterizo de San Ysidro, contarán con más carriles y esperas más cortas para el cruce hacia los Estados Unidos. En cuanto crucen también se encontrarán con nuevas obras de arte: ondas de luz azul brillante cuyo constante movimiento dependerá del tráfico que por allí pase.
Conforme avanza la remodelación del cruce fronterizo más activo del hemisferio occidental, a un costo de 741 millones de dólares, las principales preocupaciones han sido la seguridad y la eficiencia. Pero, ¿arte? Una vez completado, el cruce de San Ysidro contará con varias obras de arte a gran escala.
Dos de ellas ya han sido financiadas, una será inaugurada en noviembre, un mes después de la reapertura prevista de todos los carriles de inspección de vehículos en dirección norte y las nuevas cabinas de inspección. Este mes, la Administración de Servicios Generales de Estados Unidos (GSA por sus siglas en inglés), que está supervisando la reconstrucción, dijo que tiene 500 000 dólares disponibles para la siguiente ronda de obras de arte, e invitó a los artistas calificados a ingresar sus solicitudes antes del 6 de octubre.
La reconstrucción del puerto fronterizo es un compromiso de varios años dividido en fases, que incluye cabinas adicionales de inspección, nuevas instalaciones de procesamiento de peatones, y una nueva ruta para ingresar a la carretera interestatal 5. Las mejoras fueron aprobadas por el Congreso, pero los reducidos presupuestos federales de los últimos años han demorado el proceso. Dos de las tres fases ya fueron financiadas, y el gobierno de Obama ha incluido 226 millones de dólares en su presupuesto fiscal del 2015 para la finalización del proyecto.
Las regulaciones federales requieren que la GSA asigne medio por ciento del costo de cada nuevo proyecto a obras de arte públicas, y la financiación de las obras de arte de San Ysidro van ligadas con las diversas fases.
En la primera fase, que incluye nuevas cabinas de inspección de vehículos en dirección norte y un nuevo carril de cruce peatonal en dirección sur, la GSA asignó 912 000 dólares para dos obras de arte comisionadas: 561 mil dólares para el trabajo de Meejin Yoon llamado Double Horizon y 350 mil dólares para una obra del artista de Seattle, Norie Sato que se instalará en el carril peatonal con dirección al sur.
La pieza de Yoon mide 520 metros de largo y consiste en diodos programables que emiten luz (LEDs) y la están montando en la orilla de la carpa que cubre las cabinas de inspección de los carriles con dirección al norte. Los conductores no solo verán su movimiento, sino que serán ellos mismos los que lo desencadenen al cruzar.
“Quería que la pieza fuera tan minimalista como fuera posible”, dijo Yoon, un profesor de arquitectura del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en una entrevista telefónica desde su estudio en Boston. “Quería que no obedeciera a un patrón, sino a un índice o una medida real del flujo a través de ella. Conforme la gente cruza se convierte en una pantalla dinámica”.
Por su parte, la obra llamada Trail Parkway de Santo quedará terminada en marzo. Se trata de una cubierta de malla de metal que dará sombra parcial a los peatones que crucen de San Diego a Tijuana. Según la descripción de la GSA, “rinde homenaje a las ideas de protección y seguridad pública que están relacionadas con los trabajos de la estación fronteriza”, y “muestra libremente plumas/alas de águila, así como formas naturales de hojas de agave y otras plantas de la región”.
El diseñador Sato también es el autor de la obra Spirit of Silence en Seattle, un espacio de meditación que abrió sus puertas en junio como parte la expansión de Lindbergh Field. Tuvo un costo de 907 millones de dólares. En una entrevista, dijo que su objetivo en San Ysidro “es hacer más amigable la experiencia de volver a México”.
El público al que estarán expuestas estás nuevas obras de arte será considerable: San Ysidro es el mayor puerto de entrada del hemisferio occidental, según la GSA, con un promedio de 50 000 vehículos en dirección norte y 25 000 peatones que cruzan a diario. La Asociación de Gobiernos de San Diego proyecta un aumento del 87 por ciento en el tráfico fronterizo para el año 2030.
Expertos en asuntos de cruce dicen que el aumento de la eficiencia portuaria es fundamental para las economías a ambos lados de la frontera, que están estrechamente vinculadas, y que es también esencial para promover los lazos culturales y las relaciones sociales y familiares.
“Este cruce no se trata solo de coches sino de personas, y por lo tanto debe organizarse en torno de espacios públicos saludables”, dijo Teddy Cruz, profesor del departamento de artes visuales de la Universidad de California San Diego. “Si bien la seguridad es importante, no debe siempre dejar atrás a cualquier otro interés público”.
Al sur de la frontera, México también está haciendo planes para una gran obra de arte en el puerto de entrada El Chaparral. Puerta a las Américas es una escultura de acero color rojo que mide 160 metros de altura, realizada por el artista mexicano Sebastián, quien es reconocido por obras monumentales. El Colegio de la Frontera Norte, una institución intelectual mexicana, encabeza el proyecto, que para realizarse ha contado con donaciones privadas a la fundación del artista.
Tonatiuh Guillén, presidente del Colegio de la Frontera, dijo que la recaudación de fondos ha sido más lenta de lo previsto, y que hasta el momento se han recaudado cerca de 3 millones de pesos (más de 226 mil dólares), lo que es menos de una cuarta parte de lo que se necesita para completar la escultura. No se descarta el solicitar fondos de gobierno.
A más corto plazo, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes está financiando dos murales del artista de Baja California, Álvaro Blancarte. Uno se planea pintar un poco más adelante del cruce de El Chaparral, para que pueda ser visto por los conductores al entrar a Tijuana. El otro estaría por la entrada peatonal a México.
El gobierno de los Estados Unidos ha incorporado obras de arte en sus edificios públicos desde la década de 1850. Establecida en 1949, la GSA supervisa muchos de estos objetos, y cuenta con una colección de arte de 26 140 piezas.
De acuerdo con la descripción del programa, las obras de arte se seleccionan por un panel que incluye profesionales del arte, representantes cívicos y comunitarios, el arquitecto principal del proyecto y personal de la GSA.
Las piezas deben ser hechas específicamente para el sitio donde se colocarán, y ser permanentes, dijo Traci Madison, portavoz de la GSA. En la mayoría de los casos, el 80 por ciento del presupuesto para las obras se invierte en los materiales, la fabricación, el transporte y la instalación, dijo Madison.
Jason MB Wells, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de San Ysidro, y portavoz de la Coalición de la Frontera Inteligente de San Ysidro, ha seguido de cerca el proyecto de modernización de San Ysidro debido a su efecto sobre la comunidad fronteriza. Las obras de arte son fuertes y mejorarán el cruce, dijo. Él aplaude el programa.
“¿Es un gasto que vale la pena?, absolutamente”, dijo. “El embellecimiento del proyecto es extremadamente importante para nosotros porque es nuestra puerta principal de entrada”
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