Argentina y Chile, los dos países latinoamericanos miembros del Consejo de Seguridad, resaltaron en sus intervenciones la grave situación que ha creado el brote de Ébola en África occidental y la necesidad de una respuesta global.
La representante argentina, María Cristina Perceval, recalcó en su intervención que el Ébola no es solo un problema de salud, sino una realidad multidimensional y de este modo hay que enfrentarla.
Señalo que este brote de Ébola está poniendo en riesgo los avances logrados en países que han superado en los últimos años prolongados conflictos y de no ser contenido con rapidez podría tener graves consecuencias en lo económico, lo social y también sobre la estabilidad democrática y la seguridad de los países afectados.
“Debemos sumar todos nuestros esfuerzos y ponerlos bajo la coordinación de Naciones Unidas y no en competencia entre nosotros“, señaló la embajadora.
Agregó que la competencia para abordar de manera sustantiva las causas y consecuencias de esta epidemia corresponde a otros órganos y agencias del sistema de Naciones Unidas, como son la Asamblea General, el ECOSOC y las agencias especializadas como la OMS.
“Por tal razón, apoyamos que el Consejo de Seguridad coopere, pero apoyamos que sea la Asamblea General la que tenga la responsabilidad de dar curso a la propuesta del Secretario General de establecer una misión especial en la región”, manifestó la embajadora y aseguró que su país actuará con la urgencia necesaria para que UNMEER sea una realidad en breve.
El representante de Chile, Cristian Barros, señaló por su parte que el brote de Ébola está alterando la estabilidad social y económica de los países afectados.
Manifestó que, aún reconociendo que una Misión de Paz no es una operación de salud pública, “cabe plantearse, como en el caso de Liberia, que se pueda adecuar la labor de dicha Misión en el terreno, a fin de prestar la colaboración necesaria a las autoridades de los países afectados, sin descuidar la protección y seguridad de los trabajadores humanitarios y de salud y el mantenimiento de la paz.
También abogó por dar especial énfasis a la educación de la población y del personal sanitario a fin de eliminar ideas erróneas y prejuicios sobre la actuación de este virus y evitar la estigmatización.
El embajador chileno señaló además que debe hacerse un llamado a que no se impongan restricciones al flujo de personas y comercio, provocando un bloqueo de los países afectados.
Algunos países que intervinieron en la sesión de urgencia del Consejo de Seguridad sobre el Ébola mencionaron medidas específicas de ayuda para tratar de contener el virus y asistir a la población de los países afectados.
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Entre ellos, Brasil. Su repreentante ante la ONU, Antonio de Aguiar Patriota, explicó que su país está enviando equipamiento sanitario para prevenir el contagio y mejorar la higiene, con el objetivo de asistir a unas 7.000 personas durante tres meses. El gobierno además ha autorizado de forma excepcional el envío de miles de toneladas de arroz y frijoles para atender las necesidades alimentarias de la población en los países afectados.
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