By BAJA CALIFORNIA SIEMPRE HA SIDO punta de lanza en lo que a turismo, industria y comercio se refiere. Es reconocida en todo el país su pujanza y los esfuerzos de modernización que en estas actividades se realizan. Pero ahora, sin pecar de pesimista, considero que existen factores negativos que están influyendo seriamente en ese crecimiento. La población se incrementa diariamente, debido fundamentalmente a la gran atracción que ejercen nuestras ciudades, en pobladores de otros estados.
Este crecimiento poblacional, crea presión sobre los servicios, la educación, el empleo, medio ambiente, etc. Por otra parte, los que viven y trabajan cerca de las grandes arterias de las ciudades de Baja California ya están siendo afectados por el intenso ruido de aviones, autos, camiones de pasajeros y de carga que superan con mucho, los decibeles que puede soportar una persona. Polvos y humos ya son parte del paisaje de nuestras ciudades.
Parejo a la contaminación auditiva, va la del agua que estamos envenenando diariamente con basura, ácidos, aceites y otras sustancias químicas. Nuestra cultura ecológica padece un retraso mayor de medio siglo.
Buena parte de la explicación de ese atraso se debe a que las instituciones generadoras de información útil para la investigación, para la planeación y útil para la toma de decisiones, no están cumpliendo con su trabajo. Nuestras autoridades hacen del secreto de la información un verdadero culto.
Conservan y manejan la información como algo exclusivo, algo para conocedores, algo para la élite intelectual, algo para no inquietar o alarmar a la población o para favorecer algún sector. Si no es así, al menos ésa es la impresión que dan.
Así vemos que la información del nuevo cruce fronterizo entre Estados Unidos y Tijuana, y la Ruta Troncal, puesto a un alto costo en distintas áreas de la metrópoli por diversas dependencias federales y el Gobierno del Estado de Baja California; proporciona una información a nivel poblacional completamente inútil. Los ciudadanos tenemos derecho a saber.
No más decisiones APROBADITAS (a probaditas), no se trata de iniciar una cacería de brujas, ni de crear más burocracia o más trabas, para que las empresas puedan operar, lo que se busca es que conozcamos cuál es la realidad y a partir de ese conocimiento, tomar medidas que remedien el problema. Si queremos suelos, agua y aire limpios, necesitamos unirnos, trabajar juntos, analizar juntos, abandonar egoísmos, derrumbar esferas y competencias, compartir la información y organizarla, con el fin de encontrar soluciones y recortar la distancia de ese más de medio siglo de retraso en materia ecológica. Y… ¿usted cómo la ve? Ahí se la dejamos.
Comments