El delineador es uno de los productos de maquillaje más importantes para darle un look distinto a tu cara, y si lo haces bien, puedes lograr un efecto dramático sin mucho tiempo o esfuerzo.
El problema es que, la mayoría de las veces delinearse puede convertirse en un desastre. Nos tiembla la mano, la línea la hacemos más arriba en un ojo que en el otro… Pero con esta guía (y un poco de práctica) puedes convertirte en un as del delineado:
1. Si tus ojos lucen más pequeños cuando te aplicas el delineador:
La solución es colocarte un delineador “invisible”. Con un lápiz a prueba de agua, bordea el ojo encima de la línea de las pestañas (por dentro). Para un look dramático, pinta en las esquinas internas de tus párpados , entre tus pestañas y el globo ocular. Si quieres algo más sútil, toma el lápiz y haz pequeños puntos entre tus pestañas, y luego difumínalo hacia arriba con un hisopo.
2. Si quieres ojos gatunos pero no hay forma de que te salga.
La solución: pégate cinta Scotch. Usa dos pedazos de cinta adhesiva para crear un triángulo en la esquina externa del ojo, luego rellena con delineador negro, quita la cinta, obtienes una línea perfecta… ¡voila!
3. Quieres hacerte una línea recta y es imposible:
La solución: Usa una tarjeta de crédito. Toma una tarjeta (o un cartón también funciona) y utilízalo como tu regla para que tu línea salga derecha e impecable. También es genial para cuando usas delineador líquido, porque al correrse funciona como protector de la piel evitando manchas en la piel.
4. Eres la reina de hacer desastres:
La solución: un corrector de rápido secado. Cuando usas un lápiz delineador, la cera que contiene se está compactando contra tu piel, y eso le lleva un tiempo en secar. Así que si siempre terminas toda manchada, lo mejor es colocar un poco de polvo traslúcido o un corrector encima de tu delineador. De esa forma se secará todo en un dos por tres, y evitará que te manches al pestañear.
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