Por segundo año consecutivo las legendarias notas del reconocido músico tijuanense Javier Bátiz hicieron eco desde la Sala de Usos Múltiples, del Centro Cultural Tijuana, en todo el edificio, donde se congregaron más de 400 seguidores el domingo 3 de agosto para dar inicio al ciclo de conciertos Canto a mis raíces.
De regreso en este recinto que ya le es muy familiar luego de innumerables presentaciones, el icónico músico dejó en claro su excelente conexión con el público que a lo largo de más de cinco décadas ha seguido su trayectoria.
Los acordes de una guitarra que Carlos Santana le regalara hace tiempo, sonaron en todo el CECUT y la emoción se materializó en aplausos tras cada tema musical que Bátiz ofrecía a una multitud que, no obstante la tarde calurosa, se congregó.
“Estoy sintiendo el apoyo tan importante de Pedro Ochoa, del Centro Cultural Tijuana y de todo el staff que trabaja muy fuerte para que tengamos éxito los próximos cinco domingos”, comentó en entrevista Bátiz, “vamos a traer sorpresas, invitados de México y de Estados Unidos, vamos a hacer vibrar de nuevo al CECUT, igual que el otro año”.
El personal estilo de Bátiz, que lo convirtió en un artista de talla internacional, estuvo presente en este primero de cinco conciertos, “vengan ya de una vez, llega el quinto concierto todos piden más y ya nos tenemos que ir”, dijo para convocar al público a disfrutar los conciertos restantes, ante una sala que paulatinamente llegó a tope.
“Esta es la música de Tijuana, tengo 57 años tocando el sentimiento que nos hace vibrar, mis compañeros son muy jóvenes, Abraham Morales, del bajo, tiene 22 años, Fernando Gallegos, 17, toca la guitarra y Carlos Martínez en la batería, también 17, y canta conmigo Paola Lozano que sólo tiene 16 años, son jóvenes que les gusta nuestra música”, confió Bátiz.
La juventud de su grupo impacta además en la energía, talento y rigor en la ejecución de quienes acompañan a Bátiz, a lo que se suman las voces expertas de Mónica Eguia y Claudia Madrid esposa del músico y quien además toca de manera magistral la batería en cada concierto.
El ánimo de estas sesiones dominicales tiene un carácter absolutamente familiar desde niños en carriola, jóvenes estudiantes, hasta adultos contemporáneos de Bátiz, a los que el guitarrista reconoce y saluda, son quienes le brindan al concierto un ambiente propicio para disfrutarlo al máximo. “Me siento como en la sala de mi casa”, bromeó Bátiz.
La música fluye y los recuerdos afloran, muchos tararean las canciones y otros incluso bailan, el ambiente festivo se contagia; y la figura de un músico afable que se mezcla con el público y acepta tomarse fotos con quien lo pide, todos estos elementos dan al concierto ese toque personalizado que pocas estrellas de esa talla pueden lograr.
“Mira nada más qué buena aceptación, hemos trabajado muy fuerte y se hizo un gran esfuerzo para que todo salga bien y dejemos fuerte la huella”, añadió al final de este multitudinario concierto el emblemático músico mexicano que se ha ganado a su público no solo en la región sino en el ámbito internacional. Bátiz regresa a su ciudad luego de una serie de presentaciones que incluyeron el Lunario del Auditorio Nacional en una coproducción con el CECUT, así como una presentación en Nueva York.
La oportunidad de escuchar a Bátiz se presenta los domingos 10, 17 y 24 de agosto a partir de las 6:00 p.m., sin costo de entrada, y cerrará el ciclo el 31 en la Explanada. Si desea conocer el resto de nuestras actividades puede consultar el portal www.cecut.gob.mx.
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