By Mientras la nueva Electro Movilidad Asociación en México aspira a que para 2035 todos los autos vendidos sean eléctricos, representantes de la AMIA y la AMDA advierten que, sin una política nacional de electromovilidad, no se logrará llegar a la meta.
La transición hacia los vehículos eléctricos en México enfrenta opiniones divididas y expectativas realistas.
Recientemente, la Electro Movilidad Asociación, A.C., una nueva agrupación conformada por fabricantes de automotores eléctricos y empresas de carga de baterías, ha establecido un objetivo ambicioso: lograr que para 2035, el 100% de los autos vendidos en México sean eléctricos.
Esta meta se suma a su aspiración de que para 2030, las ventas anuales de vehículos eléctricos representen el 50% del total.
Sin embargo, representantes de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) han expresado una perspectiva más cautelosa.
En una conferencia de prensa, Odracir Barquera, director general de la AMIA, indicó que para 2030 se espera que los autos de nuevas tecnologías, incluyendo eléctricos, solo constituyan el 20% de las ventas de vehículos en México, según un estudio detallado previamente realizado.
Barquera enfatizó que este porcentaje podría incrementarse al 40% si México implementa una política nacional integral de electromovilidad, que promueva la producción, exportación, ventas e infraestructura necesaria.
Dicha declaración subraya la importancia de un enfoque gubernamental y sectorial coordinado para alcanzar metas más ambiciosas en la adopción de vehículos eléctricos.
En 2023, los vehículos de nuevas tecnologías, liderados principalmente por unidades híbridas, representaron el 5.4% de las ventas totales de automotores en México. Este dato refleja el estado actual del mercado y los desafíos que enfrenta el país en su camino hacia una mayor electrificación del parque automotor.
La discrepancia entre las metas de la Electro Movilidad Asociación y las proyecciones de la AMIA y la AMDA pone de manifiesto los retos y la necesidad de estrategias realistas y políticas efectivas para fomentar la transición hacia los vehículos eléctricos en México. La colaboración entre los diferentes actores del sector y el apoyo gubernamental serán claves para determinar el ritmo y la escala de esta transición en los próximos años.
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