John Galliano aportó su estilo teatral y su fantasía al universo de la Maison Margiela en el esperado desfile que marcó este viernes su regreso al prêt-à-porter en las pasarelas de París.
Casi cuatro años después de su estrepitoso despido de la casa Dior, el desfile de la colección otoño-invierno de Galliano tuvo lugar en el Grand Palais decorado de blanco, el color favorito de la Maison Margiela.
El diseñador se abstuvo de salir a saludar al final, contrariamente a lo que había hecho furtivamente en Londres tras al desfile de su colección de alta costura, en enero pasado. Una discreción conforme al espíritu de la marca, cuyo fundador Martin Margiela -que hoy ya no forma parte de la casa- siempre cultivó, junto al anonimato y al secreto.
Sobre una pasarela con reflejos desfilaron modelos con toques de excentricidad característicos del diseñador británico de 54 años nacido en Gibraltar.
Hubo cabelleras de color anís o rojizas, calzados con piel y maquillajes multicolores. Y el refinamiento de un vestido largo negro con encaje contrastó con guantes que recordaron el de una ama de casa. En un guiño a los códigos de la Maison Margiela, el vestido llevaba una etiqueta blanca en la parte delantera.
El diseñador también dio rienda suelta a su lado romántico, con modelos estilo retro, flores estampadas sobre terciopelo, plumas y calzados con correas.
En esta colección que «celebra la inocencia», según el comunicado que acompañó a la presentación, «la vestimenta cuestiona la idea de conformidad».
La colección era muy esperada en el mundo de la moda, por la curiosidad de ver qué resultado daba la asociación entre un diseñador de estilo extravagante y una marca famosa por su minimalismo, su gusto por la deconstrucción de las prendas y el reciclaje.
Al anunciar la contratación de Galliano en octubre pasado, el italiano Renzo Rosso, presidente del grupo OTB («Only the Brave»), propietario de la marca parisina, puso fin a tres años y medio de ostracismo del genial y turbulento creador.
El director artístico estrella de Dior, cuyo estilo había reinventado durante quince años, fue despedido en 2011 tras proferir ebrio insultos antisemitas en un bar de París.
Desde entonces, Galliano pidió varias veces disculpas, negando ser racista o antisemita, y se sometió a una cura de desintoxicación.
En enero pasado, el británico había escogido Londres como plaza para regresar a la pasarela al presentar una colección de alta costura para Maison Margiela, que fue elogiada por una mayoría de observadores especializados y que dio muestras de un nuevo comienzo.
Durante su alejamiento, Galliano logró mantener el respaldo de algunas figuras importantes del mundo de la moda, como la modelo Kate Moss o la editora de Vogue Estados Unidos, Anna Wintour, que este viernes presenció el desfile en primera fila.
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