Sucedió hace 25 años
POR EUGENIO GENE CARRASCO • Fotos Campestre
Don Gregorio Ortega, insigne maestro de varios destacados periodistas de una generación ya extinta, solía decir que: «En México todo se perdona, menos el éxito»; dando a entender con ello, que la «Mecánica Nacional» es proclive a la crítica ampulosa «de café», casi siempre cargadita de envidia. Y en el caso del ingeniero Hank Rhon y su desliz fiscal -llamémosle así- consistente, como todos saben, en omitir la declaración correspondiente al lote de «baratijas» que trajo de Oriente, su detención y el pábulo desplegado, por algunos medios informativos, para desacreditar al hijo del profesor Hank González, sencillamente «se pasan de tueste» evidenciando más que otra cosa, un fondo político y deseos reprimidos de fastidiar, en la persona del ingeniero, al tronco de la familia, o sea a nuestro ex-secretario de Agricultura y Ganadería.
A las gentes que pensamos, se nos antoja una especie de «cacería de brujas», de falta de valor civil para acusar EN SU MOMENTO y en su justa RESPONSABILIDAD, a quien realmente se desea PERJUDICAR o poner en la picota del descrédito.
Tratándose de un ilícito reparable como el que se le reprocha a Rhon, que no pasa del orden administrativo y que a fin de cuentas se arregla con dinero -que a Hank le sobra-, la verdad es que para el «observador objetivo», al menos de Tijuana y anexas, toda la polvareda levantada con un escándalo de «aprovechamiento ocasional», no pasa de ser un sainete legal, querer «jugarle a uno el dedo en la boca», distraerle la atención de algo tal vez mucho más gordo»; en suma y como dicen en el sur: recurso de «ocasionados», golpes bajos.
Por supuesto que no vamos a convertirnos en «defensores» gratuitos del ingeniero Hank Rhon, puesto que no requiere de esos servicios. Quizá nuestro caso se aparte un poco del punto de vista de los capitalinos porque, como quiera que sea, son incontables las personas, las familias que en una u otra forma tienen «algo que agradecer» al joven empresario; sea a través de la derrama derivada de la gente que tiene empleada en la comunidad, sea a través de alguno de sus eventos eminentemente altruistas como son la celebración del Día de la Madre, Día del Niño, Reyes Magos, etc., en los que Jorge suele «soltarle su abundante mata capilar», como quien dice: «para aligerar su escarcela» y quedar bien con la gente necesitada.
En el aspecto profesional o social, la verdad es que nuestro vilipendiado empresario goza de muchas mayores simpatías que antipatías y, ciertamente, su detención en México y el «mitote armado por algunas publicaciones ha sido exagerado y se nota también que: bastante «interesado». Sin embargo, y como dice un compadre mío, al que le «valen» sólo las cosas valiosas: «Quienes no me conocen ni quieren conocerme, no me interesan».
BUSCÁNDOLE MANGAS AL CHALECO
El hecho de que el ingeniero Hank Rhon haya sido sorprendido con un tambache de cosas que subestimó en su precio, eludiendo pagar los derechos hacendarios, no es motivo para que a él, como a cualquier otro cristiano, se le quieran sacar al sol trapitos, que a estas alturas son tan sucios como las imputaciones que se enderezan en su contra; sin eufemismos: lo del Gato Félix, lo de las maquinitas traga-monedas, lo de sus amistades sacras y profanas, mucho o muy poco recomendables, según; cuenta habida de que, según parece, en la actualidad los «capos» y «cárteles» se codean con los ministros de la más alta esfera política, ya sea sacra o profana y, naturalmente, no es sólo por simpatías, sino más bien por cuestión de mucho (s) peso (s).
Y es que, no obstante, nuestro cacareado progreso cultural e intelectual, como que no acabamos de darnos cuenta que, hoy día, todo, absolutamente todo se ha vuelto «in-ter-de-pen-dien-te», como es el caso de la extensa red universal en el campo del CP (cómputo). Así pues, haga usted sus cuentas y aplique la cristiana y acertadísima fórmula «NM». (No murmure) y, sobre todo, no crea todo lo que le cuentan, ni, todo lo que le receten los periódicos, en el radio y la televisión; recuerde que cada quien tiene sus razones más o menos interesadas y mira las cosas a través del cristal que más le conviene. Se dice, por ejemplo, que aquí en Tijuana, dos de los principales diarios locales guardaron silencio cuando se inició la «bronca» de la detención de Hank en México; en cambio, triunfalmente, dieron la noticia a ocho columnas, cuando Jorge recobró la libertad.
Ni modo que pudiera ser de otra manera; sabemos -de sobra- que, parodiando el viejo dicho latino de que «todos los caminos conducen a Roma», aquí en Tijuana todos los bulevares confluyen con Caliente y Pueblo Amigo, para decirlo sin parábolas.
HASTA LO QUE NO SE COMIÓ LE HIZO DAÑO
El tan sonado «caso de Hank Rhon» es un claro ejemplo de la condición humana en que el halago y la crítica ampulosa parecen ir de la mano, según el momento y las conveniencias personales. Se dice -y no sin razón- que el sainete de marras quizá fue orquestado por alguna mente de esas que lo mismo urden un complot político que una telenovela. ¡Y qué bien!, sólo que quien o quienes lo pusieron en escena no se dieron cuenta hasta dónde meterían el codo, no digamos la pata.
A Jorge le acreditaron todo un cúmulo de actos delictivos que, hasta ahora saltan a la palestra del escándalo dejando, desde luego, muy mal parada a la Justicia Mexicana que no quiso o no pudo actuar en consecuencia, oportunamente. Y ¡el colmo! En el presente culpan al ingeniero hasta de haber hecho oscilar la balanza del mercado mundial por los dólares que fue a dilapidar en Oriente. ¡Pufhh!
Conforme a lo divulgado, es posible que el señor Lozano haya hecho el berriche de su vida al, quedar en evidencia su GRAN VOLUNTAD y NULA POTESTAD para corregir cierta especie de ilícitos y claro, esto es como para desalentar a cualquiera. De todas formas, dicen que «el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones».
LATERALES IMPREVISTOS
Los «laterales imprevistos» que son los que realmente interesan a nuestros sesudos lectores, desgraciadamente han quedado al descubierto desacreditando, no sólo a Hank Rohn, ni a su brillante y carismático progenitor, sino a todo el sistema que nos rige y que, por lo visto y escuchado, sigue apegando a la sentencia de párvulos: «Árbol que crece torcido, bla bla». Todo esto, muy doloroso y desalentador, en verdad.
En suma y para quienes pudieron leer entre líneas -que nosotros- ni agregamos, ni quitamos nada a lo expuesto-, quedó claro que: (A) Nuestro dilecto «Profe», tan tranquilo que estaba en su retiro, todavía tiene mucho que enseñar. (B) Que la «derechura» de nuestro aparato judicial, comenzando por el procurador y terminando con el último gendarme, sigue como siempre: «en vigilia»; consecuentemente, no es de esperarse que lo del Cardenal Posa-das (ahí también se habla muy fuerte del narcotráfico), lo de Colosio y lo, de Massieu tengan pronta y cumplida solución, así como satisfacción para la opinión pública. (C) Que en la alta política de México continúa habiendo «compromisos» que, conforme a las «reglas del juego» hay que cumplir religiosamente, pésele a quien le pesare; ¿para cuándo son los «cuates», pues’n? Así las cosas, ni espere usted que le pidan nunca cuentas al Lic. Salinas de Gortari, ni que encuentren y detengan para guardarlo a un «tercero en concordia» en el caso del asesinato del licenciado Massieu y, por supuesto hay que aceptar -aunque de mal grado- que la actual interdependencia de todos los sectores que conforman la sociedad, necesariamente les pone en contacto con ese sector tan poderoso, rico y extendido que comienza en Colombia y termina en…el otro mundo.
GOLPES BAJOS
Pero retomando el tema principal de este escrito, al joven Hank Rhon le habrá servido su amarga experiencia para comprobar quiénes eran o son realmente sus amigos, pues si bien es cierto que su «error de apreciación fiscal» merece sanción, también es cierto que no acusa ninguna nobleza el ensañarse con el «árbol caído» queriendo hacer leña de él.
Golpear al que está en el suelo, por soberbio que sea o lo parezca, es siempre un acto vil e innoble.
No sabemos realmente si en Tijuana hay mayoría de simpatías hacia Hank Rhon, si en un momento dado se le considerará «indeseable» o «hijo predilecto» de Baja California, pero es un hecho incontrastable que un gran número de señalados y brillantes tijuanenses han demostrado ser sus amigos en este y otros trances difíciles, para el joven empresario.
Usted como simple ciudadano tijuanense, conocedor del paulatino desarrollo y progreso de nuestra urbe, ¿cree deveras que Jorge no ha contribuido en ninguna forma a ello, durante la década que lleva viviendo y manejando sus negocios en esta frontera?
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