Se llama Martine Rothblatt, antes de su transformación se le conocía como Martin Rothblatt, y hasta hace unas semanas era una completa desconocida. Pero la New York Magazine publicó recientemente una semblanza de su vida y su gran aportación para el mundo.
Es transexual pero se declara “transhumanista”, un término que define su identidad sexual y su filosofía de vida. Ésta última va encaminada a los que creen que la tecnología nos alargará la vida más allá de las condicionantes biológicas.
A Martine no le gustan los pronombres de género para identificar a las personas, pero en su casa sí se pueden referir a ella como papá, por parte de sus cuatro hijos, que le han dado cuatro nietos hasta este momento.
El propio artículo de la revista la define como billonaria, abogada del espacio, empresaria farmacéutica, teórica de la filosofía genderqueeer y transexual.
Su fascinante historia comienza a los 15 años, cuando comenzó a definir su identidad sexual pero no en la misma tónica que estamos habituados a escuchar, es decir, nunca pensó que estaba en el cuerpo equivocado.
A esa edad pensaba en sí misma como mujer y lesbiana –nunca le han dejado de gustar las mujeres-, pero también “adoraba su pene”, según le platicó al locutor Howard Stern.
A principios de la década de los 90 empezó su transformación de género. Por esos años publicó algo así como un manifiesto llamado El apartheid del sexo, donde defiende que hay tantas identidades sexuales como personas y que los genitales son tan irrelevantes como el color de piel.
En la actualidad, se dedica a explorar los límites de la mortalidad humana a través de la Inteligencia Artificial y la criogenética desde su organización, Terasem Movement Foundation.
Como muchos otros empresarios, ella está asociada con Peter Thiel, el fundador de PayPal, y con los creadores de Google, cuya empresa paralela, Calico, tiene como misión solucionar el engorroso problema de la muerte.
Junto con su esposa Bina, con quien ha estado casada durante 33 años, ha fundado también Terasem, el nombre de la religión que cuenta ya con cuatro templos donde acogen a 50 seguidores, la mayoría empleados de sus empresas y residencias.
Como otros líderes empresariales de California, Martine dejó la UCLA teniendo 20 años y aún siendo hombre, pero un par de años más tarde regresaría para realmente dedicarse a lo que le llamaba la atención y lo que fue el inicio de su jugosa carrera, la legislación espacial.
Su camino empresarial la llevó entonces a fundar Geostar, una empresa de navegación para vehículos, y luego Sirius, la radio por satélite que revolucionó el mapa de las comunicaciones en Estados Unidos.
Pero éstas no han sido las joyas de su corona que la han llevado hasta donde está. Unos años más tarde fundó la farmacéutica United Therapeutics, donde se dedica a la investigación de terapias para la cura del cáncer y xenotransplantes (trasplantes entre distintas especies, en este caso de cerdos a humanos).
Ahora que ha saltado a la fama se enfrentará al escrutinio público y quizás tenga que llevar a cabo con mayor ímpetu eso por lo que ha estado luchando a través de los años, el reconocimiento de los hombres y mujeres diferentes que buscan un espacio en la sociedad.
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